Cuando los inversionistas dicen que están preocupados por el panorama de las elecciones en Brasil, se refieren principalmente a una sola cosa: la posibilidad de un regreso del Partido de los Trabajadores. Las advertencias más graves dicen que Brasil puede convertirse en la próxima Turquía si el partido de izquierda vuelve a asumir el poder. Brown Brothers Harriman & Co. dice que el real podría caer más del 20 por ciento a 5 por dólar. Bank of America Merrill Lynch prevé una caída incluso mayor a 5,5 reales por dólar en el peor de los escenarios para el próximo gobierno. El índice bursátil Ibovespa podría perder más de un tercio de su valor, de acuerdo con el fondo de cobertura local Rio Bravo Investimentos.
Todo este pesimismo refleja la gran aversión por el Partido de los Trabajadores (PT) entre inversionistas y ejecutivos de negocios, quienes consideran que el gobierno de la expresidenta Dilma Rousseff fue en gran medida responsable de provocar la peor recesión en un siglo antes de ser impugnada, y a su predecesor, Luiz Inácio Lula da Silva, un estafador. Si bien el PT presentó a Lula como su candidato, es poco probable que se autorice su candidatura para octubre debido a una condena por corrupción. Su probable reemplazo, el exalcalde de São Paulo Fernando Haddad, tampoco tiene más aceptación en el mercado.
"Turquía y Argentina son ejemplos de cuán desestabilizante es para los mercados financieros cuando los inversionistas pierden la confianza en la administración de las políticas y las instituciones", dijo Tania Escobedo, estratega para América Latina de RBC Capital Markets en Nueva York. "El PT de Lula representaría ese escenario, a menos que modere sus puntos de vista de manera significativa". La experta que proyectó con mayor precisión los movimientos de la moneda de Brasil en el primer y segundo trimestres de este año, según la clasificación de Bloomberg, dice que el real llegaría a 4,5 por dólar si vence el candidato del Partido de los Trabajadores. El real se negoció el viernes en cerca de 3,9 por dólar.
No es fácil estimar el nivel de apoyo de Haddad mientras Lula siga siendo técnicamente candidato. Una encuesta realizada en mayo por CNT/MDA muestra un apoyo para el PT de un 33 por ciento, por encima del congresista de extrema derecha Jair Bolsonaro, que recibió un 17 por ciento del respaldo. Entre otros en carrera a la presidencia figura el candidato favorable al mercado Geraldo Alckmin y el izquierdista exgobernador de Ceará Ciro Gomes.
Una preocupación específica es que un gobierno del PT podría tratar de revertir los esfuerzos que hizo el presidente Michel Temer por apuntalar el presupuesto luego de que la calificación crediticia del país fuera reducida a nivel chatarra, incluida una iniciativa para reformar el sistema de seguridad social. Las medidas de Temer, centrista que asumió el poder después de la destitución de Rousseff en 2016, impulsaron ese año al real y las acciones.
Haddad dijo la semana pasada que un gobierno liderado por el Partido de los Trabajadores eliminaría inmediatamente la medida de Temer para flexibilizar las normas laborales e implementar un límite de gasto, políticas que, según él, tienen muy poco beneficio al perjudicar a los brasileños más pobres. La plataforma de campaña presentada por el PT también favorece los controles de capital para reducir la volatilidad de la moneda y beneficiar a ciertos sectores de la economía. Haddad señaló que respalda una versión más moderada de la reforma de seguridad social que, según economistas e inversionistas, es la medida más importante que se necesita para reforzar los balances fiscales.
