CIENCIA
mark defracesco, experto de ee.uu.

“La violencia de género es un problema de salud pública”

El presidente del Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos hizo hincapié en el rol de los médicos como indagadores de las claves de la agresión o abuso que sufre la mujer.

Líder. Marck DeFranceso habló sobre violencia y salud femenina.
| Néstor Grassi

“Una gran cantidad de mujeres mueren en todo el mundo víctimas de la violencia de género, y muchas otras deben lidiar con golpes, moretones, traumas, fobias, enfermedades de transmisión sexual (ETS), embarazos no deseados y abortos inseguros. Y dado que el tratamiento genera una importante sobrecarga en el sistema de salud, evidentemente estamos frente a un problema de salud pública que comprende a todos los actores”. El que habla es el doctor Mark DeFrancesco, actual presidente del Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos (ACOG por sus siglas en inglés) y quien lidera una campaña global contra la violencia que sufren las mujeres por parte de sus parejas.
En el marco de su disertación en la Asociación Médica Argentina, el especialista oriundo de Connecticut, Estados Unidos, habló con PERFIL e hizo hincapié en el rol de los médicos como “investigadores y contenedores” de una situación que es compleja y multifactorial. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) se estima que entre el 20 y 30% de las mujeres de entre 20 y 40 años sufren violencia por parte de su pareja sin importar raza, religión, posición económica o nacionalidad. En Argentina, el país de la campaña colectiva Ni Una Menos, se registraron 1.808 femicidios entre 2008 y 2014, de acuerdo con los datos de la ONG Casa del Encuentro.

—Frente a este problema,  ¿cómo se instrumenta la participación médica?
—La primera llave la tienen los ginecólogos y obstetras que deben considerar el “interrogatorio” como algo de rutina. En la formación hay que enseñarles a pensar en esto, a suponerlo y a realizar preguntas clave. Sin embargo, también es importante que tanto ellos como los médicos generalistas sepan a quién y de qué forma pedir ayuda. De lo contrario, sin la derivación correspondiente, el esfuerzo puesto en la detección es inútil.

—¿Las ETS tienen que ver con las relaciones no consentidas?’
—Sí, porque la Violencia de Pareja (IPV según sus siglas en inglés) es un hombre abusando de una  mujer que confía en él y, por ende, a priori no lo “traicionaría” contando si la fuerzan u obligan a tener relaciones. Por eso es importante que el ginecólogo –a menudo el médico de cabecera de la mujer y quizás el único que la ve en un año– indague y busque en sus pacientes las claves de la agresión, el abuso y la violencia.

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—Entonces, ¿los embarazos no deseados, los abortos y las complicaciones de ellos son algo frecuente?
—Desafortunadamente sí. En Estados Unidos comprendimos hace unos años que es más conveniente un aborto seguro que uno ilegal o clandestino, pero el problema es que modificar esa cuestión en algunos países es algo complejo que llevará mucho tiempo.

—En Argentina, el aborto inseguro es la principal causa de muerte materna. ¿Qué se puede hacer frente a eso?
—Más allá de la cuestión de la legalización del aborto, en la que se ponen en juego cuestiones religiosas y de política de Estado, pienso que desde el punto de vista de la prevención lo mejor es trabajar en la difusión y entrega de los mejores métodos anticonceptivos, a los cuales por ejemplo las mujeres puedan acceder sin prescripción médica y con sólo ir a una farmacia o un centro de salud. Si no hay embarazo, no hay deseo de aborto, no hay complicaciones y mucho menos fallecimientos

—¿Por qué cree que en los últimos años creció tanto la violencia doméstica?
—La mujer avanzó tanto que en un mundo mayoritariamente machista encuentra mucha oposición. Por otro lado, creo que los medios contribuyen a visualizar la situación y entonces, todo es más “accesible”. Sin embargo, nos falta recorrer mucho: las mujeres deben tomar conciencia de que, aun en ausencia de golpes, hay violencia.

 

Famosas y una campaña polémica

A raíz del Día Internacional contra la Violencia de Género, hace pocos días se dieron a conocer en EE.UU. unas imágenes del fotógrafo italiano Alexsandro Palombo, en las cuales se podía ver a artistas como Madonna, Angelina Jolie, Kim Kardashian, Emma Watson o Miley Cyrus con golpes, moretones, ojos hinchados y cortes en sus rostros.
La campaña despertó polémica. Kardashian salió a aclarar que ella no se había dejado fotografiar por el artista italiano sino que él había “intervenido” una imagen suya sin su autorización. Las fotos pronto se viralizaron en las redes sociales bajo el hashtag #stopviolenceagainswomen.
Para DeFrancesco, si bien “este tipo de acciones contribuyen a dar visibilidad a un problema y a que una mujer piense: ‘bueno, quizás es momento de dejar de sentir vergüenza y hablar sobre esto’, al final del día la gente sabe que es ficción, y que en este caso puntual se trata de una celebridad maquillada”.