COLUMNISTAS
recortando la realidad

Black Mirror

Escuchar las críticas desde el kirchnerismo al aumento del boleto de colectivo o tren esta última semana, cuando durante años te regalaron el pasaje para que te estrolaras contra la estación mientras altos funcionarios y empresarios enriquecidos se choreaban la guita de los subsidios sin mejorar la infraestructura, da un toque de vergüenza, sí.

0402_black_mirror_cedoc_g.jpg
DISTOPIA. La serie que muestra un futuro horrible con la tecnología, aplicable a la economía. | cedoc

Escuchar las críticas desde el kirchnerismo al aumento del boleto de colectivo o tren esta última semana, cuando durante años te regalaron el pasaje para que te estrolaras contra la estación mientras altos funcionarios y empresarios enriquecidos se choreaban la guita de los subsidios sin mejorar la infraestructura, da un toque de vergüenza, sí. De hecho, el único cuadro electoral genuino, aunque no reconocido, que gestó el anterior gobierno fue Florencio Randazzo, cuya imagen se construyó sobre los vagones nuevos que se contraponían a las ruinas rodantes que funcionaban antes de su llegada. Eso sí, compró en tiempo récord mil formaciones totalmente chinas que el día que haya que hacerles mantenimiento en la industria creen que habrá que importar técnicos que las entiendan.

No llega al mismo nivel pero también provoca bastante pudor ver ahora a los miembros del Gobierno advertir que no era tan fácil bajar la inflación ni atraer inversiones para motorizar la economía, que este año tendrá que conformarse con anotar como éxito un crecimiento alguito por arriba del 2% y una inflación que se quede en 20%, menos que el año pasado pero decepcionante para la estirada meta del 15%.

Es como si, a lo Black Mirror, a todo el mundo le hubieran inoculado el algoritmo que usan las redes sociales para mostrarte sólo los contenidos con los que estás de acuerdo y funcionara en la vida real. Entonces solo prestás atención, comprendés y eventualmente oís aquellos argumentos que confirman lo que pensás, e ignorás o desconfiás de cualquier cosa que te puede mostrar algo distinto.

Si la ves con perspectiva oficial, onda el Banco Central de Federido Sturzenegger, una pequeñísima inclinación de una línea que marca la inflación que no tiene en cuenta ni la nafta ni la luz ni el gas indica que “el proceso de desinflación se mantiene”. O si mirás el déficit comercial récord de 2017 podés observar, como marca el subsecretario de Política Económica, Luciano Cohan, que en realidad ahí el componente que lo explica es en su mayoría autos, o sea que en realidad lo que estás viendo es un boom de entrada de bienes de capital que explican que la inversión crece y que por ende hay gente viendo que va a vender más a mediano plazo, y por eso la pone en fierros.

Y pueden tener algo de razón, claro.

Si no, podés verla con el chip de la oposición más apocalíptica, y ahí donde te muestran crecimiento, ves rebote. Donde sube el empleo, ves solo monotributismo, donde hay crédito hipotecario, burbuja explosiva de “una nueva 1050” o cuando te hablan de reducción gradual del déficit gracias a la vuelta del crédito internacional, ves ajuste brutal y la fiesta del endeudamiento.

Y obviamente, también pueden tener algo de razón.

Ahora, bien podrían en ambos espacios aplicar una receta Black Mirror: imaginarse el peor escenario para cada uno, el que menos querrían, y actuar un poco en consecuencia, evitando caer en el autoconvencimiento que puede condenarlos a unos a pegarse un palo y a otros a no volver al poder por muchos años.

De un lado, por ejemplo, si la inflación baja mucho más lento y la inversión crece muy por debajo de las expectativas, ¿conviene ir tan rápido con el ajuste de precios relativos que castiga al bolsillo? ¿O se puede pensar en otra alternativa a las metas de inflación, si vas a pifiarle otra vez?

Y en el otro extremo, ¿hay alguien pensando qué pasa si al Gobierno le sale algo parecido a lo que propone? Si la inflación escalona este año en 20% y el próximo en 15% con crecimiento suave pero sostenido, ¿cuál será el eje para pelear en las urnas con una alternativa de centroizquierda no chorra? Si la única alternativa para disputarle poder al macrismo es que derrapen al mejor estilo Argentina Crisis Cíclica pero esto por suerte no pasa, ¿cuál es la alternativa para impedirles otro mandato a Macri, Vidal y Larreta?