UNIVERSIDADES
Universidad

Investigación aplicada para lograr desarrollo tecnológico

El respaldo de los organismos públicos es fundamental para apuntalar proyectos científicos innovadores. Cuando la vinculación entre estado, sector privado y universidades atiende problemáticas sociales.

IMG_9425
Ventaja. El desarrollo de la ciencia y tecnología permite, por ejemplo, que muchos investigadores aporten sus conocimientos para tratar diferentes enfermedades. | Gentileza: Unsam
En el año 1928, el conocimiento científico alcanzó un logro magnífico para la salud humana: Alexander Fleming lograba el aislamiento de la penicilina. En su laboratorio Fleming podía producir una cantidad suficiente para evaluar la efectividad y las cualidades del antibiótico y comunicar sus resultados a través de sus publicaciones. La continuidad que dio al tema Florey en Oxford, con una producción que superaba los 500 litros de cultivo semanales, presentaba nuevos desafíos para los investigadores: la purificación de la penicilina recién llegó en 1939 de la mano del bioquímico Heatley. A pesar de los avances con el escalado del proceso, todavía había que incrementar la producción para satisfacer la demanda en medio de la Segunda Guerra Mundial. La optimización de los procesos productivos pudo realizarse del otro lado del Atlántico, en plantas de escalado en los Estados Unidos, lo que permitió que en tan sólo tres años, de 1943 a 1946, el costo de la penicilina cayese de US$ 20 a 0,50 por dosis. A pesar de los años de investigación aplicada, escalado y optimización de la producción, para ingresar al mercado la penicilina tuvo que ser evaluada y aprobada por el organismo regulador correspondiente en los Estados Unidos, la Administración de Alimentos y Drogas, conocida por su sigla en inglés como FDA. Los controles de la FDA siguieron vigentes para los productos derivados de la penicilina hasta 1983.
Este ejemplo, que no es una singularidad en la historia del desarrollo tecnológico, demuestra que el escalado y la aprobación de los organismos normativos o regulatorios constituyen etapas fundamentales para que una investigación aplicada pueda transferirse al sector productivo para satisfacer o solucionar las demandas de la sociedad.

Pasos. Una investigación cuyo objetivo sea atender una problemática social o generar una solución tecnológica a un problema productivo contiene tres elementos esenciales: i) la identificación del problema o la demanda, ii) la caracterización, organización por relevancia y reconocimiento de los mecanismos de control de las variables del problema, y iii) la propuesta del diseño de concepto o el prototipo del producto tecnológico o dispositivo que contribuya a resolver el problema original.
Cuando un proyecto científico-tecnológico logra abordar las dos primeras etapas se lo clasifica como una investigación aplicable. Este tipo de iniciativas incrementan el conocimiento en un área específica o incluso en un ámbito multi o interdisciplinar, lo que constituye un aporte sustancial para la comprensión del objeto de estudio. Sin embargo, si bien la aproximación a la solución del problema surge a partir de la investigación aplicada la misma debe ser necesariamente complementada con un diseño de concepto, un prototipo del dispositivo o desarrollo tecnológico que pueda atender el problema que dio origen a la investigación. Los desarrollos tecnológicos que apuntan a satisfacer necesidades de mercado no sólo requieren haber concretado las tres etapas mencionadas previamente: estos “escalones” constituyen condiciones necesarias pero no suficientes para resolver el problema o atender la demanda del mercado.

Instituciones. Por ello es sumamente relevante que los organismos públicos de investigación y desarrollo cuenten con plantas piloto que permitan el escalado de los procesos empleados para la elaboración de prototipos así como de los equipos y laboratorios necesarios para llevar adelante los protocolos de ensayos requeridos por los organismos de aprobación y control. En el caso de las universidades nacionales, la utilidad de estas plantas y laboratorios es doble ya que se convierten no sólo en eslabón fundamental de la cadena de transferencia tecnológica sino también en ámbitos para la formación académica de jóvenes profesionales y técnicos.
Se ha dado cuenta de que las políticas públicas nacionales sobre Ciencia y Tecnología de los últimos años han sabido considerar la importancia de la investigación, el desarrollo tecnológico y la innovación productiva. En efecto, son prueba de ello la implementación de instrumentos de financiamiento para equipamiento, infraestructura y la incorporación de jóvenes investigadores especialmente orientados a la investigación aplicada, la generación de empresas de base tecnológica, incubadoras de empresas en núcleos universitarios, entre otros. En el mismo sentido, el Ministerio de Ciencia y Tecnología de la Nación atendió demandas para establecer algunas plantas piloto para producción de energías alternativas.
Concretar verdaderos parques tecnológicos con laboratorios de investigación, plantas piloto para escalado de diferentes procesos, incubadora de empresas y áreas de vinculación tecnológica consolidaría el rol de las universidades como generadores de tecnología a la vez que incrementaría los vínculos con el sector productivo, retroalimentando un proceso virtuoso de inversión en ciencia y tecnología. Esta dinámica sería particularmente beneficiosa para las pymes que encontrarían facilidades para desarrollo de nuevos productos o procesos. En esta interacción también lograríamos una demanda sostenida para empleo de calidad.

*Dra. en Ciencias Físicas. Directora de Investigación de la Universidad Nacional de San Martín (Unsam).