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Cambio de era

El regreso del odio a los Estados Unidos

Donald Trump logró en poco tiempo lo que a otros presidentes norteamericanos le lleva años. Las raíces del antiamericanismo en todo el mundo.

Trump Temes
Dibujo de Temes | Pablo Temes

Donald Trump alcanzó un récord, hay que reconocerlo. En menos de tres semanas, el presidente de los Estados Unidos ha logrado lo que a otros mandatarios norteamericanos le llevaba algunos años. Es tan prematuro que aún no es posible medirlo, pero es evidente que el odio a los Estados Unidos está creciendo en todo el mundo, y a pasos agigantados, a medida que el magnate que llegó a la Casa Blanca ordena levantar un muro en la frontera con México, amenaza militarmente a China y a Irán, impide que inmigrantes musulmanes ingresen a los aeropuertos norteamericanos y les grita a otros presidentes a través del teléfono. 

Introducirse en el debate sobre la imagen que el mundo tiene de los Estados Unidos no es un hecho menor. Cuando una nube de polvo crecía por el sur de Manhattan y las imágenes de televisión transmitían en vivo el desplome de las Torres Gemelas, una pregunta se repetía una y otra vez: “¿Por qué nos odian?”

Fue el propio George Bush el que intentó responder en el Capitolio una semana después del ataque terrorista: “Los estadounidenses se preguntan ‘¿por qué nos odian?’. Nos odian por lo que se ve aquí mismo, en este salón: un gobierno elegido democráticamente. Los líderes de ellos se autoeligen. Nos odian por nuestras libertades: nuestra libertad de credo, nuestra libertad de expresión, nuestra libertad de votar y de reunirnos y de tener desacuerdos entre nosotros”.

Tras el 11S, distintos académicos, investigadores y periodistas norteamericanos se lanzaron a interpretar el “odio a los Estados Unidos”. Fue así cómo Pew Research Center, uno de los principales think tanks con sede en Washington, empezó a medir el rechazo que Estados Unidos tenía en el mundo. Con encuestas en las principales capitales de todo el planeta, el análisis se realiza todos los años y las conclusiones a las que arriba son interesantes: el antiamericanismo aumentó durante los años de Bush –con una media que alcanzó el 55%–, para descender cuando llegó Barack Obama –con un promedio que llegó a ubicarse en el 24%–.

Según Pew Research Center los países que desde 2001 tienen la más alta imagen negativa de Estados Unidos en el mundo son:

-2002, un año después del ataque de Al Qaeda: Jordania 75%, Pakistán 69%, Líbano 59%, Turquía 54% y Argentina 49%, el lugar en América Latina que siempre muestra el mayor rechazo a Washington.
-2005, el año de la reelección de Bush: Jordania 80%, Turquía 67%, Pakistán 60%, Líbano 58% y Francia 57%.
-2009, la llegada de Obama al poder: Palestina 82%, Jordania 74%, Egipto 70%, Turquía 69% y Pakistán 68%.
-2013, la reelección de Obama: Jordania 85%, Egipto 81%, Palestina 79%, Pakistán 72% y Turquía 70%.
-2015, el último año medido hasta el momento: Jordania 83%, Rusia 83%, Pakistán 75%, Palestina 71% y Turquía 70%.

“El antiamericanismo es profundo y está más presente ahora que en otros momentos de la historia moderna. Es más fuerte en los países islámicos, pero se expande por todo el mundo desde Europa hasta Asia, desde Sudamérica hasta África. Para muchos es producto de la presidencia de Bush y sus políticas, especialmente, la guerra en Irak, pero es algo que siempre estuvo latente, incluso durante los cambios propuestos por Obama”, se advierte en la introducción de “El aumento del antiamericanismo”, trabajo publicado el año pasado por Pew Center Research.

La invasión a Irak en 2003 marcó el momento de mayor rechazo del mundo islámico a Estados Unidos. A lo que hay que sumar la crítica a las intervenciones norteamericanas en Afganistán y Libia y la indiferencia frente a la guerra civil en Siria y a la fallida Primavera Arábe. Los habitantes de los países islámicos siempre recelaron de la alianza militar de Washington con Israel y es común ver protestas masivas en las calles de Palestina, Egipto, Líbano o Siria con la bandera estadounidense ardiendo en llamas.

Pero es quizá América Latina el lugar del mundo con mayor historia en antiamericanismo. Para rastrear los orígenes de ese rechazo, hay que retrotraerse hasta el siglo XVIII cuando Estados Unidos le declaró la guerra a México y obtuvo los actuales territorios de Texas, Arizona, California, Nevada, Utha y Nuevo México y partes de Colorado, Wyoming, Kansas y Oklahoma. El intervencionismo militar continuaría en el siglo XIX, con la doctrina Monroe de “América para los americanos”, y en el siglo XX con nuevas intervenciones militares, desde el golpe en Guatemala en 1954, la primera intervención de la CIA, hasta el golpe en Chile contra Salvador Allende en 1973, pasando por las invasiones a Cuba, Panamá o Granada, por citar solo algunas.

Pero también hay odio a Estados Unidos en Europa. En un reciente artículo titulado “Donald Trump y el regreso del antiamericanismo europeo”, el politólogo alemán Soeren Kern anticipó los tiempos que se avecinan. “Si el pasado puede darnos alguna pista sobre el futuro, el antiamericanismo europeo será un rasgo generalizado de las relaciones transatlánticas durante la presidencia de Trump”, escribió el especialista en antiamericanismo en Europa.

El trabajo fue editado por el Instituto Gatestone, que acompañó el análisis con una serie de editoriales aparecidas en los principales medios de Europa. “La victoria de Trump abre la puerta a una peligrosa inestabilidad”, anunció el semanario alemán Spiegel. En Francia, Libération publicó una tapa donde aparecían Trump y las palabras “American Psycho” y Le Figaro tituló: “Europa paralizada por el impacto Trump”. En Gran Bretaña, The Guardian difundió el editorial: “La política exterior de Trump, una amenaza para la paz”. En España, El País publicó un artículo titulado: “Declaración de guerra a la estupidez”. Y en Holanda, Telegraaf declaró: “Trump es una pesadilla para Europa”.

El historiador Ziauddin Sardar y la antropóloga Merryl Wyn Davies dieron a conocer en 2002 un provocador trabajo titulado, precisamente, ¿Por qué la gente odia a Estados Unidos?. Se trata de un ensayo que por estas horas se vuelve necesario. “Lo que odia la mayoría de las personas no es a la gente de Estados Unidos, sino al término ‘Estados Unidos’ –sostienen los autores–. Es una entidad una política que se basa en la violencia autoritaria, el doble discurso, la obsesión por perseguir su propio interés por encima del resto, y una ingenuidad ahistórica que iguala el Yo con el Mundo”. Lamentablemente, se trata de una serie de valores que hoy están muy presentes en la Casa Blanca.


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