Las acciones tecnológicas, que protagonizan la caída más larga de las acciones estadounidenses en casi dos años, se recuperaron el viernes e impulsaron a los principales indicadores. Por otra parte, el cuarto día consecutivo de ganancias de los bonos del Tesoro hizo que los bancos cayeran a su nivel más bajo desde noviembre.
El S&P 500 redujo lo que fue su peor descenso semanal desde marzo con un alza de 1,4%, en la última hora de una jornada ajetreada, con una cotización de 30% sobre el promedio, y logró su mejor desempeño desde el 10 de abril. El índice fluctuó pero cerró con saldo positivo, luego de que analistas de JP Morgan señalaran que es probable que las ventas forzadas por estrategias algorítmicas ya cumplieran su ciclo.
La tecnología impulsó todos los indicadores principales, como el Nasdaq 100 que aumentó un 2,8%, solo dos días después de su peor racha desde 2011. Netflix repuntó un 6% en medio de una “actualización oportunista” de analistas de Citigroup. Activision Blizzard encabezó las ganancias de las acciones de videojuegos tras lanzar una nueva entrega de "Call of Duty". El rendimiento de los bonos del Tesoro a 10 años cayó por cuarto día consecutivo, a 3,16%. Ello afectó a los bancos, pese a informes de resultados en su mayoría positivos de JPMorgan Chase, Citigroup y Wells Fargo. El grupo ha caído casi un 5,5% en la semana.
Las razones del repunte del viernes fueron variadas. Datos comerciales de China ayudaron a aliviar la inquietud por el crecimiento mundial, mientras que surgieron indicios de apaciguamiento de los conflictos con EE.UU. por la determinación del Departamento del Tesoro de que el país asiático no está manipulando su moneda. El hecho de que las utilidades de los bancos no fueran tan malas amainó la ansiedad de que las ganancias corporativas pudiesen no estar a la altura de las expectativas ante el aumento de costos por los aranceles de Donald Trump.
El rendimiento los bonos del Tesoro a 10 años cayó por cuarto día consecutivo, a 3,16%
"Las sólidas utilidades bancarias, los datos comerciales chinos y las condiciones de sobreventa excesiva generan el rebote de las acciones", explicó Ben Emons, economista jefe de Intellectus Partners. "Todo esto puso en marcha lo que podría llamarse una ’reflación bursátil’ tras varios días de movimientos brutales".
El repunte, ocurrido luego de dos días de tumulto en el mercado, sucedió a nivel global, ya que el MSCI All-Country World Index ascendió y el MSCI Asia Pacific remontó tras alcanzar su peor nivel desde mayo de 2017. Sin embargo, las acciones europeas bajaron y el Stoxx 600 cerró en territorio negativo luego de iniciar con un avance cercano a 1%, con lo cual concluyó su peor semana desde febrero.
La lira turca eliminó un alza inicial tras conocerse la liberación del pastor estadounidense Andrew Brunson tras dos años en la cárcel, lo que borró un foco de conflicto entre ambos países.
Las acciones de mercados emergentes se encaminaron a su mayor ascenso en más de dos años ya que mejoró el apetito por el riesgo y la mayoría de las monedas de países en desarrollo se fortalecieron frente al dólar. La lira turca eliminó un alza inicial tras conocerse la liberación del pastor estadounidense Andrew Brunson tras dos años en la cárcel, lo que borró un foco de conflicto entre ambos países.
Mientras tanto, en momentos en que los inversionistas debaten si la corrección ha creado oportunidades de compra inmediatas, los informes del tercer trimestre de empresas estadounidenses dirán si las exenciones fiscales de la administración Trump siguen elevando las ganancias corporativas.
"Esperamos una mayor volatilidad y posibles retrocesos adicionales", aunque "aún no se activa la alerta roja de los bajistas", indicó Pascal Blanque, jefe de inversiones de Amundi, en una nota a clientes. "La atención se centrará en la temporada de resultados de EE.UU., por lo cual cualquier noticia será evaluada cuidadosamente por el mercado".
El crudo del oeste de Texas se recuperó, aunque se mantuvo camino hacia su mayor caída semanal desde mayo. La Agencia Internacional de Energía recortó sus pronósticos para la demanda de este año, pero aclaró que la disminución de la oferta mantendrá los precios altos. El oro bajó, en tanto que el cobre ayudó a elevar un índice de metales industriales.
