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Para Nestlé y Unilever, no tener noticias es bueno

El máximo ejecutivo, Paul Polman, tuvo que abandonar ese plan en medio de la oposición de los grandes accionistas del Reino Unido.

Nestle to Sell Gerber Life Insurance Unit for $1.55 Billion
Nestle to Sell Gerber Life Insurance Unit for $1.55 Billion | Bloomberg

A veces, que no hayan noticias puede ser una buena noticia. Unilever y Nestlé, dos de los gigantes de bienes de consumo de Europa, lograron reportar el jueves un crecimiento en las ventas que coincidieron ampliamente con las estimaciones de los analistas.

Eso era exactamente lo que necesitaban: ambos son vulnerables si tropiezan. Un paso en falso de Nestlé podría fortalecer la mano de un inversor activista; uno de Unilever, podría atraer a uno.

Ambas están luchando con un crecimiento mediocre de las ventas a medida que los consumidores se vuelcan hacia productos a menor escala, a menudo más apetecidos por los milenials, y con una desaceleración del crecimiento en los mercados emergentes. De los dos, Unilever se encuentra bajo una mayor presión por generar mejores resultados operativos después de comprometerse a mejorar su rendimiento tras rechazar una generosa oferta de adquisición.

Después de defenderse con éxito de Kraft Heinz Co. el año pasado, el conglomerado angloholandés había planeado simplificar su estructura en una sola compañía controladora en los Países Bajos, una medida que le habría dado más margen para crecer a través de fusiones y adquisiciones. Este mes, el máximo ejecutivo, Paul Polman, tuvo que abandonar ese plan en medio de la oposición de los grandes accionistas del Reino Unido.

Unilever ha estado en parte protegida por la fuerte caída en las acciones de Kraft Heinz desde que abandonó su oferta de US$143.000 millones en febrero de 2017. No puede contar con esto para siempre. Cualquier caída en el desempeño podría animar a un inversor activista a irrumpir y agitar las cosas para que llegue otra oferta de adquisición. Dada la mala sensación que generó la fallida reubicación, los inversores pueden estar abiertos a un cambio de propiedad.

Nestlé, propietario de la barra Kit Kat y de Nespresso, se encuentra en una posición más fuerte. El máximo ejecutivo, Mark Schneider, que lleva casi dos años en el puesto, está intentando mantener un rumbo estable entre la búsqueda de ganancias, a expensas del crecimiento de las ventas, y un crecimiento infructuoso de los ingresos. Hasta ahora, parece estar navegando a través de este delicado acto de malabarismo. La partida del líder para Asia Wan Ling Martello –considerado como un posible sucesor de Polman– no ha ayudado, pero tampoco ha llegado a desviar a Schneider de su rumbo.

Aun así, no puede permitirse un paso en falso. En julio, el activista Dan Loeb lo instó a acelerar el ritmo de las enajenaciones. Desde entonces, Schneider ha anunciado la venta del negocio de seguros Gerber Life Insurance por un precio mejor de lo esperado de US$1.550 millones, y está considerando la posibilidad de vender el negocio de salud de la piel de Nestlé.

Loeb también quiere que Nestlé se desprenda de su participación de 24.000 millones de euros (US$28.000 millones) en L’Oreal SA, algo a lo que Schneider se ha resistido hasta ahora. Cualquier debilidad operativa podría dar al activista la motivación de empujar aún más fuerte, por ejemplo, apuntando a un puesto en la junta directiva.

Las acciones de Unilever han caído un 13 por ciento en el último año, por debajo del rendimiento de Nestlé, que ha bajado casi un 7 por ciento. El grupo angloholandés cotiza a poco más de 18 veces las ganancias estimadas, un poco menos que el múltiplo de 19 veces de Nestlé.

Eso parece justo. Incluso con el inesperado cambio en la gerencia, Nestlé parece estar en mejor pie y hasta ahora ha evitado las heridas autoinfligidas que parecen ser la especialidad de su rival.

Esta columna no necesariamente refleja la opinión de la junta editorial o de Bloomberg LP y sus dueños.