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primer año de gestion macrista

De dominación armónica a batalla diaria

Ya la política argentina se despliega como un escenario abierto de conflicto y probablemente no haya retorno a la armonía ficticia de los primeros días del gobierno de Macri.

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Ya la política argentina se despliega como un escenario abierto de conflicto y probablemente no haya retorno a la armonía ficticia de los primeros días del gobierno de Macri. Massa tuvo la llave de la paz en el Congreso; ahora la tiene para el combate.

Como su propio nacimiento y construcción de identidad, el macrismo es kirchnerismo en espejo y ambos han colisionado con sus sistemas opuestos intentando hacer ejercicios de desnaturalización, y recibiendo en consecuencia golpes de realidad. Mientras el kirchnerismo quería dominar al sistema económico desde la política, el macrismo supone someter a los actores políticos a reglas propias del mercado. La inflación constante en un caso y la rebeldía opositora en el otro fueron, y son, las respuestas a esos intentos colonizadores.

El proyecto del PRO es un intento totalizante, completo, abrumador en sus ilusiones. La reacción furiosa y agresiva de Macri y su jefe de Gabinete con Massa es una señal de esa perspectiva ya que sólo el futuro que es igual a ellos es el correcto y aceptable. Acusan a Massa de hacer política, de querer obtener ventaja frente a la opinión pública. Massa trabaja de eso, no trabaja para ellos, no es su empleado parlamentario, y en la política la opción de cambiar de zona de ataque es una posibilidad latente que puede ser usada, tal como lo hace Emilio Monzó. El todo y esos actores son incontrolables. Todos ellos buscan fama política.

Para el kirchnerismo, en sentido inverso, el sistema económico estaba lleno de especuladores. Las empresas buscando siempre su beneficio sin dejar nada para el pueblo y haciendo de los precios un infierno sobre el que el Estado debía intervenir. Pero las compañías trabajan para maximizar sus niveles de rentabilidad, no los que necesita la política para mantener a la población contenta. Buscar escapar del Estado es su misión. Los episodios de esta semana expresan con brutalidad que la salida que encontró la sociedad para reemplazar al kirchnerismo es su total opuesto y que esto puede tener consecuencias complejas. La respuesta de Macri no se asume en su objetivo de unir a los argentinos, algo sociológicamente impracticable ya que las sociedades se basan en procesos de diferenciación interna, sino en la descalificación y negación de los otros. Así se hace política en Argentina, incluso en el PRO.

Así como el kirchnerismo, el gobierno de Cambiemos sólo hace lo que sabe. Para CFK las adversidades nunca representaban consideraciones de repliegue o negociación, sino instancias en que el nuevo ataque se asumía con más “fichas” aún. Todo lo que pasó esta semana se planificaba mientras los ministros debatían sus PowerPoints en Chapadmalal. Ahora que ya pasó, Macri disfruta unos días de vacaciones en Córdoba alejado de la rutina, porque es lo que hace él. Es posible que la conflictividad aumente, y que su tono esté dado por la economía. Los gobiernos de Occidente caen cuando sus consumidores notan demasiada escasez, y si no llegan a caer, completan sus mandatos con una aprobación demasiado baja. No son las oposiciones las que los fluidifican, sino el modo en que esos gobiernos se adaptan a los contextos y la manera en que arman su diálogo con el resto de los actores políticos. Las opciones de Cambiemos hasta ahora hacia Massa son “impostor”, “irresponsable”. Así Macri va construyendo el camino del diálogo y la gobernabilidad. Para la Navidad parece que hay un acuerdo de precios para juguetes producidos en Argentina, el Ahora 12 pasó a ser Ahora 18 y Carrió hace de Malcorra en formato relax en EE.UU. Al año de gobierno, Cambiemos termina obligado al uso de fórmulas del pasado reciente, las de un Estado presente y agresivo contra los enemigos. Cambiemos no será un gobierno de unidad. Si sobrevive, lo será en un evidente enfrentamiento con todo lo que niega y desvaloriza. Si eso pasa y se sostiene en el tiempo, será porque ya estarán haciendo política.


*Sociólogo.

Director de Quiddity Argentina.