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econOMISTA DE LA SEMANA

Exportaciones: la única forma de generar divisas

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DE PUNTA. Por fuera del agro, las pick-ups abren un polo exportador en la crisis. | Cedoc Perfil

El Gobierno declaró el 2019 como el año de las exportaciones y no lo hizo por antojo. Frente al significativo incremento de la deuda pública en dólares, existe una necesidad imperiosa de poner las ventas al exterior como protagonistas en la economía argentina.
Desde que asumió Cambiemos, la deuda pública creció 38%, de la cual el 76% es en moneda dura, alcanzando los US$ 253.696 millones. En 2018, las exportaciones ascendieron a US$ 75.766 millones, por lo que el ratio deuda en moneda extranjera/exportaciones supera el 330%, el valor más alto desde 2004. En este marco, resulta relevante preguntarse cuáles serán los sectores que mayores aportes harán en términos de divisas los próximos años y de esta forma contribuyan a la sostenibilidad de la deuda.  
Históricamente, las actividades que más divisas generaron son aquellas donde la Argentina tiene una ventaja comparativa. Particularmente en 2018, pese a la sequía, solo el complejo oleaginoso y cerealero aportó el 33% de las exportaciones. Si a ello se le suma el resto de los complejos agropecuarios, dicho valor asciende al 44%.
La previsión de una cosecha récord de granos y oleaginosas para la campaña en curso (144 millones de toneladas), auguran un crecimiento significativo de las exportaciones del complejo en 2019. Hacia adelante, teniendo en cuenta que el sector se caracteriza por presentar una importante capacidad instalada y por la continua incorporación de tecnología, mientras el clima acompañe, las ventas al exterior se incrementarán. No obstante, por tratarse de commodities, su suerte está mayoritariamente atada a los precios internacionales. En este sentido, el reciente deterioro del  precio internacional de la soja tras la guerra comercial de Estados Unidos y China, resulta en una amenaza para el sector.
En cuanto al resto de los productos agropecuarios, la situación es mucho más heterogénea, pero es donde Argentina tiene alto potencial de expansión a través del desarrollo de productos diferenciados. Este complejo está liderado por el sector bovino y el vitivinícola, que representan el 76% de las exportaciones del complejo (9% del total). En ambos casos, la creciente demanda de China, la apertura de nuevos mercados y un tipo de cambio más competitivo apuntalan los envíos al exterior. No obstante, encuentran limitaciones para expandir su oferta, ante la baja rentabilidad percibida por la suba de costos, la implementación de derechos de exportación y reducción de reintegros y la falta de previsibilidad en materia cambiaria.
Más allá de ello, la potencialidad de este complejo radica en la posibilidad de desarrollar productos diferenciados que logren sortear la volatilidad de la coyuntura nacional y/o internacional. Este tipo de productos, a diferencia de granos y oleaginosas, no enfrentan precios dados internacionalmente. Por lo que la generación de nuevos productos de distinta variedad o de mayor calidad, pueden incidir en la demanda externa y elevar las exportaciones.
Luego de los dos complejos agropecuarios, en términos de volúmenes de divisas se ubica el complejo automotor, el cual aporta el 10,5% de las exportaciones totales. El segmento estrella son las pick-ups, donde la industria se está especializando y donde se concentran más del 60% de las ventas externas del sector. Particularmente en el mercado brasilero, las pick-ups argentinas pasaron de representar el 18% de los patentamientos en 2014 al 24% en 2018.
Con un menor aporte, pero con un alto potencial de crecimiento, se encuentran las exportaciones de servicios basados en conocimiento (8%) y el turismo (7%). En el primer caso, las ventas al exterior experimentaron un significativo crecimiento en la última década impulsadas por la expansión de las exportaciones de software
y servicios informáticos. Dicho sector se ve beneficiado desde 2004 con un régimen fiscal especial, que reduce la carga impositiva y otorga beneficios crediticios para su desarrollo. Es en esta línea, que se intenta ampliar los beneficios a otros servicios a través de una nueva ley (de economía del conocimiento) de similares características para el complejo en su conjunto. De concretarse su aprobación,
sería esperable un incremento de las exportaciones, dado que contempla la exención a los derechos a la exportación, entre otras cosas.
En el segundo caso, la depreciación del tipo de cambio ocurrida desde la salida del cepo, proporcionó un contexto más propicio para el ingreso de divisas por turismo, las cuales crecen sostenidamente desde 2016. En este sentido, de mantenerse el abaratamiento relativo de los destinos locales, el turismo se configura como uno de los sectores de mayor potencial de crecimiento en el corto plazo.
Por último, los complejos de petróleo y gas y el minero, son otras de las promesas en cuanto a la generación de divisas. Cada uno de ellos concentró en 2018 el 7% de las exportaciones y dado los recursos naturales con los que cuenta la Argentina, sus participaciones podrían crecer significativamente. Particularmente en el primer caso, el incremento podría darse con mayor velocidad gracias a las fuertes inversiones que se han hecho en Vaca Muerta y a los
subsidios que recibe el sector. Por su parte, el sector minero tardará un poco más en reaccionar, debido a que los proyectos tienen un tiempo mayor de maduración y debido al fin de la vida útil de proyectos históricos.
En resumen, existen diversos caminos donde Argentina puede potencialmente generar mayores divisas para hacer frente a sus obligaciones de deuda. No obstante, en el corto plazo seguirá dependiendo de sus exportaciones tradicionales, las cuales están expuestas en mayor medida a la volatilidad del contexto internacional. Para desarrollar opciones alternativas, en primer lugar es necesario un contexto económico y político más estable y, en segundo lugar,  políticas focalizadas que generen los incentivos necesarios para desarrollar productos diferenciados y de mayor valor agregado.