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Elecciones

Brasil: antes de la elección, los candidatos ya rechazan por anticipado cualquiera resultado

La elección presidencial de Brasil, absolutamente impredecible, se vuelve más incierta aún dado que algunos de los candidatos amenazan con rechazar el resultado.

The Worker's Party (PT) Holds National Convention Ahead Of Brazilian Elections
The Worker's Party (PT) Holds National Convention Ahead Of Brazilian Elections | Bloomberg

La elección presidencial de Brasil, absolutamente impredecible, se vuelve más incierta aún dado que algunos de los candidatos amenazan con rechazar el resultado. Tanto la izquierda como la derecha del espectro político brasileño ya cuestionan la legitimidad de los comicios de octubre. Mientras que, por un lado, el Partido de los Trabajadores insiste en que toda elección con el expresidente Luiz Inacio Lula da Silva en la cárcel sería ilegítima, por el otro, el excapitán del Ejército Jair Bolsonaro ha cuestionado la fiabilidad del sistema electoral electrónico del país.

Lula y Bolsonaro son los dos candidatos mejor posicionados en la campaña electoral, según las últimas encuestas de opinión, lo cual significa que la validez del resultado no es un tema menor. El presidente Michel Temer, que accedió al poder luego del juicio político a su predecesora, ha enfrentado cuestionamientos respecto de su legitimidad democrática a lo largo de toda su gestión, lo que debilita su agenda política. Si el próximo presidente, hombre o mujer, no se asegura un poder incontestable, podría tener dificultades para conseguir el apoyo parlamentario necesario para lidiar con los problemas más apremiantes del país.

El vencedor enfrentará la dificultad de garantizar la gobernabilidad”, dijo Ariane Roder, politóloga en la escuela de negocios de la Universidad Federal de Río de Janeiro. “Llevar tranquilidad a la sociedad será un reto”.

La Operación Lava Jato, el enorme y prolongado escándalo de corrupción, puso al descubierto la debilidad de las instituciones estatales, sostiene Roder, lo cual posibilita que algunos de los seguidores de Bolsonaro cuestionen si acaso no se ha corrompido también el propio proceso electoral. En la izquierda, por su parte, consideran que el encarcelamiento de Lula tuvo como objetivo apartarlo de la política y pone en evidencia la politización del Poder Judicial.

El expresidente cumple actualmente una sentencia a doce años de prisión luego de su condena por corrupción y lavado de dinero. No obstante, sigue siendo el candidato del Partido de los Trabajadores pese al hecho de que probablemente no podrá presentarse.

“Lula Libre” se ha convertido en una consigna para muchos en la izquierda brasileña. Los medios sociales dan cuenta de cuántos en la dirigencia del Partido de los Trabajadores proclaman que “una elección sin Lula es ilegítima”, eslogan repetido en los grafitis diseminados en los muros de numerosas ciudades brasileñas.

Voto electrónico

Por su parte, en la derecha, Jair Bolsonaro ha reiterado en numerosas oportunidades que las votaciones electrónicas de Brasil son sospechosas y que sólo una impresión de cada voto constituiría una salvaguarda de la democracia. En una entrevista en el programa Roda Viva de TV Cultura el 30 de julio, el candidato dijo que la elección de octubre estaba “bajo sospecha” debido a la reciente decisión de la Corte Suprema de derogar una ley de reforma electoral que exigía una copia impresa del voto.

Es un tema muy preciado para él. El Congreso ha sancionado apenas unos pocos de las docenas de proyectos de ley elaborados por Bolsonaro durante sus 26 años en la cámara baja: uno de los aprobados fue la exigencia de que los dispositivos de votación emitieran impresos.

En 2002 Brasil impulsó los dispositivos de votación electrónicos exclusivamente para elecciones federales, y Lula ganó la presidencia. Luego lo hicieron India y Venezuela en 2004. El voto electrónico también se utiliza parcialmente en algunos países como los Estados Unidos, Francia y Japón.