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Arte

Cómo es el mundo de las galerías de arte y ferias en Londres

Los comerciantes de arte y los museos de arte siempre han tenido una relación simbiótica. Los comerciantes prestan obras a los museos, y cuando los museos exhiben esas obras, su valor tiene la tendencia a subir. (O al menos, es más probable que suban que una obra de arte que nunca ha sido exhibida).

Frieze London
Frieze London | Cedoc

Los comerciantes de arte y los museos de arte siempre han tenido una relación simbiótica. Los comerciantes prestan obras a los museos, y cuando los museos exhiben esas obras, su valor tiene la tendencia a subir. (O al menos, es más probable que suban que una obra de arte que nunca ha sido exhibida).

En el contexto de una feria de arte como Frieze London, que se realiza en dos tiendas separadas en el Regent’s Park de Londres hasta el 7 de octubre, esa relación comercial/institucional ha estado en exhibición prominente por años.

“Si se está realizando una muestra en un museo, o se va a realizar una muestra en un museo, los comerciantes traerán el trabajo de ese artista", señala Wendy Olsoff, cofundadora de la galería de Nueva York P.P.O.W. Sin embargo, este año parece haber un aumento de “arte directo del museo” en Frieze London, que contiene arte más nuevo, y en menor medida en Frieze Masters, donde los merchantes tienden a mostrar más objetos históricos.

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El stand de Olsoff en el Frieze London tiene dos fotografías a la venta de David Wojnarowicz (1954-1992). No por casualidad, una masiva muestra en el Museo Whitney de Nueva York, David Wojnarowicz: La historia me mantiene despierto en la noche, cerró la semana pasada.

"Si su artista tiene una gran retrospectiva, no sería una buena opción no traerlos, justo cuando están en su nivel más alto de reconocimiento", comenta Olsoff.

Y así, entre el material habitual de la feria de arte en Frieze (y seamos claros, cualquiera que desee comprar una colorida pintura abstracta para su sala de estar tiene mucho para elegir), los visitantes pueden encontrar obras de artistas que vieron en museos días antes. Hay dos obras de Anthea Hamilton, que actualmente tiene una comisión en exhibición en el Tate Britain, en el stand de la galería Thomas Dane; Levy Gorvy Gallery tiene una presentación de la obra de Francois Morellet, cuya muestra en Dia:Chelsea cerró a principios de este verano; y Dorian Bergen, el presidente de ACA Galleries en Nueva York, estima que la artista Faith Ringgold actualmente está incluida en 20 exposiciones de museos en todo el mundo. Ringgold es el tema exclusivo de un stand en Frieze que comparten ACA y la galería Weiss Berlin.

"Hemos estado en las trincheras con ella mucho tiempo", dice Bergen de Ringgold. “Ha habido momentos de gran éxito; solo hemos estado montando la ola donde nos lleve". Y esa actual ola está subiendo, se apresura a añadir. Los precios de las obras de Ringgold en el stand oscilaban entre US$160.000 para tapices más pequeños y US$300.000 para los más grandes.

  • Fuerzas del mercado

Existen múltiples teorías para este auge del arte afiliado a los museos. Una es que un imprimátur institucional es cada vez más necesario para vender arte a un cierto nivel de precio. Según los comerciantes, atrás quedaron los días en que los coleccionistas se arriesgarían con una obra de seis cifras de un artista del que nunca habían escuchado hablar.

"La inseguridad ha llegado al mercado medio, y ese comprador impulsivo del mercado se ha retirado", dice Olsoff.

Afiliar el trabajo de un artista con una muestra de un museo es, por lo tanto, "algo que se puede decir que le daría a un quizás nervioso coleccionista un poco de seguridad”, afirma. "Porque estás pidiendo dinero real por las cosas; eso no se puede olvidar, no importa cuán rico sea alguien".

Junto con las fotos de Wojnarowicz (a un precio de US$60.000 y US$75.000), Olsoff exhibe obras de Elijah Burgher, un joven artista radicado en Berlín que participará en una exposición de tres personas en el Drawing Center de Nueva York que se inaugurará el 12 de octubre.