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adios al estilo pendenciero y hola al los amo a todos?

El pastor Kirchner

Por momentos, parecía el Pastor Kirchner. Su discurso estaba recargado de ondas de amor y paz, como las de aquel Pastor Giménez que convocaba multitudes evangelistas como telepredicador y que terminó condenado por las lesiones que le produjo a su esposa, la hermana Irma, y acusado de estafa por un feligrés.

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Por momentos, parecía el Pastor Kirchner. Su discurso estaba recargado de ondas de amor y paz, como las de aquel Pastor Giménez que convocaba multitudes evangelistas como telepredicador y que terminó condenado por las lesiones que le produjo a su esposa, la hermana Irma, y acusado de estafa por un feligrés. Incluso, allá por mayo de 2006 y con la mediación de Roberto Porcaro, operador de Compromiso K, el pastor que ocupaba cada vez más espacios en las radios se acercó al kirchnerismo. Se debe aclarar –como en las películas– que cualquier similitud con la realidad es pura coincidencia.

Pero lo cierto es que en José C. Paz, en su primer discurso del año como presidente del justicialismo, si nos dejamos guiar sólo por sus palabras, parecía un nuevo Néstor Kirchner. Como toda respuesta a la cobarde agresión que sufrió Agustín Rossi en Laguna Paiva, pidió “un fuerte aplauso solidario” para el jefe de su bloque en Diputados y dijo que no iba a descalificar ni imputar a nadie y que, por el contrario, ofrecía “amor para los que lo agredieron indebidamente”. Sorprendente volantazo. Es verdad que se notaba su incomodidad al interpretar ese personaje mansito y conciliador. “Es un lobo con piel de cordero patagónico”, chicaneó un peronista disidente. Pero había un cambio aunque sea para la tribuna. ¿Habrá comprendido por primera vez que su génesis pendenciera y agresiva lo hunde cada vez más en el pantano? ¿Se habrá dado cuenta de que está obligado a expresarse sin palabras beligerantes ni gestos crispados? ¿O será puro maquillaje y más temprano que tarde volverá a sus insultos y reclamos de venganza? Aunque mucha gente no lo pueda creer, Néstor, ante la mirada asombrada de Mario Ishi, aseguró que estaba dispuesto a no pelearse más con nadie y construir puentes de convivencia, y en un pasaje alucinante, casi de ciencia ficción, dijo: “Quiero tenderle la mano a los que no piensan como nosotros para avanzar juntos con amor, sin imponerle nada a nadie”. Hasta citó a “Nuestro Señor” para proclamar que estaba dispuesto a “poner la otra mejilla” frente a los ataques.

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Aquí vale la pena poner una luz de advertencia. Nada grave ha ocurrido todavía, pero se registra cierta tendencia creciente a mezclar el discurso religioso con la política. La presidenta Cristina dijo hace poco que “por un designio de Dios una mujer tiene que comandar los destinos de la Argentina” durante el terrible tsunami finaciero que golpea al mundo. No son precisamente los Kirchner quienes apelan con mucha frecuencia a este tipo de metáforas. Su gran opositora, Elisa Carrió, les lleva largamente la delantera en este sentido. Es más, acaba de participar en Estados Unidos de un encuentro mundial de oración con líderes políticos que fue inaugurado por el mismísimo Barack Obama. Una cosa es la fe que mueve montañas y promueve valores, y otra más confusa es la irracionalidad de los gobernantes justificada con verdades reveladas. Una cosa es la militancia religiosa para erradicar las injusticias sociales y la actividad solidaria con los más necesitados que, por ejemplo, desarrolló Obama en las iglesias de Chicago; y otra son los fanatismos fundamentalistas que empujaron a George Bush a creerse una especie de elegido para una misión en Irak.

El nuevo discurso light recomendado por expertos que Kirchner repite sin convicción estalla cuando choca con la realidad. Porque en la práctica cotidiana de su gobierno mantienen y multiplican sus acciones autoritarias, persecutorias y prepotentes. Y a las pruebas hay que remitirse:

◆ Censura a Nelson Castro. Algunos ministros se asustaron cuando les llegó la información de que fue una orden directa de Néstor Kirchner. Ingenuos, muchos no pensaron que podría llegar tan lejos y hacerlo tan burdamente sin preocuparse aunque sea por la montaña de costo político que tiene que pagar. Todo periodista es un enemigo hasta que se demuestre lo contrario. Esa parece ser una de las veinte verdades kirchneristas.

◆ Violencia revanchista en el INDEC. Cynthia Pok, la delegada y ex directora de la Encuesta de Hogares, denunció que la patota de Guillermo Moreno se pasea por los pasillos intimidando con agresiones físicas, insultos, escupitajos, y tratando de instalar el miedo entre los trabajadores con un hostigamiento brutal. La venganza hacia los que resistieron la malversación y la violación del secreto estadístico también es de carácter administrativo y profesional. Abrumada, acaba de renunciar Graciela Bevacqua, la primera directora del Indice de Precios al Consumidor (IPC) que había sido confinada en la biblioteca del Ministerio de Economía y, según su abogada, “amenazada reiteradamente en forma telefónica” por haber declarado la verdad ante el fiscal Manuel Garrido. En su momento el periodista Horacio Verbitsky escribió sobre los soldados de Guillermo Moreno que se paseaban armados entre los escritorios. Y ya no se trata de un pequeño grupo de matones. El personal del INDEC se duplicó con el dinero de todos los argentinos con el objetivo de diluir el peso de los empleados más consecuentes y combativos. A eso Cynthia Pok lo llama “exterminio por inundación”.

