BLOOMBERG

Peso argentino descansa de sus movimientos salvajes

Mientras que alcistas y bajistas debaten si la estrepitosa caída de tres años del peso argentino marca una razón para comprar o huir, una cosa es segura: la moneda pronto se convertirá en una de las menos volátiles entre sus pares, exactamente lo opuesto de su posición el año pasado.

Se va, se va, se fue
Se va, se va, se fue | Bloomberg

Mientras que alcistas y bajistas debaten si la estrepitosa caída de tres años del peso argentino marca una razón para comprar o huir, una cosa es segura: la moneda pronto se convertirá en una de las menos volátiles entre sus pares, exactamente lo opuesto de su posición el año pasado.

La volatilidad histórica de un mes ahora es de alrededor de 10 por ciento, en comparación con el máximo del año pasado de casi 60 por ciento, alcanzado el 27 de septiembre. Es menor que la del real brasileño y el peso colombiano, y se espera que continúe disminuyendo, probablemente hasta convertirse en una de las más bajas de Latinoamérica. La volatilidad implícita, la forma más usual y prospectiva de medir la estabilidad relativa, no aplica al peso dada la falta de un mercado de opciones funcionales.

El giro se debe en gran parte a la decisión del banco central de imponer una banda de cambio poco después de ese aumento de la volatilidad, que coincidió con un rescate del Fondo Monetario Internacional. Pero eso no es todo. Además, el índice Bloomberg dollar bajó 1,2 por ciento en lo que va de enero, en medio de una perspectiva más suave para la política monetaria de Estados Unidos, lo que elevó las monedas latinoamericanas. En el plano interno, mientras tanto, las actividades de venta de dólares se han recuperado tras las señales de una buena cosecha de soja que promete más ingresos.

Esto no le gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
Hoy más que nunca Suscribite

Todo esto significa que, paradójicamente, un entorno favorable al peso está presionando una banda de cambio diseñada para permitir que la moneda se deprecie 2 por ciento cada mes –pero no más que eso–, a fin de mantener el ritmo de la inflación. A mitad del primer mes del año, el peso ha fluctuado alrededor de 3 por ciento entre máximos y mínimos, en comparación con más de 6 por ciento en diciembre y más de 10 por ciento en noviembre.

Por ahora, los alcistas del peso parecen estar ganando la batalla. Los formuladores de políticas tuvieron que desembolsar US$50 millones el lunes y también el martes, su límite diario autoimpuesto, para mantener el peso cerca de la banda del banco central. Sin embargo, la moneda se arrastra persistentemente cerca del límite superior. En abril, el Tesoro planea vender un máximo de US$10.000 millones en el mercado, un cambio que podría envalentonar a los alcistas.

  • NOTA: George Lei es un estratega de FX que escribe para Bloomberg. Las observaciones que hace son propias y no pretenden ser un consejo de inversión.
  • Parte de la información proviene de operadores FX familiarizados con las transacciones, quienes solicitaron no ser identificados porque no están autorizados para hablar públicamente