COLUMNISTAS
sugestiones

Con su permiso

|

Dígame, Spregelburd, ¿usted no se ofende si yo hago una excursión por su tema, el de los nombres de las calles? Es que lo primero que quiero decirle es que estoy totalmente de acuerdo con usted, vea. Y también quiero hacer ciertas sugerencias, total, nadie me va a hacer caso.
En Rosario (sospecho que en otras ciudades también) pasa lo mismo que en la vecina localidad de Buenos Aires en lo que a nombres de calles respecta. Y a mí me gustaría que la calle Maipú (nombre sumamente respetable) se llamara Calle de las Artes y la calle Laprida (y don Narciso es prócer merecedor de calles) se llamara Calle de la Bajada. ¿Por qué nombres de señores ilustres, eh? El teniente general Romildo Eleuterio Ortigoza y Menéndez, es un decir, puede haber pasado gran parte del siglo XIX defendiendo a la patria con la pluma y con la espada pero vaya a ponerle su nombre a una calle y nadie va a pensar en el prócer y los tacheros y los remiseros la van a llamar calle Romildo, como llaman Olegario a la calle Olegario Víctor Andrade y Faustino a la calle Sarmiento (juro). Entonces, a la calle Romildo pongámosle Calle de las Acacias. Y sigamos: que haya una calle que se llame Calle del Río, y otra Avenida de las Palmeras, y otra Calle de la Barranca, y otra Cortada del Bajo, y otra Bajada de la Fuente (hay una fuente en Sargento Cabral y Belgrano, ambos merecedores de calles y avenidas, no digo que no, bellísima y cantarina). Y otra podría llamarse Calle de los Lapachos, que los hay, los hay. Y Cortada de los Jacarandáes. Y Calle de las Luces y Calle del Teatro y Calle Pedrera y Calle de los Abanicos y Calle de los Reyes y Cortada de las Ilusiones. Y se aceptan sugestiones.
Y usted disculpe, colega.