◆ A la Federación Agraria, ni justicia. Hasta los productores menos politizados reconocen que las últimas medidas del Gobierno tuvieron como único objetivo aplicarle un “castigo ejemplificador” a la entidad que conduce Eduardo Buzzi con el tema de las célebres cartas de porte. En cuanto a la emergencia agropecuaria que todos juzgan insuficiente, no se hizo otra cosa que aplicar lo que marca la ley. Por lo tanto, no hay ningún beneficio extra en un momento gravísimo para la actividad que tuvo tres plagas demoledoras: el kirchnerismo, la crisis económica internacional y la sequía brutal. Sin embargo, el spot publicitario sobre el tema que tuvo como directora creativa a la mismísima Cristina Kirchner termina mojándole la oreja a los pueblos del interior cuando aclara que estas excepciones “sólo se aplican a la producción agropecuaria”. Veneno puro e innecesario. ¿Cuál es el objetivo del aviso? ¿Es parte de la campaña Seguimos Ganando Enemigos? ¿Suma alguna adhesión el Gobierno con estas actitudes o mantiene su tozuda vocación autodestructiva?

 

◆ Moreno versus Binner y Lole. Teledirigido por el comandante en jefe de Olivos, el secretario de Comercio, Guillermo Moreno, repitió su incursión en Santa Fe, esta vez en el pueblo de Ramona. Más tragicómico que gracioso, dijo: “Tuve que venir yo para que llegue la lluvia”, apenas empezó el operativo clientelístico de delivery que viene realizando en los últimos tiempos para el enojo de Hermes Binner y Carlos Reutemann. Néstor como autor intelectual y Guillermo como autor material han logrado un milagro: enfurecer de bronca al gobernador y al senador que se muestran tan moderados y correctos, que compiten entre sí y que están entre los argentinos con mayor intención de voto. Binner ya dijo que la actividad casi clandestina de Moreno en su distrito sólo trae más complicaciones. Y Reutemann fue muy claro cuando rechazó con términos similares lo de la dupla Kirchner-Moreno y planteó que no se puede hablar en el interior de la provincia en nombre del Frente para la Victoria, porque eso es “piantavotos” y genera rechazo. Resultado: Binner, que muchas veces se mostró cerca del Gobierno nacional y merodeó la transversalidad con Aníbal Ibarra, Luis Juez y Martín Sabatella, hoy colocó a Kirchner en el centro de sus críticas. Reutemann, que se había acercado hace poco a Olivos con intenciones de buscar una coexistencia pacífica, dejó plantada a la Presidenta y no aceptó la invitación para subirse al avión rumbo a España.

Aquí aparece lo que seguramente es uno de los peores problemas de los Kirchner hacia el futuro electoral. O la primera gran demostración por parte del peronismo de que su liderazgo por ahora es sólo formal y estará en observación hasta los comicios parlamentarios de octubre. Muchos candidatos importantes como Reutemann no quieren aparecer ni cerca de una foto con el matrimonio presidencial. Su fino olfato peronista les dice que los Kirchner hoy son un salvavidas de plomo. A varios intendentes del Conurbano les pasa lo mismo. Quieren su dinero, pero cada vez menos su compañía. Reciben gustosos obras públicas, subsidios y refinanciaciones de las deudas con la Nación, como es el caso de Daniel Scioli. Pero han comprendido que el apellido Kirchner, que antes los ayudaba a crecer electoralmente, ahora los deteriora. Que la fatiga social que hay sobre el comportamiento de los Kirchner también llega, aunque en menor medida, al votante peronista tradicional. Ya se sabe que el peronismo lo único que no perdona es la derrota. Y los Kirchner están en una encrucijada donde se juegan todo su capital y su futuro político. Porque si hacen agua en octubre, todos los peronistas con mando territorial o con alta intención de voto van a huir rápidamente de su lado. Y si el resultado no es tan malo, van a quedar en deuda con aquellos que les aportaron los votos y que esta vez no están dispuestos a dejarse armar las listas de candidatos como ocurrió en otras ocasiones.

Todo esto le da fundamento a la pregunta sobre las contradicciones entre aquel discurso pacifista y conciliador del Pastor Néstor y la política real. ¿No es demasiado tarde para suturar las profundas heridas y el resentimiento que generaron en amplios sectores de la población? ¿De qué les sirve mantener la actitud altanera de creerse los inventores de todo? Comparar las medidas de Obama con las de Perón puede ser una travesura simpática de Cristina, pero sospechar aunque sea que la dirigencia de los Estados Unidos le está copiando sus planes a Néstor Kirchner es directamente delirante. Sólo hay una letra K en común desde que el genio del economista inglés, John Maynard Keynes escribió en 1936 su “Teoría General”, que fue la base del Estado de Bienestar moderno. A propósito de aquellos que tienen la soberbia de creer que cada paso que dan es fundacional y que la historia empìeza con ellos, bien vale la pena recordar una recomendación del lord que revolucionó la forma de mirar la economía real: “Escriban siempre como testigos de su tiempo y así, quizá, por accidente, consigan la gloria”.