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Gana Hugo, no Martín

De repente, apareció Duhalde. Y lo hizo con calculada precisión. Habló del “doble comando” presidencial. La respuesta ordenada por Néstor Kirchner demoró tanto como la nada. Era lo esperado.

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Misceláneas

De repente, apareció Duhalde. Y lo hizo con calculada precisión. Habló del “doble comando” presidencial. La respuesta ordenada por Néstor Kirchner demoró tanto como la nada. Era lo esperado. Salvo por la respuesta de Scioli, que sorprendió –se ve que no aprendió a conocer al gobernador– a Duhalde, todo le produjo una sonrisa. Sabía que había dado en el blanco y que eso había dolido. Y lo de Duhalde dolió porque reflejó una realidad que se palpa todos los días: gobiernan los Kirchner, es decir Cristina y Néstor.
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Enhorabuena  que la Presidenta habló de la inseguridad. Lo hizo en un acto de la Policía Federal. Habló de sensación de inseguridad. La Dra. Kirchner suele ser cuidadosa con la elección de las palabras. Si por sensación pretendió hablar de algo sobredimensionado o muy subjetivo, equivocó el término. La inseguridad es una lamentable realidad de nuestra vida diaria.
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Valijagate

Los legisladores estadounidenses que elogiaron a la Presidenta le recordaron que sobre el caso de la valija nadie del sector político podrá hacer nada si es que, durante el juicio en Miami, sale a relucir el espinoso tema de los 790.950 dólares y su destinatario en la Argentina.  Mientras tanto, en Buenos Aires la causa sigue parada. La jueza Marta Novati está atravesando una mala situación personal debido a una delicada enfermedad cardíaca  de su esposo que, además de la lógica afectación que le produce, la obligó a tomar una licencia. Hay un juez subrogante, el Dr. Rafael Caputo. Los jueces subrogantes son poco propensos a mover expedientes de casos como éstos. Por otra parte, en esos despachos judiciales no se habla bien del titular de la Aduana, Ricardo Echegaray.

Stornelli

Quienes conocen al ministro de Seguridad de la provincia de Buenos Aires coinciden en afirmar que está realmente abatido con la situación que está viviendo en el ejercicio de la función. Sabe que ha perdido la iniciativa política y que es blanco de operaciones desde dentro y fuera del Gobierno. En atención a todo esto, le ha dicho al gobernador que quiere renunciar. “Se está secando como un tomate”, es la frase con la que, desde sectores del gobierno provincial, describen su difícil momento. Scioli aún no le ha soltado la mano. Todos los nombres que están dando vueltas como posibles reemplazos –entre postulados y autopostualdos– remiten a un pasado que ha sido tan malo como el duro presente que tanto aflige a la ciudadanía.        

La historia de un proyecto de ley

Preste atención, lector, por favor, a este asunto.
Resulta que el Gobierno decidió estimular a aquellas pequeñas y medianas empresas que decidan llevar adelante nuevos proyectos de inversión. Es por ello que, a través del mensaje Nº 236 del 8 de febrero pasado, envió un proyecto de ley consistente en una serie de beneficios impositivos, ya sea del IVA o del impuesto a las ganancias, para aquellas empresas que califiquen para tales emprendimientos. En el articulado del proyecto se fijan las condiciones para instrumentar esa iniciativa. Y, además, se establece cuál va a ser el órgano gubernativo de ejecución. Esto queda claramente establecido en el proyecto enviado en el artículo 13, que reza:

Artículo 13: El PODER EJECUTIVO NACIONAL será el encargado de designar la Autoridad de Aplicación del régimen creado por la presente ley.

Este proyecto tuvo como cámara iniciadora el Senado. Las crónicas hablan de una activa participación del ministro en el trámite parlamentario. Fue allí que los senadores de la oposición advirtieron la real consecuencia que implicaba la redacción del proyecto. Hubo una comunicación con el ministro de Economía. Ahí, el licenciado Martín Lousteau se anotició de que lo iban  a dejar, una vez más, afuera del manejo de estos fondos cuya tutoría iba estar en las manos del señor De Vido y compañía. (¿De quién otro, si no?) Por lo tanto, solicitó y logró que en la sesión en la que se trató el proyecto sobre tablas se hiciera un cambio en la redacción del citado artículo.
Interesantemente, en esto coincidieron no sólo los senadores de la oposición sino también los del oficialismo. Por ende, el proyecto de ley que votó el Senado salió aprobado con la siguiente redacción del artículo 13 en cuestión: 

Artículo 13: El Ministerio de Economía y Producción será la autoridad de aplicación del régimen creado por la presente ley y tendrá a su cargo la aprobación de los proyectos de inversión que adhieran al mismo, pudiendo solicitar la intervención de las jurisdicciones con competencia en el correspondiente ramo o actividad.

