ARTE
Arte y religión

En defensa de Avogadro y del arte contemporáneo

Tras la polémica generada por la imagen del ministro de cultura de CABA comiendo una porción de torta, el autor del video plantea una defensa de la libertad de expresión en el arte.

Avogadro y otros
Enrique Avogadro junto a Agustín Montes de Oca, director de FACA, y Máximo Jacoby, director nacional de Emprendedurismo Cultural, durante la inauguración de la Feria de Arte | María François

El jueves 24 de mayo inauguró FACA, la Feria de Arte Contemporáneo Argentina, en la que expusieron alrededor de treinta galerías de arte. El ministro de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires, Enrique Avogadro, recorrió cada uno de los stands, dedicando a cada uno de ellos el tiempo necesario para apreciar las obras -muchas de ellas de gran calidad-, y dialogó con artistas y galeristas.

En uno de los stands, uno más entre tantos, estaba la instalación de Pool y Marianela: una torta que tenía la forma del cuerpo de Jesús con los estigmas de la crucifixión. La obra se completaba con la performance en la cual los artistas cortaban la torta y la ofrecían a los presentes. El ministro probó la porción de torta en un hecho que -nadie de los presentes lo imaginó entonces- recibiría duras críticas en las redes, merced a un video que subió a su cuenta de Facebook personal quien firma esta nota.

Vale mencionar que entre los asistentes había señoras muy católicas, que aparentaban pertenecer a los barrios más pudientes de la ciudad, y que con vivo frenesí acometían sobre los platos, cubierto en mano, en los que no veían más que una torta. En este sentido, la obra de Pool y Marianela tuvo un éxito rotundo. La performance no llegó a durar cuatro días y el revuelo que causó en las redes fue enorme.

Cada uno de los que compartieron el video o dejaron sus comentarios -muchos de ellos amenazantes e irreflexivos, algunos pidiendo la renuncia (y en el peor de los casos la cabeza) del ministro, otros usando expresiones medievales como "arder en el infierno"- completaron la obra con el significado que le dieron desde sus historias personales o sus pasiones. Para algunos no pasaba de ser una torta; para otros era un sacrilegio que trastocaba valores religiosos. Es la obra ideal, la obra que sigue creciendo más allá de la intención del artista. En este punto, la obra dejó de ser de su creador y cobró vida propia.

Los Artistas Pool y Marianela le entregan a Francisco una Barbie Nuestra Señora de Luján, realizada por ellos.
Pool y Marianela regalaron a Francisco la Barbie Virgen de Luján en 2016.

Es bueno que una obra plantee interrogantes en lugar de dar respuestas. Si nos cerramos y reaccionamos con pasión no damos lugar a la reflexión. Con una mirada atenta, podría encontrarse en la performance un profundo sentido religioso. La pasión de Cristo, la hagiografía o el Génesis -entre otros motivos de la cristiandad- siempre estuvieron presentes en el arte, y los lenguajes, las técnicas y la idea misma del arte cambiaron con el transcurso de los siglos.

Pool y Marianela realizaron exposiciones en galerías en diversos lugares del mundo y la polémica generada por su obra fue recogida por diversos medios internacionales. Más de una vez se vieron obligados a declarar que su intención no es ofender a las religiones sino, por el contrario, homenajearlas. En 2016 estuvieron con el Papa Francisco, quien recibió de sus manos la Barbie Virgen de Luján. Por su parte, Eduardo Avogadro debió pedir disculpas ante la creciente ola de críticas que desató la performance. 

Más allá de las discutibles políticas de cultura del gobierno de la ciudad, el mérito del funcionario está en su presencia constante en las diversas muestras en museos, galerías y espacios de arte, dando así con su participación un reconocimiento oficial a las actividades culturales. Si alguien va a juzgar a Avogadro no debería hacerlo por este hecho que no debería haber pasado de ser una anécdota.