La inseguridad vial se lleva día a día casi 20 víctimas fatales y nos deja un tendal de heridos con familias destrozadas. Este año, sucedieron varias cosas que nos deben esperanzar en tener un tránsito más seguro. En primer lugar, la Agencia Nacional de Seguridad Vial mostró algunos resultados interesantes como el convenio con ADEFA, CIDOA y la Secretaría de Industria para mejorar el equipamiento de seguridad de los automóviles, el Registro Unico de Infractores, la nueva licencia de conducir y otras tantas acciones muy positivas que van desde lo educativo y lo estadístico a lo técnico. Otra mención es para el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires que ha trabajado arduamente en pos de la seguridad vial y en el ordenamiento del tránsito. Muchas veces han sido criticados, como en el caso de los carriles exclusivos, el registro por puntos y las fotomultas, pero el tiempo les viene dando la razón. Es el precio que deben pagar los que pretenden hacer cambios y ser pioneros. Pero en un país donde la seguridad vial ha sido declarada política de Estado, todavía hay cosas que deben mejorarse en cuanto a la coordinación y el apoyo. Para mencionar algunas, tenemos que destacar la falta de implementación de controles serios y permanentes a nivel nacional en todo lo referente a la normativa vial, el increíble incumplimiento a lo establecido en la ley de tránsito en cuanto a la obligatoriedad de tener educación vial como materia en todos los niveles educativos y las importantes carencias de infraestructura vial, que día a día se hacen más notorias. Con todo eso, el resultado es positivo porque estamos entrando en una espiral creciente de la cual se obtendrán mayores réditos cada año. Hay que ser pacientes. Las mejoras en seguridad vial, hasta en los países más desarrollados, toman no menos de 10 años. No nos olvidemos que se trata de modificar conductas humanas, generar grandes obras civiles y construir mejores vehículos. Todo al mismo tiempo y cada uno ocupándose eficientemente de lo que le toca hacer sin tomar el discurso simplista de que primero debe empezar el otro.
