Dieciocho años después, el horror volvió a sobrevolar Miramar. La supuesta violación de una nena de catorce años por cinco jóvenes en la noche de Año Nuevo en un camping revivió uno de los peores capítulos de aquella ciudad balnearia. El caso de Natalia Melmann, una joven que fue violada hace casi dieciocho años por cinco policías, ahorcada con un cordón de zapatillas y arrojada en un descampado con total impunidad, es un claro paradigma.
Gustavo, el papá de Natalia, habló con PERFIL sobre los paralelismos entre ambos hechos, qué piensa sobre el rol de la Justicia y analiza la cobertura mediática. “Hay un claro signo patriarcal, en quienes salen a justificar estos pensamientos de apuntar sobre la víctima”, sostiene.
Caso Miramar: los derechos de los violadores en la sociedad del espectáculo
-¿Cómo observa todo lo que ocurrió con este caso?
Siento mucha indignación y dolor como siente la mayoría de la gente: sé perfectamente lo que está atravesando la familia de la niña. También siento alegría de que los padres hayan intervenido rápidamente y la hayan podido asistir.
-Desde lo personal, habiendo atravesado la tragedia de su hija ¿Qué siente?
Indignación, dolor y frustración. Tanto mi lucha junto a la de otros familiares de víctimas son para que estas cosas no vuelvan a pasar y lamentablemente continúan ocurriendo.
-¿Por qué?
Hay jueces que no se ponen a la altura, por eso se creó la Ley Micaela. Deben capacitarse para tener en claro lo que están juzgando. En Mar del Plata los delitos sexuales han sido muchísimos durante muchísimo tiempo. Muchos se han tratado de ocultar. El Estado debe fijar políticas claras para que estas cosas no sucedan. Con Natalia, la lucha fue por el 'Nunca más' y la propia justicia hoy deja sueltos a sus asesinos. El fallo de Lucía Pérez es bochornoso: desconocen prácticamente su muerte.
Sobre este caso no tengo ninguna duda: lo que dijo la fiscal es lo que pasó. Después cambiaron la versión. Me parece que quien debe marcar en la sociedad lo que se debe de lo que no se debe es la Justicia. Los jueces tienen que estar acordes a lo que está pasando en el mundo, específicamente en Argentina, en donde se está planteando la búsqueda de la igualdad y terminar con el patriarcado. Esto va a generar cimbronazos con actos de violencia, sin duda, porque la mujer está denuncia: no se callan más.
"Tanto mi lucha junto a la de otros familiares de víctimas son para que estas cosas no vuelvan a pasar y lamentablemente continúan ocurriendo"
-Se acaban de cumplir dieciocho años del crimen de Natalia : ¿Qué cree que pasa por la cabeza de alguien que comete semejante acto?
Es incomprensible. Es gente enferma. Tienen una mentalidad psicópata y enfermiza por la cual generan estos delitos. En la propia cultura machista está muy arraigado. Esta gente goza con el tormento de tener a una víctima sometida.
-Desde su experiencia, y salvando las distancias entre ambos casos ¿Qué les aconsejarías a los padres de la joven?
Que le brinden mucha comprensión y cariño que puedan. Que la hagan asistir por todos los profesionales posibles, que sean parte del proceso penal, que se constituyan como damnificados en el expediente, que le den seguimiento y que hagan condenar a estos hombres que cometieron este crimen atroz.
-¿Hay algún paralelismo sobre cómo se cubrió mediáticamente ambos casos?
Hay que cambiar muchas cosas en el periodismo. Como formadores de opinión, es una barbaridad que siempre se culpe a la víctima. Ninguna mujer busca ser ultrajada y menos muerta ni asesinada. Hay un claro signo patriarcal en donde se salen a justificar todos estos pensamientos. El que está escribiendo esa nota es parte de un sistema que se debe reeducar.
P.R./H.B.
