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¿Tomará China represalias tras arresto de ejecutiva de Huawei?

La detención de Meng Wanzhou tiene al gigante en debate: seguir las negociaciones comerciales o volver a las hostilidades.

Xi Jinping y Trump G20
Xi Jinping y Trump G20 | cedoc

El arresto de Meng Wanzhou, la directora financiera de Huawei Technologies Co., generó un debate en China sobre si continuar con las negociaciones comerciales o vincular los dos temas y tomar represalias.

Conversaciones con siete funcionarios chinos de cinco agencias gubernamentales, los cuales pidieron no ser identificados, revelaron una división entre quienes se centran en la economía y quienes se encargan de la seguridad nacional. El primer grupo ve la necesidad de mantener los dos temas separados, mientras que el segundo quiere actuar con más fuerza contra Estados Unidos.

Los funcionarios preocupados por la economía advirtieron que un colapso en las negociaciones comerciales perjudicaría a China más que el arresto de la ejecutiva de Huawei. Trump ha amenazado con aumentar a un 25 por ciento los aranceles sobre US$200.000 millones en productos chinos si no se llega a un acuerdo en 90 días. En el peor de los casos, en el que se implementa un impuesto del 25 por ciento sobre todos los productos chinos, el crecimiento económico en 2019 podría caer cerca de 1,5 puntos porcentuales a un 5 por ciento, por debajo del pronóstico del 6,6 para este año, según Bloomberg Economics.

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“La detención de la directora financiera de Huawei no es un incidente accidental y ensombrecerá las conversaciones comerciales, pero ambas partes trabajarán duro para evitar esa mala influencia", señaló Wei Jianguo, exviceministro de Comercio y actual vicepresidente del Centro Internacional de China para los Intercambios Económicos. “La negociación entre los grupos de trabajo chinos y estadounidenses van bien, y en realidad mucho mejor de lo que esperaban las personas desde fuera".

Por otro lado, los burócratas que están más involucrados con la seguridad nacional ven las cosas de manera diferente. En su opinión, Xi cedió demasiado y terminó viéndose débil ante la opinión pública.

El arresto de la ejecutiva de Huawei fue solo otra táctica de EE.UU. para tener una mayor influencia, dicen, y China debería contraatacar con medidas que perjudiquen a las empresas estadounidenses.

Un funcionario mencionó estar personalmente enojado porque Huawei es un orgullo nacional para el pueblo chino, y mantener el tema separado de las conversaciones comerciales sería difícil incluso si los líderes superiores quisieran. Incluso antes de las conversaciones, un funcionario evocó la dinastía Qing asociada a un “siglo de humillación”, cuando China perdió territorios como Hong Kong ante las potencias extranjeras.

Los funcionarios chinos tienen motivos para preocuparse por una reacción pública. En la década de 1990, el primer ministro Zhu Rongji fue criticado por una población cada vez más nacionalista después de regresar con las manos vacías de las negociaciones comerciales con la administración Clinton. Durante la década del 2000, los funcionarios del Ministerio de Relaciones Exteriores de China recordaron haber recibido tabletas de calcio por correo de molestos miembros de la opinión pública, instándolos a fortalecer sus columnas vertebrales ante los desaires de Japón y EE.UU.

"El arresto de la Sra. Meng amenaza con hacer que el liderazgo de China se vea débil para asegurar la liberación no solo de un ciudadano, sino que de una alta ejecutiva e hija de uno de los íconos empresariales de China", señaló Michael Hirson, director para Asia de Eurasia Group y exfuncionario del Departamento del Tesoro de EE.UU. "El sentimiento nacionalista hará que sea más difícil para Pekín ofrecer concesiones a Trump", señaló.

Al menos públicamente, China está manteniendo los temas separados. El jueves, el portavoz del Ministerio de Comercio Gao Feng dijo a los periodistas que China está implementando los acuerdos alcanzados con EE.UU. en agricultura, sector automotriz y energía. “En los próximos 90 días trabajaremos de acuerdo con el calendario y la hoja de ruta" para negociar en áreas de beneficio mutuo", señaló.

Luego, el viernes, el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores Geng Shuang desestimó las preocupaciones de que China tomaría represalias contra empresas estadounidenses. “China siempre protege los derechos e intereses legales de los extranjeros en China, pero también deben respetar toda las leyes y regulaciones chinas”, sostuvo Geng.

No está claro si China tomará una postura más ferviente ahora que Xi volvió a Pekín. Durante varios días después de reunirse con Trump, la burocracia se quedó atascada esperando su regreso, sin saber qué se decidió exactamente durante la reunión que sostuvo con Trump en Argentina.

Y aunque no se sabe si Xi estaba al tanto de la detención de Meng el 1 de diciembre antes de que fuera anunciada públicamente, gran parte de la burocracia china ignoraba el hecho. Cuando la noticia estalló el jueves en Pekín, funcionarios comerciales conmocionados llamaron a la embajada en Canadá para intentar obtener más detalles, según una persona al tanto de los hechos.

Mientras China evalúa cómo responder, al menos hay un aspecto positivo: ayuda a China a parecer sincera ante el mundo en su voluntad de resolver la guerra comercial. Él puede decir que está tratando de resolver el problema, pero EE.UU. tiene una estrategia arraigada de interrumpir el ascenso de China como una potencia global, un tema que los medios estatales trataron el viernes. "El arresto de Huawei le da a los líderes de China un gran regalo", señaló Barry Naughton, profesor de la Universidad de California en San Diego que estudia China. "Hace súper plausible la narrativa que han estado tratando de promover todo el tiempo: ‘EE.UU. simplemente no puede soportar nuestro ascenso, no puede soportar perder su dominio, no puede tratar a nadie como a un igual’", señalan.