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RAJE “EXITOSO”

Diez claves de la economía 2017

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Odisea argentina. Los desafíos del ex comentarista Dujovne. | JUAN OBREGON
Termina 2016 con balances contrapuestos. La economía real, la producción, los consumidores tuvieron un año pésimo, con caída de actividad y salarios carcomidos por la inflación.
Desde la óptica del tablero de control y de las reglas de la economía, lo ejecutado fue enorme  desde el punto de partida de una crisis recesiva, de déficit energético y carencia de herramientas para su manejo. Una enfermedad sin síntomas claros. Quedan para 2017 grandes desafíos que pasan por lo social pero mucho más por lo político. Nadie duda de un rebote. Ecolatina pronosticó ayer mismo un crecimiento de 3,2% del PBI y tasas de inflación del 23 % anual.

Despido con gloria. Vale la pena repasar la semana que termina, que junto con nuevos datos de caída de actividad nos regaló la maravillosa y autocompasiva despedida de Alfonso Prat-Gay del Ministerio de Economía. En el raje más “exitoso” de la historia de la Argentina, Prat-Gay anunció US$ 90 mil millones de activos blanqueados, el cumplimiento de la meta de superávit fiscal de 4,8% del PBI (por la recaudación del blanqueo), el cierre con los holdouts,  el levantamiento del cepo, el regreso a los mercados de deuda.
El ex ministro hasta metió en su factura el éxito antiinflacionario gestado con altas tasas, y secuelas de recesión y caída en el consumo, algo que se ocupó de rechazar. Federico Sturzenegger, el presidente del Central, acaba de ratificar la meta de 12% a 17% de inflación para 2017, e insistió en que seguirá sin pausas su política de tasas de interés que apuntalen desde lo monetario la contención de los precios. Los índices son los más bajos para el último semestre desde 2008 y éste fue el diciembre con menor inflación desde 2005.

Futuro inmediato. Con Nicolás Dujovne y Luis Caputo se profundiza y se hace extremo el modelo Cambiemos de especialización productiva de sus cuadros, profesionales brillantes que no deben mostrar vocación política, como se ha visto con el derrotero del ex JP Morgan.
En su presentación oficial como ministro, Dujovne anticipó que, como metas, trabajará en la reducción de impuestos, en la reducción del gasto y en la contención del déficit fiscal e hipotéticamente reducirlo a menos de 4,2%.
Pero 2017 encierra varias claves que condicionarán los planes del Gobierno y la economía. Esto es lo que lo que intuyen los estrategas oficiales:
1. Campaña full time. La mayoría del Gobierno se abocará a las elecciones legislativas. La oposición también. El país tendrá el Congreso cerrado en 2017. No habrá posibilidades de imponer proyectos de leyes que requieran acuerdos importantes con el peronismo. Confía el Gobierno en un triunfo, apalancado en el impulso que da la imagen de María Eugenia Vidal.
2. Minoría legislativa. En caso de un triunfo rotundo, tampoco influirán tanto las elecciones:  Cambiemos seguirá siendo un tercio del Congreso y deberá negociar.
3. Pocas leyes, mucho ruido. Con esos supuestos, no sería posible avanzar en leyes claves como la prometida reforma previsional. Sólo se avanzará en aspectos de una reforma impositiva.
4. Reducción impositiva marginal. Como lo anticipó Dujovne, intentarán reducir impuestos, pero sólo podrán hacerlo en aquellos que no requieran del Congreso, que de hecho son una cantidad importante, sobre todo los que se solapan en distintas jurisdicciones. Las negociaciones que involucren compromisos de recursos coparticipables no podrán encararse en 2017.
5. Rebote con buen resultado.  La economía crecerá por el rebote, probablemente impulsado por la construcción y la obra pública, la mayor disponibilidad de recursos en los bolsillos por el efecto caída inflacionaria que se destinarán al consumo. Algo por los aumentos de las jubilaciones.
6. Llegada de inversiones. La tarea de encarrilar el déficit fiscal debería habilitar inversiones pendientes de la caída de riesgo argentino y de aumentos de la tasa de retorno. Deberían compensar también la pérdida del beneficio de las tasas bajas del inicio del mandato, que desmejoraron por la dificultad en controlar el aumento del gasto, pero sobre todo por el cambio de condiciones poselección de Trump en los EE.UU. La ventaja del capital disponible y a bajo costo podría desdibujarse. Sobre este vector operarán en conjunto Dujovne (gasto) y Caputo (mejorar el financiamiento).
7. Poco empleo. Está por verse el impacto de la dinámica de las inversiones entrantes, sobre todo en obras de infraestructura, construcción, agricultura y energía. La construcción podría mover el amperímetro del empleo, pero ni el campo ni las tecnologías renovables impactarán sensiblemente en éste, que por ahora dejaría de caer.  
8. Motores apagados. El año 2017 habría que mirarlo desde la perspectiva de 2018, cuando desaparezca la inercia de algunos de los motores que se encenderán el año próximo. Cambiemos apostó a que los empresarios emprenderán sin más señales que la demarcación de la cancha y la fijación de las reglas de juego. Tarea para el hogar.
9. Falta de interlocutores. Los organigramas no contemplan interlocutores operativos de la industria, sobre todo de los sectores que deberían ser los que se desplieguen más rápidamente, como la agroindustria (aquí se comentó el caso de Mastellone), y que deberían reemplazar a aquellas a las que el Gobierno les está indicando que no tendrán futuro, como las ensambladoras electrónicas, las textiles y las altamente protegidas, o dependientes de un alto tipo de cambio.
10. Mayor eficiencia privada. Como se dejó entrever al anunciarse la nueva etapa económica, el Estado no necesariamente será más chico, pero sí más focalizado. Los privados más exitosos deberán ir transfiriendo cada vez más recursos al Estado. La eficiencia en el sector privado será un nuevo tema de agenda, y casi una cuestión de supervivencia. n