CIENCIA
Carrera espacial

China llega a la Luna, tras 37 años sin descensos controlados

El gigante asiático logró posar su sonda Chang E3 sobre el satélite. Es el tercer país en conseguirlo. Qué buscan.

Hito. La imagen del alunizaje transmitida por la televisión china y la superficie lunar de cerca.
| AFP

Treinta y siete años después de que la ex Unión Soviética realizara el alunizaje de un artefacto fabricado por el hombre, China logró posar en el suelo de la Luna la sonda Chang E3, reactivando una rama de la carrera espacial, la exploración lunar, que parecía olvidada desde los grandes hitos de los años ‘60 y ‘70. La tercera misión de las sondas lunares chinas Chang E, aterrizó con suavidad en el satélite terrestre, casi sin levantar polvo lunar, doce días después de haber partido de la base de Xichang, en la provincia de Sichuan (al sudoeste del país).

Tras accionar los retrocohetes para disminuir la velocidad, Chang E3 alunizó en un territorio llamado la Bahía del Arco Iris, donde desembarcará el vehículo de exploración teleguiado Yutu (Conejo de Jade). La sala de control de Pekín recibió el momento en una ola de aplausos, según las imágenes difundidas en directo por la televisión china, que mostraron el proceso final de bajada del módulo desde una altura de 15 kilómetros sobre la superficie lunar.

El alunizaje había sido descrito como la parte “más difícil” de la misión por la Academia China de Ciencias en una publicación en la red social Sina Weibo (el equivalente chino de Twitter). Muchos chinos siguieron el desarrollo de esta misión, motivo de orgullo nacional, y millones de ellos votaron en línea para decidir cómo bautizar al vehículo de exploración, Yutu, cuyo nombre hace referencia a la mitología china. Según la leyenda, ese conejo o liebre vive en la Luna, donde tritura el elixir de la inmortalidad en un mortero. El animal tiene por compañera a Chang’e, la diosa china de la Luna.

Misión. Chang E3 fue lanzado al espacio el 1º de diciembre por un cohete que despegó de la base Xichang. El vehículo es un “rover” lunar de seis ruedas que pesa unos 120 kilos y que obtiene su energía gracias a unos paneles solares. Su misión es llevar a cabo análisis científicos, especialmente geológicos, y enviar a la Tierra imágenes en tres dimensiones de la Luna. La máquina estará operativa tres meses, durante los cuales se desplazará a una velocidad máxima de 200 metros por hora. La Bahía del Arco Iris es un territorio aún inexplorado de la Luna, según la administración espacial china, que ofrece condiciones favorables tanto por su exposición al Sol como por la comunicación con la Tierra.

El alunizaje exitoso de la Chang E3 ha sido el último paso del ambicioso programa espacial chino. El país asiático envió a su primer astronauta al espacio en 2003. Desde entonces, los hitos se han sucedido. Ha efectuado cuatro misiones tripuladas y ha puesto en marcha un prototipo de laboratorio espacial. En la última misión tripulada, en junio pasado, tres astronautas pasaron 15 días en órbita terrestre. A partir de ese año, quiere enviar también en algún momento una misión tripulada a la Luna.

El programa espacial chino refleja el rápido progreso económico y tecnológico que ha experimentado el país en las últimas décadas, y el deseo de las autoridades de situar a China entre las grandes potencias del mundo en el campo de la exploración espacial.