COLUMNISTAS
estrellitas

Al filo del quilombo

Rafaelspregelburd150
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La última película de Christopher Nolan, Inception, aquí fue traducida con sospechosa cercanía semántica (El origen), violando la regla de oro del cine extranjero, que –esto se sabe– es retitulado por ese personaje que dibuja Liniers y que es capaz de hacer que una película de nombre soso sea apetecible para el amorfo gran público, ansioso de cosas como Al filo del honor, Cuestión de honor, El honor de los bañeros 3 y otras mutaciones caleidoscópicas que tienen la virtud de servir para cualquier film.
Me complace la amable complejidad de Nolan. No se trata de complejidad intelectual (Wittgenstein no escribe guiones), ni de una conmocionante complejidad moral (hay, más bien, un gozoso entretenimiento irresponsable), ni mucho menos de una inusual complejidad psicológica (ambos términos parecen no conjugarse superpuestos en Hollywood). No, no. Su complejidad es muy menor, más rastrera, pero para nada desdeñable: complejidad de argumento. Las leyes del mundo creado (cuyas explicaciones deben abundar porque es una película para el gran público), el coqueteo con la simultaneidad (que nos obliga a pensar en el “mientras” más que en el “y”), unos actores que me son simpáticos (Marion Cotillard es rescatada de las listas negras de Hollywood, a donde la gestión Bush la había condenado), todo esto me amiga con el cine y el pochoclo.

Hay foros de discusión. La estructura del film, en capas, requiere de bravas operaciones formales con el tiempo, la gravedad (literalmente: la fuerza de gravedad) y el orden cronológico causa-efecto. Ensayo en mi cabeza respuestas matemáticas (que no doy) para lectores confundidos sobre tal o cual principio en esta retorcida lógica. Y está bien. ¿Qué más se le puede pedir a un film de entretenimiento que lograr que la gente se entretenga con tales cosas? Insisto: no se trata de esas complejidades tarkovskianas que buscan poner en imagen las preguntas acuciantes: ¿se manifiesta Dios?, ¿existe el alma? Supongo que en esta época, post-tantas cosas, la complejidad que faltaba explorar es la del puro relato. No es casual que hasta las series de TV hayan descubierto esta veta, ya que no el existencialismo o alguna medida sucedánea. ¿Será una época narrativa, más que lírica o dramática?
Así que veo con tirria que tibias críticas locales (poco entusiastas) señalen como falencia la excesiva complejidad del guión. No lo entiendo. ¿Cómo puede un crítico asumir esa postura? Es como decir: “Yo la pude seguir, pero ojo que usted, retardado lector, va a preferir algo más básico”. Por ejemplo, otra peli en la que Stallone, Schwarzenegger y pandilla matan a unos tipejos muy malos, muy numerosos y muy pertinaces que pretenden destruir América.
Lo pregunto con curiosidad y sin ofensa: ¿por qué tal aversión a lo complejo? ¿Qué mal nos ha hecho lo difícil? Hay películas simples y contundentes. Y las hay rebuscadas y complejas. Ninguna de las dos cosas es un juicio de valor. Lamento que El origen pierda estrellitas cada vez que un crítico decide que otros estarán muy por debajo de su propia capacidad de asombro.

 

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