El Fondo Monetario Internacional dijo que una triple amenaza a la que se enfrenta la zona euro tiene el potencial de arrastrar la economía a una crisis más profunda.
En su revisión de la región, el fondo dijo que se espera que el crecimiento "se afiance más adelante este año, pero existen riesgos significativos". Las amenazas actuales -tensiones comerciales globales, un brexit sin acuerdo y posiciones fiscales de países como Italia- hacen que el "pronóstico central sea precario".
También animó a las autoridades europeas a adoptar una postura más dura con los gobiernos que no controlan sus presupuestos, y dijo que una mejora en la aplicación de las reglas fiscales es "necesaria ahora".
El FMI agregó que incluso sin una conmoción importante, la zona euro "podría experimentar un período prolongado de crecimiento e inflación anémicos". Eso también es una preocupación para el Banco Central Europeo, que ha ampliado su periodo de tasas de interés en un mínimo récord e incluso ha empezado a hablar sobre lo que podría ser necesario si la situación empeora.
Con la inflación en la zona euro por debajo del objetivo del BCE, el FMI respaldó la continuación de una política flexible y dijo que podría ser necesaria una mayor relajación. Pero también advirtió que esto podría socavar la estabilidad financiera y crear burbujas.
La economía de la zona euro se tambaleó, también, a fines de 2018, debido a que las protestas violentas en Francia hundieron la producción y el consumo; la inestabilidad política siguió sacudiendo a Italia; y la industria automotriz alemana luchó por recuperarse de los cambios en la regulación en el otoño.
Economía europea empeora ante descenso industrial en Alemania
La producción industrial alemana registró en abril su peor descenso en casi cuatro años y el banco central del país realizó una evaluación sombría de la situación económica, lo que sugiere una caída persistente en la mayor economía de Europa.
Las fábricas están en el centro de la desaceleración de la región, ya que los conflictos comerciales, el debilitamiento de las ventas de automóviles y el enfriamiento de la demanda mundial afectan a las exportaciones. Aquello preocupa a las autoridades del Banco Central Europeo, que temen que la debilidad se extienda a otras áreas de la economía de la zona del euro, donde el sector de servicios hasta ahora ha tenido que apuntalar la demanda.