Tras esto, en el despacho del ministro Lousteau hubo clima de euforia. Tanto es así que la noticia se filtró a distintos medios para marcar esto como una victoria del ministro sobre uno de los rivales de todos los ministros de Economía de los gobiernos de los Kirchner: Julio De Vido. (El otro, recuérdese, es Moreno, funcionario cuya gestión es una Niágara de fracasos pero que divierte con sus bravuconadas, y mucho, a Néstor Kirchner).
 Pues bien, la reacción no se hizo esperar. Enterados de esta novedad, en Casa de Gobierno y en su sucursal de Puerto Madero hubo furia y disgusto. Y sonó entonces el celular y cuanto teléfono posee el senador Miguel Angel Picheto, titular del bloque oficialista, para expresarle tanto el disgusto como la furia. (Lector, descarte expresiones tales como “caramba, señor senador, hemos advertido que ha habido una modificación en el proyecto que contraría la voluntad del Poder Ejecutivo”. No, ése no es el lenguaje que usa el kirchnerismo de paladar negro)
Conclusión: la Cámara de Diputados va a modificar, con el voto del oficialismo que tiene la mayoría, el artículo 13, que volverá a su redacción original. Así, el proyecto será devuelto a la Cámara de origen, o sea el Senado, que, a su vez, con los votos del oficialismo, que cambiará su postura, modificará su primera aprobación para satisfacer las necesidades del Gobierno. Se sabe que para el Gobierno la caja es sagrada y ésa es el área de De Vido, que es Kirchner. El ministro de Economía debería ya saberlo.

Otra de las cuestiones que el ministro de Economía está viendo pasar son las negociaciones por los acuerdos salariales que se están firmando presurosamente. El martes, el licenciado Lousteau buscó una salida elegante diciendo que las paritarias eran una cuestión a resolver “entre sindicalistas y empresarios” sin participación del Gobierno. La realidad es otra ya que en esta historia se juegan posiciones políticas muy fuertes.
El arreglo marco de los camioneros movilizó al Gobierno. En realidad, participaron activamente el ex presidente Néstor Kirchner, desde la sucursal gubernamental de Puerto Madero, el ministro De Vido y Moyano. De Vido habló; hubo conversaciones telefónicas y reuniones en las que impuso a Moyano la necesidad de cerrar la negociación paritaria lo antes posible. Moyano había salido a decir que no había techo para el aumento salarial. Se le explicó, entonces, la inconveniencia de seguir con ese discurso. Hubo idas y vueltas y finalmente se llegó a un acuerdo. Ganaron los dos.
El Gobierno porque, al arreglar con Moyano, puso un marco al resto de las negociaciones con los grandes gremios. El viernes se firmó con la construcción y esta semana que viene habrá acuerdos con los encargados de edificios y los taxistas.
Moyano también ganó, porque el Gobierno lo va a apoyar en la interna por el poder en la CGT que le quiere disputar Luis Barrionuevo con sus “gordos”. Por otra parte, ya había habido un gesto importante por parte de la Presidenta hacia Moyano cuando, en la reunión con los líderes de la Central de los Trabajadores Argentinos (CTA), cerró cualquier posibilidad de darle el reconocimiento legal por el que viene luchando desde su creación. Además, una vez que haya terminado el reordenamiento K del Partido Justicialista, Moyano tendrá su lugar.
Para el Gobierno el acuerdo, políticamente, trae alivio. Entre el 30% del que hablaba al comienzo el líder de los camioneros y el 12% del que hablaba el presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA), Juan Carlos Lascurain, el 20% tiene aire de laudo salomónico. Por supuesto que en toda esta negociación nadie le prestó la más mínima atención al dibujado índice del INDEK que marcó, para 2007, una inflación de menos del 10%.
Más allá de alguna disconformidad con los guarismos de los acuerdo salariales que han expresado algunos, en los sectores empresariales hay sosiego  ahora que se ha reconfirmado el rol de De Vido en el manejo de los aspectos claves de la economía. Durante los días en los que no se dirimieron estas cuestiones internas dentro del Gobierno, no sabían qué puerta tocar. Es más, algunos creyeron que el ministro  Lousteau iba  a “domesticar” a Moreno. Se equivocaron de acá a Vladivostok.

Dos preguntas y dos anécdotas


Preguntas:
¿Se pelearon Lousteau y Moreno?
Estuvieron a punto de hacerlo.
¿Piensa Lousteau en renunciar?
Ni remotamente, contesta el ministro cuando se lo preguntan (la verdad es que remotamente no es la expresión que sigue a la conjunción copulativa “ni” en el lenguaje del ministro cuando contesta la pregunta). 

Anécdotas:
Las que siguen quedan a disposición de los colegas Diego Cabot y Francisco Olivera, autores del libro Hablen con Julio, uno de los best sellers de la temporada.

El influyente hombre de negocios atiende su celular en medio de una reunión en Punta del Este en el atardecer del último viernes.
—¿Quién es la persona del Gobierno con la que están manejando la cuestión salarial?, pregunta alguien desde Buenos Aires.
—Esa persona es De Vido –responde el empresario que es uno de los que habla con Julio.
Minutos más tarde es un dirigente sindical el que responde, desde Buenos Aires, a la misma pregunta.
—Todo lo manejamos con Julio –confirma.
—¿Y el ministro de Economía?
—Primero, que se corte el pelo –responde antes de cortar–. El también habla con Julio.

Producción periodística:
Guido Baistrocchi, con el aporte de Laura Bartolom