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El petróleo está atrapado en una tormenta perfecta

La incertidumbre por la demanda, la alta producción y el escepticismo sobre la voluntad de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) de reducir la producción se unieron para causar una fuerte caída de los precios del petróleo. Esta tormenta perfecta está planteando dudas sobre la estabilidad de los precios a corto y largo plazo, ejerciendo una presión aún mayor sobre muchos de los principales productores no estadounidenses que se reunirán en Viena el 3 de diciembre.

Perforadora de petróleo.
Perforadora de petróleo. | Cedoc

La incertidumbre por la demanda, la alta producción y el escepticismo sobre la voluntad de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) de reducir la producción se unieron para causar una fuerte caída de los precios del petróleo. Esta tormenta perfecta está planteando dudas sobre la estabilidad de los precios a corto y largo plazo, ejerciendo una presión aún mayor sobre muchos de los principales productores no estadounidenses que se reunirán en Viena el 3 de diciembre.

Para entender mejor lo que está por venir, los participantes del mercado deberían extraer ideas de lo que los economistas llaman el "teorema de la telaraña", un modelo económico que ayuda a explicar la dinámica de precios.

La semana pasada, los precios del petróleo cayeron un 10 por ciento en negociaciones volátiles que fueron amplificadas por señales de un reposicionamiento frenético de algunos participantes del mercado. El precio de la mezcla WTI ha caído un tercio en menos de dos meses, a US$50 a fines de la semana pasada, frente a un máximo de US$76 el 3 de octubre. Algunos analistas advierten que el mercado incluso podría estar repitiendo el patrón de hace algunos años, cuando los precios del petróleo cayeron más de la mitad, desde cerca de US$90 en noviembre de 2014 hasta solo US$41 en enero de 2016.

Tres factores distintos han impulsado la reciente caída de los precios, que se produjo a pesar de las nuevas sanciones de Estados Unidos contra Irán, que limitan la capacidad de ese país para exportar petróleo:

* Una mayor evidencia de un debilitamiento de la economía mundial, incluyendo datos decepcionantes de Europa y crecientes preocupaciones sobre el bienestar económico de China.

* La confirmación de que la producción de EE.UU. está en auge, incluido un aumento al doble de la producción de shale desde 2012.

* Los reiterados llamados del presidente Donald Trump para que Arabia Saudita evite cualquier acción que se traduzca en mayores precios del petróleo.

Arabia Saudita recientemente manifestó su interés por liderar un nuevo esfuerzo para estabilizar los precios mediante la reducción de su propia producción como parte de una reducción más general que involucraría tanto a los productores de la OPEP como a los que no pertenecen al grupo (en particular Rusia). Pero muchos participantes del mercado creen que la probabilidad de traducir esto en una acción efectiva ha disminuido debido a los acontecimientos políticos.

Trump ha lanzado una campaña en Twitter exigiendo no solo precios más bajos del petróleo en general, sino también que Arabia Saudita, específicamente, evite cualquier acción que interrumpa la tendencia a la baja.

La credibilidad de los esfuerzos de Trump se ha visto reforzada por su decisión de abstenerse de tomar medidas contra Arabia Saudita por el asesinato del periodista Jamal Khashoggi. Ahora que recibieron el apoyo de Trump, sería difícil imaginar que los máximos funcionarios saudíes tomen medidas explícitas para elevar los precios del petróleo.

Todo esto se traduce en una difícil perspectiva a corto plazo para los precios del petróleo. Además de la falta de apoyo de los indicadores fundamentales tanto de la demanda como de la oferta, el mercado tiene que enfrentar el debilitamiento de otro pilar para la estabilización: la coordinación de la OPEP con Rusia y algunos otros productores para equilibrar la producción y el uso actual a precios más altos. Estos acontecimientos también apuntan a perspectivas más complicadas a largo plazo, lo que confirma un cambio en un aspecto importante de dónde y cómo se persigue el papel del productor compensador.

Después de intentar un enfoque de no intervención a fines de 2014 y dejar la función de productor compensador de la OPEP, Arabia Saudita retomó su posición de liderazgo tradicional dos años más tarde, pero con algunos cambios operacionales que aumentaron la efectividad a corto plazo de esta función de estabilización de precios. Estas modificaciones incluyeron una mayor coordinación con Rusia y otros productores no pertenecientes a la OPEP, y una mayor flexibilidad dentro de la OPEP.

Sin embargo, la posición del cártel petrolero como productor compensador se ve desafiada por la creciente influencia de EE.UU. Con su mayor producción y opiniones más críticas sobre los precios, EE.UU. ha estado reafirmando cada vez más su papel como otro productor compensador de facto para el mercado petrolero, diluyendo así el papel tradicional de la OPEP. Y a diferencia de la OPEP, una parte importante del papel de EE.UU. –que actualmente asume la producción de shale del sector privado y la falta de dirección o intervención del sector público– se persigue de manera diferente, lo que sugiere grandes oscilaciones sobre un ciclo de precios típico. Recuerde, la producción de shale y la inversión tienden a reaccionar a los cambios de precios con un mayor desfase de tiempo (aunque se ha reducido un poco en los últimos años).

Para captar la dinámica de precios resultante, los participantes del mercado petrolero deben familiarizarse con las ideas del teorema de la telaraña, un enfoque que alguna vez fue muy popular para explicar los movimientos de precios en el sector de los productos básicos, en particular la agricultura.

En pocas palabras, el teorema incorpora desfases en la evaluación de cómo las decisiones de producción de los productores responden a la evolución de los precios, destacando por qué el precio puede no converger a su nivel de equilibrio determinado por la demanda/oferta de manera ordenada y oportuna.

No solo lleva tiempo girar hacia el nivel de precios de equilibrio, sino que, en algunos casos, puede producirse un descontrol, provocando fuertes fluctuaciones de precios y algunas potenciales fracturas tanto para los proveedores como para los consumidores.

Las implicaciones de la fuerte caída de la semana pasada en los precios del petróleo van más allá de la gama habitual de influencias económicas y de mercado. La caída también proporciona una visión de los cambios estructurales graduales experimentados por un mercado que juega un papel importante en una amplia gama de decisiones de producción, inversión y consumo.

Esta columna no necesariamente refleja la opinión de la junta editorial o de Bloomberg LP y sus dueños.