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Europa

España: el gobierno frena el avance de UBER

Los taxistas españoles están furiosos por el aumento en el número de autos que operan con aplicaciones.

Uber Co-Authors Academic Study That Says Its Drivers Are Happy
Uber Co-Authors Academic Study That Says Its Drivers Are Happy | Bloomberg

Las medidas tomadas por el Gobierno socialista español contra el crecimiento de las aplicaciones de transporte urbano como Uber y Cabify podrían perjudicar a quienes el Gobierno afirma querer ayudar: trabajadores de mediana edad que están desempleados hace mucho tiempo.

El ministro de Fomento, José Luis Ábalos, anunció el viernes nuevas reglas que obligan a los titulares de licencias de servicios de coches como Uber a obtener otro permiso de las autoridades locales para operar en áreas urbanas. El objetivo es abordar las tensiones entre los taxistas y los conductores que usan la aplicación de transporte compartido estableciendo las mismas reglas para ambos, dijo Ábalos.

Las reglas más estrictas son la salva de España en una batalla que se libra en ciudades de todo el mundo entre firmas como Uber, con sede en San Francisco, y entes reguladores por servicios que según las compañías de taxis amenazan su existencia. Las empresas de transporte urbano que utilizan esas aplicaciones afirman que el Gobierno está cediendo a las exigencias de los lobbies de taxis y perjudicando a los conductores independientes, la mayoría de los cuales no pueden volver al mercado laboral. Este verano boreal, los taxistas bloquearon las calles de Madrid y Barcelona con una ola de protestas contra la propagación de las aplicaciones de transporte particular.

"Es una locura que partidos como los socialistas, que históricamente han protegido los derechos de los trabajadores, ahora respalden a las compañías de taxis", dijo en entrevista desde Madrid Eduardo Martin, director de Unauto, la mayor asociación que representa los servicios de transporte urbano. "El sector de los taxis está presionando al Gobierno para que elimine a un competidor directo".

Taxistas furiosos

Los taxistas españoles están furiosos por el aumento en el número de autos que operan con aplicaciones de transporte particular, que ahora atienden a 6 millones de clientes en España.

El número de licencias de taxis se ha mantenido estable en los últimos 20 años, en aproximadamente 70.000, según AFI, una consultora con sede en Madrid. En cambio, las llamadas licencias VTC para automóviles con chofer que usan aplicaciones de compañías como Uber van camino de aumentar un 50 por ciento hasta 2020, pasando de 11 mil licencias a 18 mil.

Muchos de esos conductores son personas de mediana edad cuyas vidas laborales se vieron truncadas por una recesión de cinco años que llevó la tasa de desempleo a un pico de 27 por ciento en 2013.

"El perfil más frecuente del nuevo chófer de transporte urbano ha estado desempleado mucho tiempo y tiene más de 50 años; para esas personas, este trabajo representa una oportunidad única para reincorporarse al mundo laboral", reza un informe preparado por Unauto. Más de un tercio de los conductores de vehículos con VTC superan los 50 años, según el documento.

En un gesto dirigido a los conductores y propietarios de los VTC, el Gobierno permitirá un período de transición de cuatro años para que la regulación más estricta entre en vigor. Pasado ese tiempo, los automóviles deberán tener el permiso nuevo correspondiente para poder conducir en las ciudades.

"La aprobación del decreto es algo positivo: las reglas y las leyes no son algo malo", dijo Jesús Fernández, vocero de Antaxi, una asociación nacional que afirma representar el 40 por ciento de los taxis españoles. "Las empresas de transporte particular deben estar reguladas si pretenden ofrecer el mismo servicio que los taxis".