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PANORAMA / Magnetto, ceo del año

Cuando el peronismo dice ‘skere’

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JUGANDO CON FUEGO. Conferencia de CTEP por un militante muerto en una toma de tierras. Para Forbes, Kicillof en foco. | CEDOC PERFIL

Un año después del triunfo electoral que parecía allanar la reelección de Cambiemos, la situación económica es horrible nivel vendamos-lo-importante-de-tener-el-G20-acá. Y el peronismo se entusiasma con su mayor virtud: exhibe más versiones que un iPhone para tratar de volver al poder. Puede ser K, ex K, filo K o no K, puede ser renovador, federal, alternativo. En cualquier momento nace el PJ indie. Como sea, una parte de la conferencia de Clacso, los acuerdos para pisar fuerte en el Consejo de la Magistratura, el freno al desafuero de CFK más el instagrameo de fotos sumando gobernadores muestran que el peronismo está manija. Mario Mactas explicaría que están para decir ‘skere’ (la expresión fonética popular nacida del trap que resume let’s get it, vamos, dale).

No es para menos. La realidad les dice que es viernes y sus cuerpos lo saben. Después de una suba del dólar del 100%, una caída del salario real que puede llegar al 20%, con disparada del precio de los alimentos y la vuelta del FMI que obligó a cambiar el eslogan de pobreza cero por déficit ídem, es lógico que el eje ordenador de la política y –atención– de las finanzas empiece a ser #lavueltadelperonismo. Juntos. Separados. Amontonados. “Si no ganamos ahora, cuándo”, podría ser el nombre del grupo de WhatsApp.

Rosca y Excel. Se vienen meses de campaña con críticas económicas en línea con el malestar en la población y señales políticas para los mercados en sintonía con las dudas de los que le vienen prestando plata al país y quieren saber si en el futuro van a cobrar. Por eso, no es raro que Sergio Massa esté convocando para mañana a una ronda de economistas de distintos palos o que hasta el candidato mudo de todos (?), Roberto Lavagna, esté armando un encuentro similar para el 4 de diciembre. La edición local de Forbes puso en tapa al ex ministro Axel Kicillof como el rostro del “riesgo país” para los centros financieros y el diario BAE reveló que el hoy diputado ya recibe gurúes de Wall Street en su despacho, en un contexto donde las tasas que paga el Tesoro explican mucho: financiarse  para 2019 sale 4%, para 2020, 11%.

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Lo que potencia la idea de que no habrá más globos amarillos desde 2020 es que la dinámica económica que debería darse para mejorar las chances del oficialismo choca contra la estrategia política con la que le gusta jugar al asesor oficial Jaime Duran Barba: la polarización con la ex presidenta Cristina Kirchner. Un analista que habla con bancos y empresas lo resume fácil. Macri necesita consolidar la estabilidad financiera para que la economía vuelva a crecer, pero al mismo tiempo busca mostrar que enfrente está “el cuco” para que alguien lo abrace como opción. El cálculo que todos tratan de hacer hoy es cuándo “el cuco” empieza a ser real, cuánto se va a expresar ese temor en fuga de capitales y suba del dólar y cuánto de ese proceso va a hacer temblar las finanzas y por ende complicar la recuperación. El banquero del Macro con simpatía por Massa, Jorge Brito, suele comentar en reuniones que esto lo hace acordar a 1988, cuando “el ojo que gana Menem” tiró por la borda los primeros frutos que daba el plan Austral. Y terminó ganando Menem. Una pregunta válida también es: ¿ese proceso no empezó ya y por eso el dólar anotó cuatro subas al hilo la semana pasada?

En el Banco Central, que comanda Guido “el Facha” Sandleris, a punto de cumplir dos meses de gestión, dicen estar totalmente conscientes de lo que llaman “el riesgo de la primera encuesta que dé que gana Cristina”. Al menos así lo transmiten en reuniones los técnicos que encabeza el vicepresidente Gustavo Cañonero, un hombre que llega a sobreactuar la cautela y cuya frase de cabecera “Es lo que hay” para referirse al plan en vigencia cautiva a la City al punto de que en el ente monetario algunos lo bautizaron “Simon, el agradable”, en referencia al personaje del Superagente 86 que deslumbraba a todos.

Son todas elucubraciones del círculo rojo que tienen sentido siempre y cuando el conflicto social no se desmadre entre crisis y G20. La última semana mostró que todo el tiempo es match point: ocho muertos en un incendio en una comisaría de Esteban Echeverría; una barra que maneja droga hizo retroceder a la policía; un muerto de bala en un operativo de la Bonaerense en una toma de tierras; una jornada de Barrios de Pie en reclamo de comida a supermercados. “Le entregamos una lista de nuestros comedores al  gerente del Coto de Constitución”, dice Silvia Saravia, de la organización. Hola, diciembre, ¿sos vos?

ATR. Si el peronismo está a todo ritmo, el Grupo Clarín está en modo diablo. Sin lugar para lamentos, Héctor Magnetto podría sacar pecho en las alicaídas reuniones de la Asociación Empresaria Argentina, donde los que no sufren por dejar de ser billonarios conocieron Comodoro Py o hacen malabares ante la caída del consumo o la baja del petróleo. El accionista del principal holding de telecomunicaciones es sin dudas el CEO del año, si se midiera una gestión por la cantidad de guiños que se pueden conseguir desde los poderes del Estado. El más importante, obviamente, la aprobación de la fusión de Cablevisión con Telecom con ventaja incluida para ofrecer cuádruple play antes que sus competidores. Pero después, lejos de las conspiranoias se pueden anotar: el freno en el Congreso a la ley que habilitaba a las telcos a dar TV satelital; la inclusión en el Presupuesto de la exención de IVA a las suscripciones digitales; la adjudicación vía licitación a su correo privado Unir del reparto de boletas de ABL en la Ciudad de Buenos Aires que hacía 25 años realizaba OCA; y la presentación en el Congreso el 9 de noviembre de un proyecto para eliminar regulaciones y mejorar la situación de Papel Prensa, firmado por legisladores de todas las fuerzas salvo el kirchnerismo, desde Diego Bossio, Pablo Kosiner (PJ) y Marco Lavagna (UNA), hasta Mario Negri y Miguel Bazze (UCR) o Luciano Laspina (PRO), entre otros.