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Mónica Girón presenta Zonas Reflejas, su muestra más reciente

Con referencias al Feng Shui, la reflexología y los cinco elementos, la artista propone en la exhibición una serie de piezas a partir de un sistema de análisis para obras de arte con diferentes niveles de observación.

Mónica Girón en Barro
Mónica Girón en Barro | Marcelo Parajó

El sábado 27 de octubre inauguró en la Galería Barro Arte Contemporáneo la muestra Zonas Reflejas de Mónica Girón, con curaduría de Javier Villa y Santiago Villanueva.

A partir del ingreso a la galería la artista plantea desde su primera obra, una escultura en la que traslada en tamaño real los vanos de las puertas de acceso al Museo Nacional de Arte Decorativo y a la Academia Argentina de Letras, el lugar que desde su perspectiva ocupa el acceso a las academias en nuestro país, relegado a una puerta de servicio.

El visitante se enfrente así, antes de entrar, al primer conflicto que se plantea en la exposición y que obliga a decidir qué puerta utilizar, lo que a su vez lleva a interrogarse, luego de cotejar las dimensiones, cuántas academias cabrían dentro un espacio dedicado a la decoración.

Una vez inmerso en la muestra, la palabra se torna relevante a lo largo del recorrido. Girón incita a expandir el léxico para aprehender los sentidos en una forma más específica y desde allí abordar la obra desde nuevas perspectivas.

Así, la "Cadena de sentidos", una obra surgida desde una experiencia conjunta en la que participaron artistas suizos y argentinos, propone un catálogo de sesenta estímulos inasibles  que van más allá de la típica lista de los cinco sentidos.

Cada eslabón propone reflexionar sobre una percepción interior con respecto al entorno o a uno mismo, se une al siguiente y conforma un recorrido lineal. El visitante se enfrenta a un elemento que se muestra ambiguo, la cadena, y desde su historia personal se interroga si ha sido creada para unir o si es necesaria su destrucción para liberarse.

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Galería Barro.

La muestra incluye una pequeña publicación que contiene un listado con los siete niveles de entendimiento de una obra de arte, parte de la metodología de estudio y enseñanza que lleva adelante Girón, además del listado de los sentidos, planos de los ciclos creativos y destructivos en el Feng Shui y de los meridianos relacionados con la reflexología.

La reflexología inspiró a Girón para la serie de pinturas al óleo de Nadadores que a su vez se unen al proyecto Corredor de nado, un mapa pensado como mesa de trabajo que une al Delta del Paraná con el Parque de la Memoria y establece una relación con los circuitos de energía en el cuerpo humano y los cinco elementos que transforman su potencial según el contexto.

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Galería Barro.

El mapa incluye unos pequeños gráficos que desde la utilización de figuras dentro del marco de la obra generan otros lenguajes que se retroalimentan y dan nuevos significados ante cada lectura.

El delta se transforma también en escultura en la obra El ciervo de los pantanos, una representación de los afluentes del Plata realizada en acero carbónico policromado en la que los cauces son los que generan la forma y el espacio que corresponde al continente y las islas está vacío y se recrea por su ausencia.

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Galería Barro.

La muestra propone diversos puntos de vista a través de tres escaleras que permiten distintos acercamientos a las piezas variando distancias, perspectivas y altura. De este modo, el visitante se ve inmerso en un entramado de instalaciones que lo llevan a interpelar sus metodologías personales para leer una obra y abordar sus lenguajes.

La muestra Zonas Reflejas de Mónica Girón se puede visitar hasta el 15 de diciembre en la galería Barro, Caboto 531, en el barrio porteño de La Boca, de martes a viernes de 12.00 a 18.00 y los sábdos de 15.00 a 19.00.