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La historia de las FARC

Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo o FARC-EP son una organización guerrillera cuyo declarado objetivo es “acabar con las desigualdades sociales, políticas y económicas, la intervención militar y de capitales estadounidenses en Colombia mediante el establecimiento de un Estado marxista-leninista y bolivariano”, según reza su carta fundacional.

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Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo o FARC-EP son una organización guerrillera cuyo declarado objetivo es “acabar con las desigualdades sociales, políticas y económicas, la intervención militar y de capitales estadounidenses en Colombia mediante el establecimiento de un Estado marxista-leninista y bolivariano”, según reza su carta fundacional. Tiene una organización esencialmente rural aunque también dispone de células urbanas, sobre todo en ciudades donde impera la miseria y la marginalidad. Suele cerrar sus manifiestos con la consigna:
Contra el imperialismo... Por la Patria
Contra la oligarquía... Por el Pueblo
Hasta la victoria... Somos FARC-EP.
Sus acciones consisten en guerra de guerrillas y combate regular convencional, así como el asesinato de civiles, miembros del gobierno y militares, el secuestro con fines políticos, como el de Ingrid Betancourt, o con fines extorsivos, y la destrucción de la infraestructura de las ciudades, generalmente mediante carros-bomba y otros explosivos.
Son un notable ejemplo de supervivencia de las organizaciones guerrilleras surgidas durante la Guerra Fría, todas ellas hoy desa-parecidas, como Montoneros y ERP en nuestro país, Tupamaros en Uruguay, las guerrillas centroamericanas, etcétera. Muchas de ellas influidas por el ejemplo y por las ideas del Che Guevara.
Las FARC-EP están integradas por aproximadamente 17.500 combatientes, de los cuales, según un informe de Human Rights Watch, aproximadamente el 20-30% son menores de 18 años, muchos reclutados forzosamente.
Según informes, maneja un presupuesto de 600 millones de dólares obtenidos por el cobro de rescates por secuestros y el robo de ganado, aunque las dos terceras partes de esa cifra provienen del narcotráfico. Hasta 1980 las FARC-EP se negaron a toda relación con la droga pero ello fue cambiando y hoy las crecientes ganancias provienen del «impuesto al gramaje», pagado por cada gramo producido por los campesinos cocaleros y grupos narcotraficantes.
Es imposible comprender las FARC-EP si no se tiene en cuenta la violencia desencadenada por el asesinato en 1948 del líder progresista José Eliécer Gaitán y la consiguiente decepción popular en el funcionamiento democrático. En 1953 el general Gustavo Rojas Pinilla llegó al poder luego de un golpe de estado y, buscando apaciguar las consecuencias sangrientas del “bogotazo”, proclamó una amnistía a la que se acogieron la mayoría de los insurrectos socialistas y liberales. No así el Partido Comunista Colombiano (PCC) que se negó a entregar sus armas. Un sector del cual formaba parte del mismo el actual comandante de las FARC-EP, Manuel Marulanda, “Tirofijo”, se retiró hacia el sur, a la región de Marquetalia, donde establecieron una “zona liberada”.
Entre 1956 y 1958 liberales y conservadores llegan a un acuerdo de reparto del poder y se crea el Frente Nacional con el propósito de combatir al comunismo. En 1964 , bajo el mando del coronel Hernando Currea Cubides, se puso en práctica el LASO (Latin American Security Operation) contra las “zonas liberadas”. Dicha operación estaba enmarcada en la estrategia norteamericana que se conoció como “Doctrina de la Seguridad Nacional”, cuya finalidad era evitar la repetición del caso Cuba.
Debe anotarse aquí otro aspecto ineludible de la vigorosa supervivencia del movimiento guerrillero colombiano: el cerval sentimiento antinorteamericano fogoneado por la forzada independencia de Panamá que partió en dos el territorio de Colombia.
El ataque a Marquetalia se llevó a cabo con una fuerza de 16.000 hombres bien armados y entrenados. Cuarenta y ocho resistentes se refugiaron en la selva y en las montañas y constituyeron la primera célula guerrillera. El 20 de julio de 1964, en medio de las contingencias de la lucha, los combatientes de Marquetalia definieron en una asamblea las primeras líneas tácticas y estratégicas de las guerrillas móviles. También se aprobó el “Programa Agrario de las Guerrillas” que se convertiría en un vigoroso instrumento propagandístico en aquella zona donde los trabajadores de la tierra eran explotados por sus patrones. El 5 de mayo de 1966, la Segunda Conferencia del Bloque Sur oficializa la conformación de las FARC-EP como brazo armado del Partido Comunista.
Luego de muchas vicisitudes en que se alternaron etapas de guerra declarada contra los gobiernos y tentativas de acuerdo y desarme, la guerrilla en 1984 formó la Unión Patriótica (UP) para participar de la política formal colombiana , como parte de los «Acuerdos de Cese del Fuego, Tregua y Paz», firmados con el gobierno de Belisario Betancourt. Varios dirigentes de la UP se manifestaron esperanzados en la nueva etapa de integración civil pero todo se desvaneció cuando las fuerzas parapoliciales, autodenominadas “juntas de autodefensa”, asesinaron a aproximadamente 4.000 de esos militantes.
En septiembre de 1987 todos los grupos guerrilleros operativos (las FARC-EP, el ELN , el M-19 y otros) se constituyeron en la Coordinadora Guerrillera Simón Bolívar (CGSB) buscando coordinar tanto las acciones armadas como las negociaciones de paz hacia el futuro. Pero el 9 de diciembre de 1990, día de las elecciones para la Asamblea Constituyente, el ejército, sin previa declaratoria expresa de guerra y cuando informalmente todavía se continuaba el proceso de diálogo, lanzó una ofensiva contra Casa Verde, sede del Secretariado Nacional de las FARC-EP. El pretexto fue que la guerrilla no respetaba los acuerdos logrados continuando con secuestros y atentados.
De todas maneras, movidos por las ofertas gubernamentales, se desmovilizaron algunos grupos (EPL, ERP, Movimiento Armado Quintín Lame, M-19) con lo que se desarticuló lo que quedaba de la Coordinadora Guerrillera Simón Bolívar. Las FARC-EP en cambio se mantuvieron en la intransigencia y para que no quedaran dudas de ello llevaron a cabo secuestros de personajes importantes de la política y de la empresa reclamando fuertes resarcimientos, además de atentados como el perpetrado en Bojayá donde murieron 110 personas a causa de una bomba lanzada contra una iglesia donde se habían refugiado paramilitares. En junio de 2007 las FARC reportaron la muerte de 11 de 12 diputados del Valle del Cauca, luego de haberlos tenido secuestrados durante 5 años, explicando que fue a raíz del fuego cruzado generado durante el combate contra una partida gubernamental.
Las FARC-EP, que toman como referencia histórica al movimiento de los comuneros del siglo XVIII con sus héroes Manuela Beltrán y José Antonio Galán, no se limitan al territorio colombiano y el gobierno venezolano de Chávez es acusado de dar refugio a sus integrantes, escondite para sus secuestrados, y apoyo logístico y económico.