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Crisis economica y primarias en EE.UU.

California decide el “supermartes”

El próximo martes 5 de febrero probablemente se resuelva la carrera electoral de las primarias estadounidenses. Ese día, 24 estados celebran caucuses y primarias para elegir candidatos de los dos partidos (Demócrata y Republicano), entre ellos, California, Nueva York e Illinois. Los dos primeros integran el grupo de los cuatro principales estados norteamericanos, junto con Texas y Florida. La regla en la política estadounidense es que si se gana uno de los cuatro, o aun los cuatro, no por eso se asegura la candidatura presidencial, pero no hay candidatura presidencial posible si se pierde en uno, o más aún en los cuatro.

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El próximo martes 5 de febrero probablemente se resuelva la carrera electoral de las primarias estadounidenses. Ese día, 24 estados celebran caucuses y primarias para elegir candidatos de los dos partidos (Demócrata y Republicano), entre ellos, California, Nueva York e Illinois. Los dos primeros integran el grupo de los cuatro principales estados norteamericanos, junto con Texas y Florida. La regla en la política estadounidense es que si se gana uno de los cuatro, o aun los cuatro, no por eso se asegura la candidatura presidencial, pero no hay candidatura presidencial posible si se pierde en uno, o más aún en los cuatro.
California, el mayor estado norteamericano, tiene 36 millones de habitantes y un producto de 1,7 trillón de dólares; si fuera un país independiente, sería la séptima economía del mundo; y allí se encuentra el epicentro de la innovación y la alta tecnología del mundo actual (Silicon Valley), así como el eje de la industria del entretenimiento y el multimedio (Hollywood). El gobernador Arnold Schwarzenegger adelantó la fecha de las primarias californianas, y las llevó al “supermartes” 5 de febrero. Esto convierte a California –por su importancia económica, demográfica y política, y por el número de convencionales que elige (441 demócratas y 173 republicanos)– en el estado decisivo del proceso electoral de los partidos norteamericanos.
Hillary Clinton estaba hace un mes 25 o 30 puntos por encima de Barack Obama en California; ahora está a 10. En el plano nacional, Hillary nunca estuvo en el último año a menos de 15 puntos sobre Obama; ahora está a 8. Si Clinton pierde en Nueva York frente a Obama, o triunfa por una diferencia muy reducida, perdió. Si el senador Obama pierde en Illinois, o se impone por un margen estrecho, su carrera política a la candidatura demócrata está terminada. La cuestión es California.
Los republicanos decidirán el “supermartes”, con alta probabilidad, que su candidato será John McCain. El senador por Arizona no sólo ha triunfado en Nueva Hampshire, Carolina del Sur y Florida, sino que además ha recibido el respaldo de Arnold Schwarzenegger y del ex alcalde de Nueva York, Rudolph Giuliani.
McCain es sinónimo de seguridad nacional. Héroe de guerra (Vietnam), respaldó la política de intervención en Irak (2003) y se convirtió, en el último año, en el principal apoyo político al reforzamiento (Surge) de la presencia militar norteamericana en territorio iraquí, unida a una nueva estrategia de despliegue y ocupación territorial ejecutada por el general David Petraeus.
Lo más importante del mensaje sobre el “Estado de la Unión” del presidente George W. Bush (29-01-2008) fue la comprobación de que EE.UU. ha logrado revertir la situación en Irak, y ha colocado a Al Qaeda y a la insurgencia sunnita a la defensiva. El cambio de la situación en Irak tiene importancia mundial; y también dentro de EE.UU. Por eso ha dejado de estar en la agenda de los precandidatos demócratas, y coincide con el auge de McCain en las filas republicanas.
La cuestión en EE.UU es la crisis económica. La Reserva Federal bajó por dos veces consecutivas en un plazo de 10 días la tasa de interés de corto plazo (de 4,25% a 3% anual) para enfrentar la honda contracción financiera provocada por la caída de los valores inmobiliarios. La economía estadounidense creció 0,6% en el último trimestre de 2007, tras haberse expandido 4,9% en el trimestre anterior.
La desaceleración económica se profundiza, al tiempo que se intensifica, paradójicamente, el flujo de capitales del exterior. Las compras de activos estadounidenses por empresas extranjeras alcanzaron 407 billones de dólares en 2007, 92,2% más que el anterior, según Thomson Financial. El flujo de inversiones externas se aceleró en la segunda mitad del año: en el cuarto trimestre de 2007, el volumen se duplicó, comparado con igual trimestre del año anterior.
En enero, cuando la construcción de nuevas unidades de habitación cayó 26%, y los mercados bursátiles mundiales comenzaron la serie de abruptas caídas –que provocaron una pérdida de 5 trillones de dólares o más–, la tasa de interés de los títulos del Tesoro a 10 años llegaba al menor nivel de la última década (3,79% anual), y continuaba cayendo. El 17 de enero, los títulos del Tesoro a 10 años deprimieron su tasa de rendimiento a 3,61% anual, el nivel más bajo desde julio de 2003. Es el resultado de la aceleración del flujo de capitales provenientes del mundo entero en el mercado estadounidense.
La causa de la crisis estadounidense no son los errores de la Reserva Federal o la fragilidad de los grandes fondos de Wall Street, sino los inmensos flujos de capital que recibió EE.UU. en los últimos tres años, provenientes de las economías de Asia –China en primer lugar– y de los países petroleros. Según el BIS (Bank for International Settlements), EE.UU. atrajo 3/5 partes del total de los ahorros externos de los 67 países que tuvieron superávit de cuenta corriente en 2006/2007. “Las tasas de interés reales a largo plazo tienen hoy una influencia significativamente superior sobre la estructura económica que las decisiones de los gobiernos nacionales (…) Por eso, hoy, la pregunta más importante es en qué dirección se mueven las tasas de largo plazo”, señaló Alan Greenspan. Mientras que Fred Bergsten, del Peterson Institute for International Economics, aseguró que “puede haber una recesión o una desaceleración hasta mitad de año, con un crecimiento en torno de 1%, pero luego comienza la recuperación con una expansión de 2% en 2008”.
Lo que sucede ahora es que el resto del mundo –China/Asia Pacífico en primer lugar– está ayudando a EE.UU. a enfrentar la contracción financiera, y actúa como una fuerza contrarrestante de alcance global. “Todo lo que asciende converge”, dice Pierre Teilhard de Chardin, sacerdote jesuita.