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Los ricos son víctimas de su propia propaganda

Un amigo me envió un correo electrónico el otro día, en el que se quejaba por la tasa marginal de 70 por ciento sugerida por la representante demócrata Alexandria Ocasio-Cortez y el nuevo impuesto a la riqueza propuesto por la senadora demócrata Elizabeth Warren.

The MMT Inequality Scale
The MMT Inequality Scale | Bloomberg

Un amigo me envió un correo electrónico el otro día, en el que se quejaba por la tasa marginal de 70 por ciento sugerida por la representante demócrata Alexandria Ocasio-Cortez y el nuevo impuesto a la riqueza propuesto por la senadora demócrata Elizabeth Warren.

Ocasio-Cortez mencionó la tasa de 70 por ciento por primera vez en respuesta a una pregunta de Anderson Cooper, de CNN, sobre cómo propone pagar un programa como el Nuevo Pacto Verde, que costaría billones de dólares. Los impuestos más altos, sugirió, serían parte de la respuesta.

Luego, Warren publicó un video en el que explica que su "impuesto a los ultramillonarios" podría recoger casi US$3 billones en 10 años, dinero que, asegura, podría usarse para pagar programas como el cuidado infantil universal, el Nuevo Pacto Verde y la condonación de la deuda estudiantil.

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Se me olvidaba mencionar que mi amigo es lo suficientemente rico para verse afectado por ambos.

He argumentado en muchos foros que podemos pagar el Nuevo Pacto Verde y que la obsesión con encontrar dólares de nuevos ingresos para compensar los dólares de gastos es un enfoque inadecuado para el proceso de presupuesto federal. Mi punto de vista corresponde a la escuela de pensamiento macroeconómico conocida como Teoría Fiscal Moderna, o MMT, por sus siglas en inglés.

He debatido esas ideas en Bloomberg Opinion, y están empezando a llegar a los círculos de formuladores de políticas. Sin embargo, es difícil que los políticos y los periodistas que los entrevistan dejen de pedir un plan de fuentes de financiación para cada nueva propuesta de gastos.

Mi amigo millonario no quiere pagar por el cuidado infantil. No quiere ayudar a pagar las deudas estudiantiles. Y definitivamente no quiere poner una parte considerable para el costosísimo Nuevo Pacto Verde.

Entonces, ¿dónde quedan los demócratas, quienes insisten en que necesitan a los ricos para pagar su agenda progresista? Esto es lo que le dije.

"Estoy de acuerdo con los demócratas. Quiero que construyamos un mundo más limpio, más seguro y más próspero. Estoy de acuerdo con el multimillonario gestor de fondos de cobertura Ray Dalio, quien argumenta que la desigualdad es ahora tan extrema que debería ser declarada una "emergencia nacional" y debería enfrentarse con una acción presidencial.

"Y me preocupa mucho que pueda ser imposible incrementar los impuestos a los ultramillonarios (quienes tienen un poder político enorme). ¿Entonces qué? El planeta arde, nuestra infraestructura tercermundista llega al punto de ser irreparable y nuestra sociedad se divide cada vez más, hasta que las tensiones alcanzan un punto máximo y... aparecen las hogueras.

"El problema es que todos los políticos se enfrentan a la misma pregunta: "¿Cómo va a pagar eso?" Lo que realmente preguntan los periodistas es: "¿Quién va a pagar eso?"

"La pregunta está diseñada para detener cualquier debate de política significativo dividiéndonos, y para hacernos discutir de dónde saldrá el dinero. Ya que ninguno de los políticos relevantes ha descubierto cómo responder –explicando que cuando el Congreso apruebe el presupuesto, el Departamento del Tesoro instruirá a Reserva Federal para que acredite una cuenta bancaria de vendedor– todos terminan respondiendo señalando alguna nueva fuente de ingresos.

"Y luego están las limitaciones autoimpuestas, como exigir a los legisladores compensar cada nuevo gasto con impuestos más altos o recortes en alguna otra parte del presupuesto, lo que quiere decir que no se puede presentar a votación ninguna legislación sin tenerla "totalmente paga". También hace que la aprobación sea mucho más difícil, ya que exige que los políticos aumenten los impuestos o saquen dinero de otros programas. Y ni me hagan hablar de la Oficina de Presupuesto del Congreso.

"Es por eso que la representante Ocasio-Cortez y la senadora Warren miran a los ultramillonarios para financiar sus agendas. ¡Los multimillonarios son el árbol mágico del dinero!

"Para ser franca, los multimillonarios se han convertido en víctimas de su propia exitosa campaña de mercadeo. Multimillonarios conservadores como Pete Peterson pasaron décadas quejándose de la deuda y los déficits, por lo que dedicaron enormes sumas de dinero a una campaña de relaciones públicas para poner a los políticos y al público en contra del déficit en el gasto.

"Entonces, aquí estamos. Como dijo Hillary Clinton en la campaña de 2016: "hay que ir a donde está el dinero". ¡Es decir, a ti!

"¿Qué pueden hacer los contribuyentes? Supongo que pueden decir: "¡No nos miren a nosotros! ¡El dinero viene de ahí!", mientras señalan al Congreso. Porque, a decir verdad, la financiación de un Nuevo Pacto Verde con algo de déficit implica trabajos mejor pagos, un mundo más limpio y activos (bonos del Tesoro) más seguros para todos, incluidos los contribuyentes más ricos".

Para ayudar a mi amigo a entender las opciones a las que nos enfrentamos, le envié un dibujo de lo que muestra el siguiente gráfico.

No es necesario precisar los datos. Solo hay que pensarlo, sin mucha complicación, como reflejo de la brecha entre la parte superior y la inferior. Empecemos con el grado actual de disparidad, representado por la barra negra de la izquierda.

Ahora supongamos que alguien nos ofrece tres maneras diferentes de reducir la desigualdad, como muestran las barras A, B y C. Cada una da como resultado una sociedad menos desigual, pero la misma disparidad absoluta entre la parte superior y la inferior.

Para obtener el resultado A, hay que quitarle dinero a los ricos con impuestos (la parte superior gris). Esto no mejora en nada el bienestar material de la parte inferior, pero comprime la distribución, por lo que la desigualdad disminuye.

La opción B es la redistribución al estilo Robin Hood. El dinero se le quita con impuestos a los de la parte superior, y se invierte en programas para apoyar a los de abajo (como se ve en azul). De nuevo, la distancia (o el grado de disparidad) entre la parte superior y la inferior es la misma que con la Opción A, pero esta vez la parte de arriba perdió y la de abajo ganó.

Finalmente, consideremos lo que pasa si simplemente invertimos en programas que beneficien a los no ricos (condonación de deuda estudiantil, cuidado infantil, etc.), sin tratar a los súper ricos como nuestro marranito. Con la Opción C, la parte superior no se mueve, pero la inferior alcanza nuevas alturas.

Resulta increíble que la opción que claramente beneficia a ambos grupos es a la que más tememos. Pero eso es lo que pasa cuando la fobia a los déficits obliga a los políticos a "pagar" todo yendo a donde está el dinero.