COLUMNISTAS
Defensor de los Lectores

Currículum del ‘voluntario’ pionero

mariano_bronenberg_1_crop1487952906634.jpg_271325807
BRONENBERG. Aclaraciones sobre su carrera militar. | Cedoc Perfil
Encabeza el Correo de hoy un mail enviado por Mariano Bronenberg (véase página anterior), quien se queja por el tratamiento dado en diversos medios a su persona, su biografía y su decisión de ofrecerse como “voluntario” (lo que le valió en las redes sociales y algunos medios el mote de rompehuelga o adjetivos más duros) para prestar servicios en escuelas provinciales en tanto dure el conflicto con los docentes.

Es necesario aclarar a los lectores de PERFIL que la única referencia hecha por el diario acerca de Bronenberg fue en un pequeño recuadro con foto en la página 45 de la edición del domingo 5, bajo el título “El polémico impulsor”. Se reproduce allí el tuit al que hace referencia (“Señora @mariuvidal, no soy maestro pero ejercí 25 años la docencia universitaria, seré voluntario para empezar las clases en fecha”), y a continuación se explica que fue él quien “inició la movida del ‘voluntariado’”, que se supo luego que no es independiente (hay fotos suyas “dando charlas hace unos años” en el local del PRO marplatense) y que, según publicó Página/12, “se trata de un militar retirado que fue oficial de inteligencia del Ejército y estuvo en el Batallón 601”.

El Batallón 601 del Ejército fue un temible y omnipresente instrumento de inteligencia, secuestros, torturas y desapariciones durante la dictadura militar. Tenía jurisdicción sobre todos y cada uno de los destinos de la “especialidad”, incluyendo a quienes actuaban en ellos, según surge de declaraciones de algunos de sus jefes. En 1986, quien fue su cabeza en 1976 y 1977, Alfredo Alberto Valín, afirmó que “el 601 estaba integrado por representantes de todos los servicios de inteligencia importantes del país, al cual todos los organismos debían apoyar”. Y durante la declaración indagatoria del condenado general Santiago Omar Riveros, comandante de Institutos Militares de Campo de Mayo en la época, “eran los especialistas en interrogatorios, los únicos que sabían hacerlo. Operaban en todo el país, con vestimentas de civil. Gracias a ellos se ganó la guerra”.

Bronenberg indica en su misiva: “No estuve destinado en el Batallón de Inteligencia 601, menos aún durante el último gobierno de facto; no he sido ni soy espía o agente secreto”. Dos fuentes son contradictorias al respecto:
1) La que él cita (un listado que publicó el 18 de febrero de 2010 la revista Veintitrés, fruto de una investigación de los periodistas Adrián Murano y Franco Mizrahi), que considera falsa; allí, Bronenberg figura en la primera página (http://www.desaparecidos.org/arg/tort/listas/601a.pdf).
2) El detallado informe de casi 200 carillas publicado en noviembre de 2015 por Infojus (Sistema Argentino de Información Jurídica), un trabajo sobre el Batallón 601 elaborado por el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos; a partir de la página 108, se consigna el listado completo de oficiales y suboficiales que revistaron en el 601 y en él no figura Bronenberg (http://www.saij.gob.ar/docs-f/ediciones/libros/Batallon_inteligencia_601.pdf).

En un post que publicó en su muro de Facebook el lunes 6 de marzo, el firmante de la carta detalla los destinos que tuvo en el área de Inteligencia del Ejército, arma de la que se retiró en junio de 1997 con el grado de teniente coronel. Desde noviembre de 1980, alumno en la Escuela de Inteligencia (Curso Técnico de Inteligencia); luego, y hasta su retiro, activo miembro de la inteligencia militar en San Juan (desde el 30 de noviembre de 1981), en el Regimiento 8 de Tanques, Magdalena (desde noviembre de 1984, en simultáneo con el curso de inteligencia para jefes que concluyó con su radicación en la CABA); en Campo de Mayo (Sección Inteligencia, desde enero de 1986), en el Estado Mayor General del Ejército (Edificio Libertador, desde noviembre de 1986); en la Escuela de Inteligencia en Palermo (desde noviembre de 1987, como jefe de cursos y profesor) y nuevamente Estado Mayor General del Ejército (desde 1990; entre 1991 y 1994 fue jefe de la División Planes y Acción Comunicacional). “Los oficiales y suboficiales no son ni espías ni agentes secretos, aunque su actividad sea de tipo reservado, confidencial o secreta como, por otra parte, sucede con muchas otras profesiones”, escribió.

Ejerció la docencia en Caece (Centro de Altos Estudios en Ciencias Exactas ), en la UADE (Universidad Argentina de la Empresa), en la USAL (Universidad del Salvador) y en las universidades de Palermo, de Morón y Kennedy. Tiene una consultora en el área de comunicación institucional y ha asesorado y asesora a empresas e instituciones, entre ellas el propio Ejército y la Policía de la provincia de Buenos Aires.

Mariano Bronenberg reprodujo una frase de Marco Tulio Cicerón en su muro de Facebook, en 2010: “Casi siempre, a las acciones de los malvados las persigue primeramente la sospecha, luego el rumor y la voz pública, la acusación después y, finalmente, la justicia”.