Según un estudio realizado en Buenos Aires y otras seis ciudades iberoamericanas,
ocho de cada diez personas asegura interesarse por la ciencia, aunque luego no puedan
nombrar ni una sola institución a nivel nacional que se dedique al desarrollo científico.
Sin embargo, y a pesar de los desalentadores resultados, los habitantes de la capital
argentina superaron la media.
“La única ciudad que tuvo un comportamiento diferente fue Buenos Aires:
aquí, el 53% pudo reconocer una o más instituciones del sistema científico”, explicó al
diario
La Nación Carmelo Polino, coordinador local de la investigación.
El objetivo del análisis, impulsado por la Organización de Estados Iberoamericanos, la
Fundación Española de Ciencia y Tecnología, el Centro Redes y la Red de Indicadores de Ciencia y
Tecnología, fue definir criterios comunes para poder conocer el pensamiento de la opinión pública
en lo que a temas científicos se refiere.
A partir de los resultados arrojados por el estudio de las encuestas, los analistas pudieron
hacer un mapa de situación acerca de los hábitos de información, la cultura científica, la
valoración social del trabajo de los investigadores y la participación ciudadana en políticas
públicas de ciencia y tecnología.
Profesión devaluada. A pesar de que la labor científica no ocupa un lugar central
en la agenda de prioridades nacionales, los ciudadanos de Buenos Aires fueron los que más valoraron
la profesión científica. Mientras el 75% de los argentinos opinó que tiene
"mucho prestigio", en Madrid la misma respuesta fue dada por el 58% de los
encuestados.
En relación a la remuneración,
en Buenos Aires el 65% opinó que la retribución es insuficiente, muy diferente a
los que piensan los paulistas, ya que el 62,4% de los consultados en esa ciudad aseguró que los
científicos reciben, en su país, una buena retribución.