Credit Suisse Group AG, que ha duplicado los activos en su negocio de banca privada en Australia en los últimos tres años, se está centrando en una generación más joven de clientes con conocimientos internacionales y expertos en tecnología para hacer frente a las dificultades que alejaron a otros competidores internacionales del mercado.
A pesar de contar con el tercer mayor grupo de millonarios de la región de Asia-Pacífico, después de Japón y China, la industria de la banca privada mundial en Australia se mantiene en un segundo plano. Esto se debe en gran parte a que las generaciones de individuos con alto patrimonio neto de más edad prefieren gestionar su dinero ellos mismos, en lugar de recurrir a los servicios de la banca privada, según encuestas recientes.
Ahora, Credit Suisse y otras gestoras de fondos nacionales están apostando a un cambio a medida que emerge un nuevo grupo de inversores con un enfoque más global, ya sean herederos de la generación anterior o una nueva ola de empresarios jóvenes que tienen más probabilidades de ser millonarios fintech que los promotores inmobiliarios.
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Según las estimaciones de McCrindle, una consultora que estudia tendencias demográficas, se espera que se muevan alrededor de US$3 billones (US$2,1 billones) entre las generaciones australianas durante las próximas dos décadas. Éste es un cambio sin precedentes en un país joven con poca historia de riqueza heredada.
Además de tener un mayor interés en la inversión extranjera, los australianos adinerados buscan nuevas clases de activos, según Jason Murray, jefe de banca privada de National Australia Bank Ltd. Murray dijo que NAB ha establecido una oficina de inversiones para que los clientes de banca privada puedan acceder a transacciones que de otra manera no verían, como acuerdos de capital de riesgo. "En general, los individuos de alto patrimonio neto en Australia están crónicamente sub-diversificados", dijo Murray.
Según datos de NAB, menos del 20 por ciento de las personas con un patrimonio neto alto en Australia recurre a los servicios de banca privada, frente al 70 u 80 por ciento en Estados Unidos y Europa, según análisis de la consultora EY.
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Las generaciones mayores han tendido a invertir en propiedades en el país o en la bolsa australiana, manteniendo niveles relativamente altos de efectivo. Ese estilo de inversión significaba que podían satisfacer la mayoría de sus necesidades mediante el uso de una cuenta en una de las firmas de corretaje locales, a diferencia de un banco privado, un obstáculo que fue citado por UBS en su decisión de retirarse de la gestión de patrimonio en Australia hace tres años.
El potencial de riqueza en el mercado es innegable. La población australiana de individuos con alto patrimonio neto aumentó un 9 por ciento el año pasado a 278.000, según cifras de la consultora Capgemini SE. Sus activos totales crecieron un 10 por ciento a US$884.000 millones, la quinta acumulación de riqueza más alta en Asia Pacífico, dijo Capgemini. Un aire limpio, la seguridad y ciudades atractivas son algunos de los atractivos que han hecho de Australia un destino popular para los migrantes ricos.
"El mercado privado australiano está en su infancia", dijo Michael Marr, director de banca privada de Credit Suisse en Australia. "La mayor parte de la riqueza que se ha generado en Australia en los últimos 40 años sigue con la generación que la creó".
