Por la decisión de postergar la maternidad y gracias a los avances en técnicas de reproducción asistida, cada vez más mujeres se convierten en madres en el límite de su ciclo reproductivo o más allá de la menopausia. En la ciudad de Buenos Aires casi se duplicó el número de nacimientos de mujeres mayores de 45 años en una década, mientras que el total de partos anuales se mantuvo estable (ver infografía). A nivel país, durante 2013 nacieron 1.417 bebés de mujeres mayores de 45 años de los cuales 103 fueron de mamás que superaron los 50, según datos de la Dirección de Estadísticas e Información de Salud que depende de la cartera sanitaria nacional.
Los centros de fertilidad confirman esta tendencia. “Vemos que las mujeres consultan cada vez más tarde a la hora de buscar familia. Básicamente porque se quieren desarrollar profesionalmente, quieren viajar o llegar a una buena posición económica. Hoy la media de edad de la primera visita en nuestro centro es de 40 años y medio mientras que en 2008 era de 38”, explicó Fernando Neuspiller, director de IVI Buenos Aires. Esta semana el caso de Annegret Raunigk, la alemana de 65 años y madre de 13 hijos que espera cuatrillizos, abrió el debate sobre cuál es el límite de edad para ser madre (ver recuadro).
“A partir de los 40 años más del 70% de la población de óvulos que le quedan a la mujer en el ovario son genéticamente anormales. Si la mujer se quiere embarazar utilizando sus propios óvulos debe hacer un diagnostico genético sobre los embriones o sino pensar en la ovodonación”, sostuvo Neuspiller.
¿Hasta qué edad se puede recurrir a la ciencia para tener hijos? Los expertos coinciden en mencionar una barrera fijada en los 50 años. “Si bien en el pais no hay una ley que regule los procedimiento de fertilización asistida, esa es la edad en que la Sociedad Argentina de Medicina Reproductiva (Samer) sugiere como máxima para realizar cualquier tratamiento de fertilidad. Se dice que es la edad máxima que una mujer naturalmente podría llegar a tener un hijo”, aseguró Gabriel Fiszbajn, jefe del Departamento de Medicina Reproductiva de CEGyR. Antes de encarar la búsqueda, el médico debe evaluar el estado clínico y psicológico de la mujer para saber si se encuentra en condiciones físicas de sobrellevar el embarazo y para, dada la edad de los padres, estimar qué será del niño por nacer.
Complicaciones. El embarazo implica una sobrecarga para el cuerpo y, después de los 45, conlleva mayores posibilidades de complicaciones. “Los riesgos son muchos. Los músculos de la mujer van cambiando con la edad, con lo cual el embarazo es más difícil. La posibilidad de parto natural desaparece, se dan cesáreas. Hay mayor riesgo de hipertensión arterial y diabetes gestacional”, sostuvo Fiszbajn. Además, existe el doble o el triple de probabilidades de que el bebé presente enfermedades genéticas o congénitas que en mujeres de entre 20 a 30 años.
Para ‘ganarle a la edad’ y evitar enfermedades genéticas u otros problemas, cada vez más mujeres recurren a la criopreservación de óvulos. “En la ciudad de Buenos Aires muchas mujeres de 35 años que todavia no tiene pareja deciden criopreservar sus óvulos. Eso les da cierta tranquilidad, es como tener un back up. El día de mañana ellas pueden recurrir a esos óvulos, fertilizarlos con el espermatozoide de su pareja o de un banco y transferir los embriones. Hace cinco años no existía la criopreservación de óvulos para postergar la maternidad y hoy ya dejó de ser un tema tabú”.
