A medida que se acerca la votación del 9 de abril, el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, está tratando de ir más allá de las acusaciones de corrupción que enfrenta para resaltar sus alianzas estratégicas y su prestigio global. Este mes, viajará a Polonia para asistir a una cumbre encabezada por Estados Unidos, a Rusia para reunirse con el presidente Vladimir Putin, y se dice que está planeando visitar la India, donde su recepción el año pasado rebosó de halagos.
También está recurriendo a sus cálidas relaciones con el aliado más importante de Israel: enormes carteles ubicados en las principales autopistas muestran a Netanyahu y Trump sonriendo y dándose la mano, proclamando que el primer ministro está en "una posición aparte" entre los políticos israelíes.
Enfrentando a un ex jefe militar en la campaña, el discurso de Netanyahu indica a los votantes que nadie lo iguala cuando se trata de defender la seguridad israelí es algo menos convincente.
También debe prepararse para una posible acusación a fines de este mes por parte del Fiscal General, Avihai Mandelblit, por una investigación de corrupción. Sin embargo, nadie le gana a Netanyahu en alardear de amigos en los altos mandos.
"Está tratando de mostrarse como un súper líder y un súper estadista", señaló Gideon Rahat, director del programa de reforma política del centro de investigación del Instituto de Democracia de Israel.
"Netanyahu se pinta a sí mismo como el único líder, nadie puede reemplazarlo".
Esta no es la primera vez que Netanyahu ha incrementado su programa de viajes antes de las elecciones. Dos semanas antes de la última votación en 2015, fue al Congreso de EE.UU. durante el gobierno de Barack Obama para echar por tierra el acuerdo nuclear con Irán, que entonces estaba tomando forma.
"Cuando Netanyahu regresó al poder en 2009, parecía que Israel estaba en aislamiento político", dijo Eli Hazan, director de Asuntos Exteriores del partido político Likud. "El hecho es que en los últimos 10 años Netanyahu cambió completamente las relaciones internacionales del estado de Israel".
Si bien las encuestas han mostrado por mucho tiempo al mandatario como el gran favorito, Benny Gantz, el general retirado que está desafiando a Netanyahu, ha reorganizado el camino.
En las últimas semanas, quienes han respondido a dos encuestas han considerado que ambos contendores están igualmente calificados para liderar el país, aunque el partido de resistencia de Israel de Gantz se está quedando atrás del Likud de Netanyahu.
Contra las acusaciones de que aceptó regalos de amigos adinerados y ofreció favores a los magnates de los medios para lograr una cobertura simpatizante, Netanyahu mantuvo su base intacta, diciendo que han surgido cargos falsos porque nadie puede destituirlo en la urna.
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La cumbre liderada por Estados Unidos en Polonia, que se centrará en contrarrestar a Irán, ofrece a Netanyahu la oportunidad de demostrar los avances que ha logrado con los países del Golfo Pérsico, así como los estrechos lazos que ha forjado en Europa del Este. También se reunirá con representantes de la administración Trump, que ha tomado medidas en relación con dos temas que defendió: trasladar la embajada de Estados Unidos a Jerusalén y abandonar el acuerdo nuclear iraní.
