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Campaña contra el acoso

¿Cambió algo el #MeToo? Los jefes dicen que sí, los trabajadores dicen que no

Los empleadores dicen que les está yendo mejor con el tema del acoso sexual en el lugar de trabajo, pero los empleados tienen otra opinión.

Women's Rally Against Sexual Harassment As Allegation Against Japan Official Troubles Administration
Women's Rally Against Sexual Harassment As Allegation Against Japan Official Troubles Administration | Bloomberg

Pregunte a los empleadores cómo les está yendo con el tema del acoso sexual en el lugar de trabajo y la mayoría le va a decir que bastante bien, pero los empleados tienen otra opinión.

Casi el 70 por ciento de los líderes están "totalmente de acuerdo" en que su lugar de trabajo "no tolera el acoso"; sin embargo, menos de la mitad de los trabajadores que no tienen roles de liderazgo dice lo mismo, según una encuesta realizada a mil adultos que trabajan en Estados Unidos. Uno de cada cuatro dijo que vio o escuchó sobre algún incidente en el último año.

 

Uno de cada cuatro trabajadores dijo que vio o escuchó sobre algún incidente en el último año.

"Hay una desconexión", según Shahed Larson, socia de Brunswick Group, la firma de relaciones públicas que realizó la encuesta. El movimiento #MeToo generó una conciencia sin precedentes de la omnipresencia del acoso sexual en los lugares de trabajo. Cientos de hombres (y algunas mujeres) en todas las industrias se han enfrentado a acusaciones de acoso en el último año. Empresas de alto perfil enfrentaron crisis de relaciones públicas y muchos perpetradores perdieron sus empleos.

Es posible que las organizaciones que hasta ahora han evitado un escándalo público piensen que están a salvo. La mayoría de las mujeres encuestadas recientemente por FairyGodBoss, un sitio web de opiniones sobre los entornos de trabajo orientado a las mujeres, dijo que no creen que el movimiento #MeToo haya cambiado su lugar de trabajo. Un 60 por ciento dice que su compañía no ha emitido ninguna política actualizada o nueva desde que surgió #MeToo.

"Si no ha pasado por una crisis, ningún nivel de alboroto lo hará sentir diferente acerca de su organización", dijo Larson. "Puede pensar que es inmune".

Los datos sugieren lo contrario. Más de la mitad de los encuestados por Brunswick Group cree que ocurre acoso y abuso sexual en las empresas estadounidenses. Un tercio cree que "sucede todo el tiempo". La Comisión para la Igualdad de Oportunidades en el Empleo (EEOC, por sus siglas en inglés) registró un aumento del 12 por ciento en las formalizaciones por acoso frente al año anterior.

Sin embargo, tres de cada cuatro ejecutivos encuestados por la Society for Human Resource Management dijeron que están "satisfechos" o "muy satisfechos" con los esfuerzos de sus organizaciones para mantener el lugar de trabajo libre de acoso sexual.

Hay razones para la desconexión, dice Larson. Por un lado, el acoso sexual a menudo no se denuncia. FairyGodBoss concluyó que el 63 por ciento de las mujeres encuestadas no informó de su acoso a un gerente, Recursos Humanos o autoridades. Las víctimas temen represalias o que no les crean; no confían en Recursos Humanos. La encuesta de Brunswick Group concluyó que más del 60 por ciento de los que sufrieron acoso cree que Recursos Humanos en última instancia vela por la empresa, no por los intereses de los empleados.

"Las víctimas se sienten muy presionadas como para denunciar", dijo Georgene Huang, fundadora y máxima ejecutiva de FairyGodBoss. "Todavía es increíblemente difícil".

Es posible también, que los empleados no estén al tanto de lo que implican las políticas o los procedimientos de sus empresas. Un tercio de los encuestados por FairyGodBoss dijo que no estaban seguros de si sus empleadores habían emitido o actualizado sus políticas a raíz de #MeToo.

Las empresas pueden hacer cosas simples para comunicar mejor sus políticas y mejorar su entorno. De acuerdo con la encuesta de Brunswick Group, casi el 90 por ciento de los empleados dice que quiere escuchar hablar a sus máximos ejecutivos sobre el "respeto en el lugar de trabajo", pero menos de un tercio dice haber escuchado a sus máximos ejecutivos hablar sobre el tema.

"La seguridad y el respeto en el lugar de trabajo no siempre han sido un pilar del discurso ejecutivo", dijo Larson. “Tiene que ser defendido por el máximo ejecutivo; si él no hace de eso una prioridad, al resto de la administración tampoco le importará".