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Las alternativas de BCE en caso de una crisis turca e italiana

La crisis cambiaria de Turquía, los problemas de Italia con los bonos y el proteccionismo del presidente Donald Trump están centrando el pensamiento de los funcionarios en determinar si el Banco Central Europeo tiene que actuar para proteger la economía de la zona del euro.

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Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo. | Bloomberg

La crisis cambiaria de Turquía, los problemas de Italia con los bonos y el proteccionismo del presidente Donald Trump están centrando el pensamiento de los funcionarios en determinar si el Banco Central Europeo tiene que actuar para proteger la economía de la zona del euro.

Las autoridades han guardado silencio durante el receso estival (boreal), después de decir en la reunión de julio que la incertidumbre mundial es “notoria” al tiempo que se mantenían firmes en su plan de reducir el estímulo. Al igual que la Reserva Federal estadounidense, el BCE apuesta a que el crecimiento nacional es lo suficientemente sólido para impedir el contagio desde los puntos conflictivos.

Sin embargo, el presidente Mario Draghi también dijo que, tras años de luchar contra la crisis, ahora dirige un “banco central distinto” con un “conjunto muchísimo más rico de herramientas de política monetaria”. La siguiente es una lista de ellas, en caso de que se las necesite:

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Compras de activos

El Consejo de Gobierno del BCE “prevé” desacelerar su programa de compra de bonos en octubre y fijar un límite a las tenencias a fin de año, cuando lleguen a 2,6 billones de euros (US$3 billones). El plan está sujeto a los datos que se reciban, dejando margen para prolongar las compras de ser necesario.

Tasas de interés

La respuesta tradicional de los bancos centrales a los problemas económicos –rebajar las tasas de interés- parece rebuscada para el BCE, según Claus Vistesen, economista jefe para la zona del euro de Pantheon Macroeconomics Ltd de Newcastle, Reino Unido. El Consejo de Gobierno prevé mantener las tasas en bajos niveles récord “por lo menos hasta el fin del verano de 2019” y no ha rebatido las expectativas de que la próxima medida sea un aumento.

Préstamos a largo plazo

Un área en la que Turquía crispa los nervios es la exposición de los bancos de la zona del euro, como el Banco Bilbao Vizcaya Argentaria SA de España y Unicredit SpA de Italia. Si esa preocupación lleva a un aumento excesivo de los costos de financiamiento de las entidades de préstamo, los funcionarios tienen una medida que podría ser útil.

El BCE comenzó a otorgar préstamos a largo plazo baratos a los bancos luego de la crisis financiera mundial y perfeccionó esa herramienta después de la crisis de la deuda soberana de la zona del euro.Efectivo ilimitado

Durante más de una década, el BCE les prestó a los bancos todo el efectivo que quisieran, siempre que aportaran garantías. Ese sistema, conocido como adjudicación total a tasa fija, seguirá vigente “todo el tiempo que sea necesario”.

Permutas de divisas

Otra herencia de la crisis financiera mundial es un conjunto de acuerdos que permiten que el BCE obtenga divisas de otros bancos centrales para impedir que los bancos comerciales sean incapaces de cumplir con sus compromisos en moneda extranjera. Los acuerdos actualmente cubren el dólar estadounidense, la libra británica, el franco suizo, el dólar canadiense, la corona sueca, la corona danesa y el yuan chino.

Operaciones monetarias de compraventa

A la promesa de Draghi de 2012 de hacer “lo que sea necesario” para salvar el euro siguió esta medida, compras ilimitadas de la deuda soberana de un país para deprimir el rendimiento de sus bonos.

Esta herramienta nunca se ha usado y no hay indicios de que Italia quiera ser la primera de la fila. Los rendimientos italianos a 10 años actualmente están casi tres puntos porcentuales por encima de los de Alemania, el diferencial más grande desde el tramo final de la crisis de deuda que llevó a la promesa de Draghi, pero las operaciones monetarias de compraventa vienen con condiciones.

El gobierno tiene que pedirlas y aceptar un programa de reformas estructurales que el BCE y el Mecanismo Europeo de Estabilidad harían cumplir.