COLUMNISTAS
Defensor de los Lectores

Aspiraciones y deseos

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Esta primera entrega de 2015 no contiene críticas a lo publicado por PERFIL en ediciones recientes, ni comentarios acerca de lo que los lectores han escrito. No hay, en este texto, ninguna referencia concreta a contenidos o continentes de artículos, entrevistas, columnas de opinión o panoramas. No se habla hoy, aquí, de investigaciones, de títulos y textos en particular. En buena medida, lo que sigue está contenido en Cómo leer el diario, el manual de estilo de PERFIL.

Esta primera columna del año está dedicada íntegramente a lo que este ombudsman espera de PERFIL y del periodismo argentino en general, en un contexto en el cual –generalizo– lo urgente está ganando la partida contra lo veraz, la búsqueda del impacto viene superando por goleada a la información chequeada y rechequeada, los números desplazan a las palabras y los hechos se están transformando en espacios en los que priman las visiones parciales, tuertas, por sobre la imprescindible mirada de conjunto, amplia y despojada de artilugios, aunque no desprovista de la necesaria cuota de subjetividad.

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El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
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Quisiera gozar este año de un periodismo sin rumores, fundado en acontecimientos ciertos y no contaminados por los intereses de uno u otro sector, se llame poder o contrapoder, se llame gobierno u oposición. Un periodismo sin “se dice que”, con afirmaciones y no preguntas, con menos tiempo potencial, con más horas de sudor profesional, con mayor cantidad de datos ciertos, concretos, comprobables.

Quiero menos off y más on. Quiero que quienes ejercen este oficio formidable salgan más a la calle, enfríen sus asientos, usen menos el celular y más el cara a cara, sean capaces de raspar bajo la piel de sus fuentes para pescar algo adicional en estas aguas, más cercanas al espionaje que al periodismo, en las que suelen nadar políticos, economistas, asesores, empresarios, sindicalistas.

Cuánto me gustaría registrar un mayor compromiso por la calidad institucional, enfatizando aquello que la afecta y privilegiando con responsabilidad la verdad por sobre la conveniencia.

Pienso hoy, al comenzar 2015, si este año se podrá mezclar con sabiduría la sensibilidad necesaria para defender a los indefensos sin ser jueces ni fiscales, para enfrentar a los poderosos sin entregarnos a esa suerte de nihilismo que acaba por terminar con la savia de esta profesión. Y –como dice el maestro polaco Ryszard Kapuściński– agregar a esa sensibilidad “una actitud humilde sobre lo que hacemos, porque en esta profesión la experiencia no se acumula” y nos obliga a reconocernos meros aprendices eternos en una carrera que no tiene toga de graduación.

Este ombudsman aspira a un creciente cuidado en el tratamiento de la información y un delicado equilibrio entre ésta y los recursos de estilo. El lector se regocija ante un cúmulo de datos, pero más aún si éstos vienen envasados en un texto rico, amplio, variado. Normalmente, un redactor de diario se maneja con un vocabulario de no más de mil palabras. Es bueno enriquecerlo. Cuánto más sustancioso será su trabajo (y más gratificante, para él y sus lectores) si se toma un tiempo antes de sentarse a escribir para pensar su nota. Me dirán, con cierta razón, que la inmediatez, el reclamo de los editores, impide tal reflexión. Sin embargo, la experiencia indica que esos diez minutos extras para el análisis previo transforman un texto árido, tortuoso, a veces incomprensible, en una enriquecedora experiencia.

Reclamo la práctica consecuente de congruencia, equilibrio, confrontación de datos, indisoluble matrimonio entre títulos y textos, entre lo que oferta el diario en su tapa y lo que contiene realmente en su interior. No es una demanda exagerada, sino la certeza de que solamente con coherencia y respeto es posible mantener la fidelidad de los lectores y lograr nuevos seguidores de estas páginas. No es con títulos carentes de contenido que PERFIL acrecentará su caudal de ventas, sino con una administración responsable de los recursos informativos con los que cuenta.

Y, en este listado de aspiraciones incompleto, parcial, una expectativa para este 2015 con tantos cambios en la editorial que saca PERFIL a la calle cada sábado y domingo: que del director hacia abajo, del más novel de los periodistas hacia arriba, se alimente con buena madera el fuego que hace de este oficio el más maravilloso y desafiante.