Sobre los hombros de un legislador poco conocido, la oposición venezolana se moviliza por primera vez desde que el presidente Nicolás Maduro acalló protestas masivas hace más de un año.
Durante meses, los ciudadanos asolados por el hambre han ignorado los llamados a protestar por lo que Estados Unidos y muchos otros países consideran unas elecciones ilegítimas. Ahora, un grupo de simpatizantes se acerca a escuchar a Juan Guaidó, de 35 años y nuevo timonel de la Asamblea Nacional, mientras explica cómo una disposición constitucional podría convertirlo en presidente interino.
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Ha obtenido el apoyo de líderes regionales y del presidente de EE.UU., Donald Trump, quien considera reconocer a Guaidó como líder legítimo de Venezuela, informó el martes CNN. Incluso se ganó una breve detención por parte de la policía secreta de Maduro. Pero no está claro si Guaidó puede hacer frente a la autocracia socialista de dos décadas que ha llevado al país a la ruina.
Marina Cabrera, de 56 años, estuvo entre los cientos de personas que asistieron a un evento reciente en Caracas para escucharlo. Bajo un sol inclemente, Guaidó revisó documentos mientras hablaba y tartamudeó al leer la Carta Magna de Venezuela. Gran parte de la multitud tuvo problemas para seguir su idea, pero aun así aplaudieron.
"Tenemos a un tirano en el poder que se robó las elecciones", lamentó Cabrera. "Puede que Guaidó sea joven, pero tiene que asumir [la presidencia]".
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Tarea compleja
Para lograr eso, Guaido se enfrenta a una tarea titánica. En sus dos semanas como titular de la asamblea, se le ha reconocido en su país y en el extranjero como el principal rival de Maduro. Pero el poco experimentado protegido del preso político Leopoldo López debe canalizar la presión internacional, unir a una oposición iracunda y motivar a una población golpeada.
"En la sociedad venezolana hay una constante demanda por liderazgos salvadores", señaló la historiadora Inés Quintero. “No es un momento de actos de masa en la calle solamente. Debe haber continuidad de la demanda de cambio en un espacio institucional”.
Ese espacio es más difícil que nunca de encontrar. La semana pasada Maduro, de 56 años y sucesor del fallecido Hugo Chávez, inició un mandato de seis años desafiando a sus enemigos locales y a las más de 60 naciones que se niegan a reconocer las elecciones de 2018.
Crecen los llamados a que Maduro renuncie, pero él se ha negado a cambiar de rumbo, aplastando a los oponentes y sus esfuerzos por destituirlo mediante votaciones o a la fuerza. En 2017, supervisó la creación de la todopoderosa Asamblea Constituyente y virtualmente anuló la Asamblea Nacional, que es la única institución electa que no está controlada por sus aliados. Las protestas que costaron la vida de más de 120 personas desaparecieron rápidamente.
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Burlas de Maduro
En un discurso del lunes, Maduro se burló de la idea de entregarle a Guaidó las riendas del poder. "Te voy a mandar la banda [presidencial], muchachón, a ver qué haces con el mando de la nación", declaró.
Guaidó, exlíder estudiantil, ingresó a la asamblea hace apenas cuatro años y se convirtió en su titular debido a "una serie de eventos desafortunados" después de que sus compañeros fueran arrestados o forzados al exilio, detalló Carlos Romero, politólogo de la Universidad Central de Venezuela en Caracas.
"Su liderazgo es conocido dentro de su partido, pero no en el país", explicó Romero. "La situación lo ha catapultado al centro de atención".
Aún está por verse cuánto tiempo dura su plataforma. La semana pasada, la Asamblea Constituyente aprobó una medida que podría ser el primer paso para hacer desaparecer la Asamblea Nacional. También amenazó con investigaciones por traición a la patria contra legisladores que respaldan las demandas de otros países de la región para que Maduro entregue el poder.
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Reuniones
Mientras tanto, Guaido está convocando reuniones municipales para debatir una disposición constitucional que, en ausencia de un presidente legítimo, le daría al líder de la asamblea la facultad para convocar nuevas elecciones. Hasta el momento no se ha declarado a sí mismo presidente interino y le ha dicho a los venezolanos que necesita respaldo militar y de la comunidad internacional.
Los líderes regionales no han perdido tiempo a la hora de apoyarlo. La Organización de Estados Americanos y Brasil dijeron que incluso reconocieron a Guaidó como jefe de Estado de su país, mientras que el Departamento de Estado de EE.UU. pidió una "transición ordenada" hacia un nuevo gobierno y prometió todo el "poder económico y diplomático" de esa nación para restaurar la democracia.
