En tanto Brasil parece encaminarse hacia comicios presidenciales con dos contendientes entre izquierda y derecha, los candidatos centristas pierden sus aliados, lo cual deja a millones de votantes moderados sumidos en la frustración y sin saber a quién apoyar.
El respaldo al exalcalde de Sao Paulo, Fernando Haddad, del izquierdista Partido de los Trabajadores, creció más del doble en las dos últimas semanas. Se acerca al favorito Jair Bolsonaro, el excapitán del ejército de extrema derecha que este mes fue apuñalado por un fanático. Las encuestas muestran que en una eventual segunda vuelta entre ambos hombres, Haddad tendría una leve ventaja.
Según la última encuesta MDA/CNT, publicada este domingo, Bolsonaro lidera levemente la primera vuelta con un 28,2 por ciento de apoyo, superando a Haddad que alcanza el 25,2 por ciento, un empate estadístico al tener en cuenta el margen de error de 2,2 puntos porcentuales de la encuesta. En la segunda vuelta, Haddad vencería a Bolsonaro por 42,7 por ciento a 37,3 por ciento. El sondeo se llevó a cabo los días 27 y 28 de septiembre y comprendió 2002 entrevistas en 137 ciudades.
De eso resulta que el favorito del mercado, Geraldo Alckmin, uno de un grupo de candidatos en un centro abarrotado, pierde rápidamente apoyo en la medida que los legisladores se vuelcan a los contendientes más fuertes, según tres legisladores de su coalición, que hablaron con la condición de mantener el anonimato. El senador Lasier Martins, del Partido Social Democrático (PSD) de la coalición, dijo que si se mantienen las tendencias actuales, apoyará a Bolsonaro en la segunda vuelta para derrotar a Haddad.
“Un candidato es mediocre y el otro es terrible”, dijo Martins en entrevista telefónica. “Por desgracia, la actual radicalización no ofrece ninguna esperanza para el país, pero es lo que tenemos”.
Esa resignación se está dando en todo el país, desde los recintos del Congreso hasta los ascensores de las oficinas y los bares. Exhortaciones lanzadas por brasileños a unirse detrás de un candidato centrista han servido de poco para cambiar el panorama y las esperanzas de los moderados de que se impongan mentes más frías se desmoronan.
La abogada especializada en bienes raíces Patricia Roggia y su esposo emitirán sus votos a favor de Bolsonaro el 7 de octubre, pero lo harán con renuencia, dijeron en un bar tradicional del centro de Río de Janeiro.
“Hay una ausencia de opciones, y es el más adecuado en este momento”, dijo Roggia, de 46 años. “Pero me preocupa su perfil radicalizado y extremista”.
La campaña de Bolsonaro sufrió algunos reveses en los últimos días cuando éste tuvo un choque con dos de sus máximos colaboradores y enfrentó crecientes movimientos de protesta de mujeres y simpatizantes de fútbol en los medios sociales. Su tasa de rechazo se ubica en 46 por ciento, la más alta entre todos los candidatos, según una encuesta de Datafolha publicada el 28 de septiembre. No obstante, se estima que la influyente agrupación que reúne a los productores rurales apoyara a Bolsonaro este lunes.
El expresidente Fernando Henrique Cardoso se abstuvo de nombrar un salvador en una carta abierta, en la que exhortó a la unidad y escribió que “todavía hay tiempo para detener la marcha de la insensatez”. Elena Landau, una economista liberal, dijo en una entrevista que su mayor temor es que Brasil elija entre dos gobiernos populistas típicos de la regresión latinoamericana.
