Escracharon a Ginés González García en una estación de servicio: "140 mil muertos, abajo de una baldosa tendrías que estar, caradura"

Temas espinosos como el vacunatorio VIP o el 'Olivosgate' siguen ocupando un lugar importante en el ánimo de mucha gente. Y por ese motivo el ex ministro de Salud Ginés González García vivió el último viernes otro escrache, que suelen empezar cuando alguien lo divisa y desliza algún insulto aislado, situación que se va potenciando cuando otros se suman al coro, hasta terminar en los "escraches" grabados en video, que los políticos repudian y temen con la misma intensidad.

Ginés ya había pasado por una situación parecida en el restaurante Marcelo de Puerto Madero el año pasado, al menos esa se hizo pública: llegó a cenar y debió con hambre hambre porque buena parte de los presentes empezó a insultarlo, sin dejarle otra chance que la puerta. Veterano de amplio espectro, el ex funcionario no abrió la boca, se limitó a salir lo más rápidamente posible, intentando que el ya desagradable momento no escalara.

Y este viernes en una estación de servicio Shell del barrio de San Telmo. Ginés Gobzález García se detuvo a cargar nafta y se dirigió al local de comida del lugar. Allí empezó a escuchar desde el fondo que le gritaban "140 mil muertos, chanta". En el video que se difundió de ese momento, un hombre que no aparece es el primero que lo agrede verbalmente, le dice también con "abajo de una baldosa tendrías que estar vos", y agrega "una vacuna del orto tengo puesta en el brazo, caradura", mientras luego se oye a más clientes en ese sector de la estación de servicio, incluso le dicen "tiene razón", a quien atacaba al exministro, y se van suman otras voces, incluso la de una mujer que le reprocha a los gritos "muertos tengo en mi familia":

"Caradura, asesino, chorro...": Ginés Gonzalez García debió irse sin cenar de Puerto Madero

El video se viralizó en redes en las últimas horas, y tal como había ocurrido en Puerto Madero, el ex titular de Salud del gobierno de Alberto Fernández guardó un silencio absoluto, se limitó a bajar la mirada y apenas pagó se dirigió hacia la puerta, para volver a su auto. Tuvo más suerte que aquella vez en el restaurante: en esta ocasión al menos pudo llevarse la comida que había entrado a comprar.

HB