La epidemia de ébola que comenzó hace un año ya ha matado a más de 1.700 personas y fue declarada emergencia mundial de salud pública el miércoles. Los cargos de la Organización Mundial de la Salud han dicho que tienen aproximadamente 245.000 dosis de una vacuna experimental de Merck & Co. que ya está en uso, pero que se necesitan más opciones.
Los líderes de salud en la República Democrática del Congo se muestran reacios a introducir la vacuna de J&J junto con la de Merck porque sus regímenes son distintos, y podrían generar confusión en la región del brote golpeada por los conflictos. Ambos productos son experimentales y aún carecen de licencia. Sin embargo, a medida que el virus continúa propagándose, los expertos en salud y el grupo humanitario Médecins Sans Frontières dice que es esencial que se amplíe la cobertura de vacunación en la región.
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"Debemos utilizar todas las herramientas y enfoques a nuestra disposición, incluido el uso coordinado de las vacunas de Merck y Johnson & Johnson", dijo Peter Piot, director de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres en un comunicado el miércoles. Piot fue uno de los miembros del equipo que descubrió el ébola. “La OMS ha hecho sonar la alarma global. Ahora, depende del mundo actuar ”.
La vacuna de Merck ya se ha administrado a al menos 143.000 personas en este último brote, según un informe del Ministerio de Salud del Congo sobre una serie de reuniones a fines de junio con la OMS y otros grupos de salud. El suministro restante podría duplicarse a aproximadamente 500.000 al dividir las dosis a la mitad, un enfoque que demostró ser efectivo cuando se usó en Guinea, según el informe.
Merck planea producir cerca de 100.000 dosis más para enero, que también podrían duplicarse, según el informe. En general, Merck planea suministrar 900.000 dosis durante los próximos seis a 18 meses que se producirán en Alemania y en Estados Unidos, dijo la compañía en un correo electrónico.
Una sola dosis
"Hasta ahora no hay ’crisis’" con respecto a la disponibilidad de la vacuna de Merck, según el informe de junio. La vacuna sigue siendo "la única vacuna que se usará como parte de la respuesta".
El tratamiento de J&J es una de las otras cuatro vacunas experimentales que los cargos han debatido para combatir el brote o zonas alrededor de éste. La compañía ha estado trabajando en el producto, que también incluye una vacuna desarrollada por Bavarian Nordic SA, durante más de diez años, según Paul Stoffels, director científico del gigante de la salud de Estados Unidos. Si bien aún no ha obtenido la aprobación de los cargos de salud, los estudios en humanos y animales sugieren que es seguro, eficaz y proporciona inmunidad duradera frente al ébola.
Pero hay diferencias importantes con la vacuna de Merck que deben tenerse en cuenta, dijo. Hecha de un virus vivo y replicante, la vacuna de Merck proporciona protección contra el ébola en aproximadamente 10 días. Si bien la inmunización de J&J parece aumentar las defensas del cuerpo a largo plazo, se administra en dos inyecciones con aproximadamente dos meses de diferencia.
"Hemos desarrollado una vacuna para un momento de paz", dijo Stoffels, quien trabajó en clínicas en comunidades africanas pobres en el Congo y en otros lugares durante años antes de comenzar a trabajar en la compañía.
El nivel de protección, si es que lo hay, que recibe una persona en la primera inyección antes de la segunda no está claro. Asegurar que las personas estén totalmente vacunadas con el régimen de dos inyecciones sería difícil entre las poblaciones móviles, especialmente en las personas que huyen de conflictos, y podría suscitar sospechas.
Introducir una segunda producción de vacunas "a primera vista, científicamente, puede tener todo el sentido", dijo Michael Ryan, jefe del programa de emergencias de la OMS. Sin embargo, los que están en medio del brote pueden preguntar "¿por qué se usa uno en un lugar y otro en otro?"
Seguir adelante con la vacuna J&J en el Congo sigue siendo una prioridad importante, aunque solo sea para asegurarse de que se probará y estará disponible más adelante si es necesario, dijo Ryan, quien comenzó a trabajar para la OMS en 1996 y ha ayudado a manejar los brotes y otras emergencias de salud durante unos 25 años.
Las reuniones de junio concluyeron que la vacuna de J&J debía probarse en el país, pero en áreas fuera de la "zona caliente" de la epidemia para reducir la posibilidad de que una percepción errónea sobre las diferentes vacunas resulte en un rechazó a la vacunación, según el informe. El uso también tendría que ser supervisado de cerca como parte de un estudio clínico.
El ébola es un virus contagioso y mortal que puede causar una hemorragia interna masiva por insuficiencia multiorgánica y shock; cerca de la mitad de las personas infectadas mueren. La vacuna de Merck se probó en un brote masivo en África occidental que mató a unas 11.000 personas y se propagó fuera del continente por primera vez. Desde 2014 hasta 2016, el ébola se propagó desde Guinea, Liberia y Sierra Leona a Nigeria, Senegal y Malí.
