El gobierno de Colombia culpó al Ejército de Liberación Nacional (ELN) por el ataque con un coche bomba en una academia de policía que mató a 21 personas. Se trata del mayor atentado terrorista en Bogotá en más de una década.
Milicias urbanas del grupo rebelde marxista estuvieron más de 10 meses planificando el ataque, que también dejó 68 heridos y casi 600 edificios dañados, según las autoridades. Un Nissan de 1993 cargado con 80 kilos de pentolita detonaron en la Escuela General Santander del sur de la ciudad en la mañana del 17 de enero.
La tasa de homicidios en Colombia aumentó el año pasado y rompió una larga tendencia a la baja, al tiempo que grupos ilegales lucharon por control territorial y la producción de cocaína. El grupo guerrillero más grande de la nación, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), entregó sus armas tras un acuerdo de paz de 2016, pero el ELN y otros grupos de narcotraficantes se movieron rápidamente para ocupar las áreas que había abandonado.
Las negociaciones entre el gobierno y el ELN se estancaron después de que el presidente Iván Duque asumiera el cargo en agosto, insistiendo en que el grupo dejara de realizar ataques terroristas como condición para sentarse a conversar. El mandatario considera ahora que no hay espacio para el diálogo con los rebeldes, señaló el alto comisionado para la Paz, Miguel Ceballos, quien habló junto al ministro de Defensa.
El ataque del jueves fue el peor desde 2003, cuando la explosión de una bomba en un club social dejó más de 30 muertos. El terrorismo alcanzó su punto máximo durante una campaña de bombardeos llevada a cabo por el cartel de Medellín de Pablo Escobar en los años 80 y principios de los 90. Una bomba dirigida a un exministro de Justicia mató a tres personas cerca del distrito financiero de Bogotá en mayo de 2012 y explosión en un centro comercial de la ciudad en 2017 costó la vida a otras tres.
La producción de coca, materia prima para hacer cocaína, se ha triplicado con creces en los últimos cinco años, lo que alimenta la violencia en grandes extensiones del país.
El acuerdo de paz de 2016 con las FARC puso fin a un conflicto de más de cinco décadas. Debido a que las conversaciones entre el gobierno y el ELN se paralizaron el año pasado, el grupo intensificó sus operaciones y realizó docenas de ataques en oleoductos de zonas rurales.
El ELN lucha contra el Estado desde la década de 1960 y asegura que quiere una revolución al estilo cubano en Colombia. Tiene presencia en ambos lados de la frontera con Venezuela y también opera en la región del Pacífico. El grupo cuenta actualmente con alrededor de 1.800 miembros, según Sergio Guzmán, director de Colombia Risk Analysis en Bogotá.
"Están tratando de invadir el vacío de poder que dejaron las FARC y aumentar su importancia a través del narcotráfico y vínculos con el cartel de Sinaloa" en México, indicó Guzmán. “En el pasado han atacado a la policía y las instalaciones de gobierno y anticipo que eso continúe y se intensifique".
