CIENCIA
una oveja pionera

A 20 años de Dolly, avanza la clonación de animales en riesgo

Investigadores de la UBA ya lograron embriones de chitas y ahora trabajan en otras especies locales en peligro de extinción.

Maestro. El británico Ian Wilmut, “padre” de Dolly. La oveja fue sacrificada en 2003 y su cuerpo disecado está expuesto en un Museo.
| Cedoc Perfil

Hace 20 años nacía Dolly, la oveja más famosa del mundo. El 5 de julio de 1996 llegó al mundo el primer mamífero clonado, una proeza de investigadores del Instituto Roslin de Edimburgo. Dolly revolucionó la ciencia al demostrar que era posible reprogramar el material genético de una célula adulta hasta su estado embrionario y desató un intenso debate ético acerca de la legitimidad de intentar la clonación de seres humanos.

Desde su nacimiento, se clonaron en distintas partes del mundo otras 15 especies de mamíferos, entre vacas, gatos, perros, monos, chanchos y caballos. Aunque en un principio se buscaba obtener copias de animales genéticamente modificados, en la actualidad la clonación también se utiliza para replicar especies en peligro de extinción. Todo un desafío.

En la Argentina, el Laboratorio de Biotecnología Animal de la Facultad de Agronomía de la UBA, que dirige el investigador Daniel Salamone, logró  el año pasado clonar un ejemplar de chita por primera vez en el mundo. Si bien hasta ahora los resultados sólo se alcanzaron con embriones in vitro (en el laboratorio), la experiencia serviría para avanzar en la reproducción de otras especies de felinos que también corren riesgos en el país, como el yaguareté o el leopardo.

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Producimos embriones en el laboratorio utilizando células obtenidas a partir de la piel de animales en riesgo y el material genético de óvulos de especies parecidas, por ejemplo, gatos en el caso de chitas”, le explicó a PERFIL Salamone, quien junto a su equipo logró obtener, en 2003, los primeros bovinos transgénicos de América Latina y en 2010 los primeros caballos clonados de la región.

Salamone aclaró que en el caso de los felinos sólo se produjeron embriones y no nacimientos, como parte de un convenio con el Zoológico de Buenos Aires. En otros países, sí se avanzó en el nacimiento de animales salvajes: en los Estados Unidos, se clonó en 2001 un gaur, un bovino salvaje de la India, y en 2009 se intentó clonar al bucardo, un tipo de cabra montés que se extinguió en España.

El problema es que en los países más importantes ha disminuido el interés por la clonación. El atractivo comercial está en algunas especies. Inicialmente había mucho interés por clonar vacas. Pero se fue reduciendo porque la Comunidad Económica Europea puso restricciones a la clonación y muchas sociedades de criadores no quieren aceptarlo. Hay otras especies, como es el caso de los caballos, donde hay mucho interés comercial en este momento y se está usando mucho la clonación. Yo creo que en las especies en peligro de extinción tiene grandes posibilidades”, sostuvo Salamone.

Técnica. La tecnología que permitió la “creación” de Dolly es la llamada transferencia nuclear, que consiste en reemplazar el núcleo de un óvulo por el de una célula adulta. Para Salamone, el caso Dolly proporcionó evidencias de que las células de nuestro cuerpo no están condenadas a ser exactamente lo mismo por el resto de nuestras vidas: una célula puede ser reprogramada para cambiar su función.

Dolly demostró que las células eran más plásticas de lo que se pensaba y favoreció a que en 2006, Shinya Yamakana, descubriera cómo las células maduras en ratones podían reprogramarse para convertirse en células pluripotenciales –similares a las células madre embrionarias– capaces de volverse cualquier tipo de tejido. Esto le valió el Nobel de Medicina. Es fantástico porque reabre las puertas a la medicina regenerativa”, opinó Salamone.

De hecho, ya en 2007 el británico Ian Wilmut, el “padre” de Dolly había anunciado que abandonaba su técnica de investigación sobre clonación terapéutica por el método alternativo del doctor Yamakana, ya que “desperdiciaba menos material genético”.

Dolly, cuyo nombre se debe a la cantante “country” Dolly Parton, fue sacrificada el 14 de febrero de 2003, a los seis años (una oveja vive unos 11 o 12 años), al desarrollar una enfermedad progresiva de pulmón que los científicos desvincularon del hecho de que fuera clonada. Antes llegó a parir seis corderos, demostrando que un animal clonado era fértil y podía tener crías sin problemas. Hoy su cuerpo disecado está expuesto en el Real Museo de Edimburgo, donde el martes habrá una celebración en su honor.