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PANORAMA / DOLAR Y CORTO PLAZO

Días de rock en el sótano

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‘Dolar Jordan’. Memes cambiarios de la semana. | Cedoc Perfil

Jueves 3 de mayo. 10 AM. Abren los mercados financieros. Mando los primeros mensajes a las mesas de dinero de los bancos. Cómo viene la mano. Pinta que está para arriba.
Tipo 10.30, mensajito a otro financista. ¿Aparecen ventas del Banco Central? Sí, más de US$ 200 millones, pero el dólar igual sube. Chat a un economista. ¿Lo dejan correr? ¿Y el impacto en precios? “Hay que dejarlo correr un poco y bajarlo después”, me dice. “La inflación ya es segundo problema”, suelta.
Luego, me escribe un inversor. “Che, esto ya no es ruido internacional, el peso se devalúa más que el resto”. Me meto a ver los índices de monedas. Es cierto, el peso ya se despega en su caída. El mundo parece más calmo pero acá sigue la movida de los últimos días. Dólar a $ 21,80.
Al toque llegan reportes de dos bancos de inversión, JP Morgan y Goldman Sachs. Coinciden en que habrá más suba de tasas para frenar la corrida. Tipo 11 y 30 pregunto si el Central está vendiendo. Vendió un poco más y se retiró del mercado. Un cambista avisa que en el mercado secundario las Lebac ya se transan a 38%.
Mediodía. Me como un sandwich en el centro, antes de ir a ver a un broker. Ahí me avisan que el Central parece que sube las tasas de interés. Segunda vez en tres días hábiles que fuera de cronograma aumenta la tasa de referencia, ahora a 33,25%. Todo para darles señales a los inversores y que no se vayan al dólar. No dura el efecto. El dólar sigue subiendo.
Cerca de la una, hablo con un analista (financiero, no es un psicólogo, pero vendría bien). Explica que pareciera que todo se volvió más parecido al Banco Central precambio de metas. Subir fuerte las tasas y dejar correr el dólar. Ya asoma a 22,20. Después 22,70. Un argentino en un fondo de inversión chatea después que sigue el “desarme de posiciones”, la salida de Lebac de inversores no residentes, gringos. Que nunca vio algo igual.
Dos economistas evalúan que “al BCRA” esto se le está yendo de las manos, pero otro cree que con estas tasas debería aflojar la corrida. Nadie está seguro de nada. En el medio, respondo en tres grupos de Whatsapp de amigos que me preguntan “¿se va todo a la mierda?” y recibo memes con el “dólar Michael Jordan”, en alusión a la remera número 23. Es que sí, el dólar a eso de las 15 tocó los 23 y los pasó.
Por estas horas se habla de reunión del equipo económico en la Casa Rosada. Una alta fuente describe el trimestre como “el momento más choto” del Gobierno. Tomo nota. Más tarde, circula en WhatsApp una nota de Forbes que se titula “Es hora de salir de la Argentina”. Se viraliza que la Argentina está en la home del Financial Times por su intento de defender el peso. En Twitter, un funcionario de Hacienda hilvana gráficos que muestran que la cosa está bien. Inversión, construcción, autos.
Vuelvo a la City. Los mismos que hace seis meses se masturbaban con foros de “The new Argentina” ahora descubren que el déficit de cuenta corriente es muy grande. Es cierto. La diferencia entre los dólares que necesita y los que tiene la Argentina para funcionar es enorme. Más de US$ 30 mil palos por años. Y ellos tienen la guita. Pueden hacer y decir lo que quieren.
Llegan preguntas de parientes sobre 2001, corralito, helicóptero. ¿Qué? Bue...Pregunto por depósitos en bancos. Sin cambios.
¿Cómo sigue? ¿Qué se viene? Le escribo a una fuente del Gobierno que habitualmente habla, me manda emoticón de cierre en la boca. A eso de las cuatro es como el final de un terremoto. El dólar se disparó 9%, la mayor devaluación en un día desde el fin del cepo. Sigue la reunión en el Gobierno. Ya a esta altura nadie quiere hacer el cálculo de qué pasaría si se sostiene el mismo ritmo de salida de reservas por unas semanas. El BCRA lleva vendidos US$ 6 mil millones en diez días.
Viernes 4 de mayo. A las 4.58 llega mail del Ministerio de Hacienda. Conferencia del ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, sobre el programa fiscal. Será a las 9.30. Pero a las 9 el Banco Central patea el tablero y pone la tasa en el 40% y fuerza a los bancos a una mayor oferta privada de divisas. Recién luego habla Dujovne. Metas más agresivas de ahorro fiscal, “oposición irresponsable”. A las 10 abre el mercado. Para abajo. El dólar cede hasta estacionarse en $ 22,30.
Un petrolero me escribe que deberían subir las naftas un 10%. Pero un ministro aclara que de ninguna manera. “La inflación de mayo se les fue”, dice otra analista. Alguien con una hipoteca en trámite se queja en Twitter porque con el salto del dólar no le dan los números para escriturar. Una pyme se flagela porque se le encarece el crédito y pide que la megatasa no dure mucho. Un importador que vendía por Mercado Libre dice que no tiene precio hasta que no haya equilibrio. Un exportador que pedía dólar más competitivo ahora dice que igual falta, los costos logísticos, laborales.
Seguí participando, largo plazo.