CIENCIA
el impacto del cambio climatico en la argentina

Más olas de calor, sequías y lluvias extremas para 2040

Un estudio local prevé para los próximos 25 años un aumento de las temperaturas y precipitaciones en el país. El noroeste, lo más afectado.

Futuro. Habrá un aumento de temperaturas y lluvias, períodos de sequías y retirada de glaciares.
| Cedoc Perfil

Un informe del Centro de Investigaciones del Mar y la Atmósfera (CIMA) para la Tercera Comunicación Nacional a la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación prevé para los próximos 25 años una aceleración del aumento de la temperatura media en el país, mayor frecuencia de olas de calor, sequías y lluvias extremas.

El estudio evaluó las tendencias del clima entre 1960 y 2010 y registró que “en la Patagonia el aumento de temperatura fue mayor que en el resto del país, llegando en algunas zonas a superar 1° centígrado” mientras que en la mayor parte de las demás regiones hubo un incremento de hasta medio grado. “En la Patagonia se dio este aumento por la combinación de la reducción de la capa de ozono y el efecto invernadero que cambió la circulación de la atmósfera. Es probable que en el futuro estos resultados varíen y sea el noroeste argentino la zona en el país más afectada por el calentamiento global”, explicó Vicente Barros, doctor en Ciencias Meteorológicas y uno de los coordinadores del trabajo del CIMA.

Así, para el año 2040 el noroeste del país puede presentar 1,5 grado centígrado más en su temperatura media. Además “las olas de calor aumentaron considerablemente en el norte y este del país”, señala el informe, por lo que “resultaría importante mejorar y fortalecer los actuales sistemas de alerta, prevención y respuesta”. De todos modos, el ascenso de la temperatura en el país fue menor que el del promedio global observado en distintas regiones continentales del planeta en el mismo lapso.

Variables. Barros destacó que “en el período estudiado lo más significativo fueron las precipitaciones que aumentaron en casi todo el país”. En el este se produjo el mayor crecimiento, ya que en algunas zonas implicó un aumento de 200 milímetros anuales. “Las precipitaciones extremas, por encima del umbral de los 150 milímetros, se hicieron más frecuentes”, afirmó el investigador. El informe señaló que mientras entre 1961 y 1970 se dieron dos casos, entre 2001 y 2010 éstos se duplicaron.

El mayor número de precipitaciones en algunas zonas semiáridas junto con otros factores posibilitaron la expansión de la frontera agrícola. “En Argentina el área más beneficiada en los próximos 15 o 30 años será la región pampeana porque va a recibir más lluvias. También con el incremento de las precipitaciones en la Patagonia se puede pensar que podrá volverse más productiva y que habrá un corrimiento de los cultivos hacia el sur”, indicó Carlos Di Bella, director del Instituto de Clima y del Agua del INTA.

Sin embargo, “habrá una gran variabilidad entre años. Va a haber años muy buenos y otros muy malos con distinta frecuencia”, advirtió Di Bella, integrante de la Comisión de Cambio Climático que creó el Ministerio de Agricultura y se reunió el jueves pasado por primera vez.

El informe “Bajemos la temperatura”, que difundió esta semana el Banco Mundial, estima que para 2100 en la región las temperaturas de verano aumentarán alrededor de 1,5º, si se logra reducir las emisiones de los gases de efecto invernadero, y 5,5º si éstas se mantienen altas.

Esto llevaría a un retroceso de los glaciares en los Andes australes de entre 22 y 59% en el primer escenario y de entre 44 y 74% en el segundo.
“Si queremos llegar a niveles que no sean tan perjudiciales hay que lograr reducir las emisiones de gases de efecto invernadero con energías alternativas al petróleo y forestación para poder absorber el exceso de dióxido de carbono”, alertó Matilde Rusticucci, directora del Departamento de Ciencias de la Atmósfera y los Océanos de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires quien también participó en el informe del CIMA.