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Cómo cortar con tu pareja y no morir en el intento (un análisis en 3D)

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Ya sea si cortaste con alguien alguna vez en tu vida, si estás por cortar, recién cortado, o incluso, si estás en el mejor momento de tu pareja (nunca falta un familiar o un amigo cercano que padece el momento y te gustaría ayudarlo). No importa tanto quién tomó la decisión, si vos o el otro: si la relación fue importante, duele. Mi experiencia personal y profesional podrían abreviarse en esta aproximación al tema. Ojalá estas líneas sirvan de algo.

A los efectos de echar luz a este fenómeno te propongo, en primer lugar, agrupar los sucedáneos de una separación sentimental según tres dimensiones (veámoslo en 3D):

Dimensión E. De golpe, pasaste por ese lugar al que iban juntos. Terminaste de salir con alguien que no le llega ni a los talones. En la radio pasan justo esa canción. O no paso nada, pero es de madrugada y te invade la emoción. Todos esos momentos, y tantos, más entran en esta Dimensión. Entonces, se te llenan los ojos de lágrimas o te cuesta dormir, ni que hablar concentrarte en otra cosa.  La E, es la dimensión de la emoción. Es lo mismo que cuando estando metido en el mar y se te viene encima un espumón enorme. Sabes que te va a revolcar. Si lo resistís, te podés cansar, y por lo tanto ahogarte, tragar agua, hacer el momento más largo. "Lo que resistes, persiste", dicen. Lo mejor que podes hacer en estos casos de turbulencia emocional es tomar aire y esperar abajo. Te relejás, y a pesar de los sacudones, esperás hasta que pase. Si querés llorar, llora (Moria dixit).

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Dimensión A. Si leíste con detenimiento las situaciones descriptas al inicio de la dimensión E, te vas a dar cuenta que son todas situaciones NO buscadas. Al margen de esos súbitos episodios, hay muchísimas cosas que sí podés hacer buscándolas. El conjunto de cosas que a conciencia podes hacer entran dentro de la dimensión A. Acá hablamos de las acciones concretamente que tomás post-corte. ¿Cómo te la bancas?  ¿Salis a despejar con tu grupo de amigos? ¿Entras a ver sus fotos en el Facebook? ¿te fijas que fotito tiene en el whatsapp? ¿Repasas los videitos y las fotos de "aquellos tiempos"?

Dimensión T. Con esto nos referimos sencillamente al tiempo. El tiempo por si sólo va haciendo su trabajo. Esta estudiadísimo que hasta al mejor alumno espiritual le lleva un tiempo reponerse de un corte. En los libros de psiquiatría hablan de un promedio de seis meses hasta que los síntomas más agudos de angustia y desesperación puedan ser considerados como patológicos. No quieras acelerarlo, si la relación que tuviste fue movilizante en tu vida, el corte va a traer aparejado ciertas modificaciones. Es decir, te van a pasar cosas. Y hay un factor que corre en paralelo a las dimensiones E y A: es la T el simple transcurrir del tiempo. El tiempo trabaja sólo. Aunque si no te pones las pilas, no va a terminar por sí sólo tu agonía.

Ahora, hete aquí, un factor clave a tener en cuenta: tanto la dimensión T como la E son independientes a tu voluntad y a tu manejo. Por eso, mejor retira tus tropas de ahí, cualquier intento que esgrimas para controlarlos son vanos. Lo único que vos podes hacer con respecto a superar, o mejor dicho, sobrellevar las implicancias de un corte y no caer en la desesperación, la ansiedad y/o la depresión más profunda, se encuentra en la dimensión A. 

Las acciones que vas tomando al respecto, por mínimas que sean, es lo único forja tu destino y que sí podes decidir vos. Aún sintiendo hacer otra cosa, podés llevar a cabo un plan de acción y cumplirlo, como quien cumple los pasos de una receta para que salga un buen plato.

A continuación, a riesgo de ser la parte menos interesante de la nota, les dejo algunas acciones sugeridas:

  1. Suspendé el estar pendiente del otro. Si tenes que tomar medidas preventivas al respecto, tomalas. Si hace falta, bloqueá de las redes sociales a la persona en cuestión (aunque la sigas queriendo), en lo posible dejá de "seguir-follow" a personas allegadas a ella para que no te lleguen noticias de la persona en cuestión. Borra el contacto del whats app. Archivá, guarda, tirá  o regalá aquellos objetos te traigan recuerdos inmediatos (si sentís que te suma regalá los ositos, tirá los escritos, deshacete de las fotos). Evitá ir a esos lugares donde sabes podes cruzarte. Hacé lo que sea que tengas al alcance hacer para evitar situaciones que incentiven la evocación y se sobreagreguen a las ya inevitables (es decir, evita todo lo que pueda sumarse a las comprendidas en la dimensión E).
  1. En lugar de combatir las emociones negativas o golpear el reloj de arena para que la arena caiga más rápido, toma acciones a favor de lo que te gusta. Si te suma estar tranqui por un tiempo y salir menos. Genial. Pero no dejes de hacer actividades que te den placer. Ir al cine, leer una novela que te guste, relacionarte con amigos y cuando lo sientas, e incluso un poco a regañadientes, date oportunidad de ir a lugares donde puedas -a tu ritmo- ir relacionándote con gente nueva. Talleres de cualquier cosa que te guste. Gimnasio. Boliche. La lista es interminable. Lo que sea, pero que tenga que ver con vos.

Si la otra persona te ama de verdad, aunque le cueste, debería estar a favor de que estés organizandote en ese aspecto. Porque amar no es poseer ni negociar ni retener. Amar es el profundo deseo de que el otro despliegue al máximo su potencial; y cuando no se puede seguir en la pareja ya sea para siempre o por un tiempo, se podría interpretar la ocasión como oportunidad para seguir amando; y que el potencial de cada uno de los ex-integrantes del vínculo, lejos de cohibirse, sigan expandiéndose.

La paradoja, es que siguiendo esta manera de entender el amor, si cumplís los pasos exitosamente, a medida que transitas el duelo estarías por consiguiente amando mejor al otro. Aunque suene muy loco, estarías alcanzando eso de lo que tenes nostalgia.

(*) Psicólogo forense y novelista.