COLUMNISTAS

Folletos culturales

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¿Quién lo inventó? ¿Cuándo? ¿Dónde? No lo sé, aunque no debe ser difícil averiguarlo. Habermas hace mención en Historia y crítica de la opinión pública, y seguramente debe haber decenas y decenas y decenas del libros más sobre esos asuntos. Como no soy experto en el tema (¿pero en qué soy experto? Si fuera experto en algo no escribiría en un diario), no estoy en condiciones de argumentar en detalle. Me refiero a la publicidad política, a en qué momento se inventó la publicidad política, en qué contexto, bajo qué condiciones. Y más específicamente, a la historia de las brochures, de los pequeños libritos (en algunos caso apenas trípticos) con las actividades del gobierno; y mucho más aún (descendiendo de lo general a lo particular) la historia de los libritos o diarios con actividades culturales del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Recuerdo ahora que el gobierno municipal de De la Rúa hizo uno, otro el de Ibarra, otro el de Telerman y creo que el de Macri también. ¿Y el gobierno del intendente municipal general de brigada (R.E.) Manuel Iricíbar, también imprimía un folleto cultural? Para los que no lo recuerdan, este general gobernó nuestra ciudad entre 1967 y 1971, es decir durante las dictaduras de Onganía y Levingston. Pues bien, caminando sin rumbo por la Avenida de Mayo (ahora que me doy cuenta… ¡en eso sí soy experto!), bajé los tres escalones de una librería de viejo y en su primera mesa hallé y compré (por 10 pesos… ¡Un euro en el mercado blue!) el número 13, de octubre de 1970, de la Guía Cultural de Buenos Aires, editada por el gobierno municipal de facto (¡ah, cuántas líneas de continuidad comunicacional entre dictadura y democracia!). El librito en cuestión, de 64 páginas, en formato de 21 x 22,5 cm, con fotos en blanco y negro es, como no podía ser de otra manera, sobrio y discreto. La fotografía de tapa reproduce una escena de Romeo y Julieta en el Colón, y el extenso índice abarca, entre otros temas, la temporada de dicho teatro, notas sobre danza, sobre la Banda Sinfónica Municipal, deportes, discos, LS1 Radio Municipal, televisión, una entrevista a Oscar Araiz (“¿Cómo fue su gira por Europa? Muy estimulante, muy llena de satisfacciones…”). Además, contiene una columna llamada “Buenos Aires vista por”, a cargo del escritor Abelardo Arias, quien en 1984 recibiría un Diploma al Mérito, otorgado por la prestigiosa fundación Konex. Hay también una sección llamada “Publicaciones” en la que no pude dejar de detenerme. Es apenas una paginita, perdida en el medio del volumen, en la que se da cuenta de algunas novedades del mundo editorial. No son recomendaciones, no tienen una sola línea valorativa, más bien parecen ser recordatorios, información en estado puro; el nombre del libro, del autor, de la editorial y nada más. Por ejemplo, en el rubro “Cuentos” se menciona Carta abierta a Buenos Aires violento, por Eduardo Gudiño Kieffer. Emecé Editores; en “Historia”, Mariano Moreno. Pensamiento político, por E. de Gandía, Editorial Pleamar, en “Novela”, entre varias otras, Relato de un náufrago, por Gabriel García Márquez, Tusquets Editor. Después de leer el folleto, no supe qué hacer con él y, vaya uno a saber por qué razón, lo dejé al lado de la edición facsimilar de la revista Los libros. En el número 12 de Los libros, de ese mismo octubre de 1970, en la página 41 encuentro una sección de tres páginas, llamada “Libros distribuidos en América latina”, donde entre más de cien menciones de libros aparece Carta Abierta a Buenos Aires violento, de Gudiño Kieffer. Semejante coincidencia me dio a pensar, aunque no me acuerdo en qué.