La primera ministra británica Theresa May desafía a quienes exigen su renuncia y lucha por mantener el control de su gobierno durante el tiempo suficiente para concretar un acuerdo de brexit que ha generado indignación en todo el espectro político.
Ante una revuelta sobre su propuesta de acuerdo de salida con la Unión Europea, May dijo que seguiría en su puesto porque la población espera que cumpla su mandato de 2016 de salir del bloque de forma ordenada.
Sin embargo, enfrenta una gran batalla con quienes la critican en el seno de su Partido Conservador y podría encontrarse ante un desafío formal a su autoridad en cuestión de días. Si eso pasa y May se ve obligada a renunciar, el Reino Unido se encontrará a apenas cuatro meses de abandonar la UE sin indicios de un acuerdo sobre las condiciones de la separación, una crisis política que se agrava y la perspectiva de que los mercados financieros y la economía se derrumben.
Renunció el ministro británico del Brexit tras el acuerdo de May con la UE
“El liderazgo consiste en tomar las decisiones correctas, no las fáciles”, dijo May durante una concurrida conferencia de prensa en sus oficinas de 10 Downing Street, Londres. “¿Voy a completar esto? Sí”
May desmintió el viernes que su gobierno pudiera estar al borde del colapso a menos que presentara su renuncia. El Telegraph señaló que Arlene Foster, líder del Partido Unionista Democrático (DUP por la sigla en inglés) de Irlanda del Norte, que apoya al gobierno minoritario de May, retiraría su apoyo a los conservadores a menos que se designara a un nuevo primer ministro.
May desmintió que su gobierno pudiera estar al borde del colapso a menos que presentara su renuncia
“Seguimos trabajando con el DUP”, declaró May a LBC Radio. Pero admitió que tuvo que tratar de convencer a legisladores del partido de respaldar su plan.
Caos
May ofreció su conferencia de prensa desafiante el jueves, hacia el fin de otras 24 horas dramáticas en las cuales el orden político británico nuevamente quedó sumido en el caos como consecuencia de lo que se ha convertido en el mayor desafío de la era postimperial del país.
El jueves comenzó con buenas noticias para May cuando el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, anunció planes destinados a una cumbre especial el 25 de noviembre para que los gobernantes firmaran el acuerdo del brexit. Era exactamente lo que May necesitaba escuchar, dado que su gobierno estima que una salida unilateral después de más cuatro décadas de pertenencia a la UE podría costarle al Reino Unido un 10 por ciento de actividad económica perdida a largo plazo.
Caos en el plan de May para el brexit tras las renuncias de sus ministros
En las tres horas siguientes, sin embargo, cuatro ministros, entre ellos su principal negociador del brexit, presentaron su renuncia por considerar que su plan de mantenerse en el marco de las reglas de la UE constituía una traición a las promesas hechas a los votantes.
Luego, Jacob Rees-Mogg, el influyente líder de un grupo de 60 conservadores, anunció que había enviado una carta formal exigiendo un voto de desconfianza en el liderazgo de May, un proceso que rápidamente podría derivar en que la primera ministra se viera obligada a abandonar su cargo. Le siguieron muchos otros, si bien aún no se ha alcanzado el umbral de los 48 rebeldes.
