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UN VERANO PALIDO, SIN FIGURAS NI FONDOS: A BUSCAR EN EL BANCO!

La hora de la reserva

Qué veranito... River, pobre, pichulea; Boca apuesta todo al enganche melancólico; Independiente sobrevive; San Lorenzo pasa de Hollywood a La Salada y Racing rompe el chanchito para no repetir de grado.

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“No hay cosa que haga más daño a una Nación como que la gente astuta pase por inteligente.”

Sir Francis Bacon (1561-1626)

 

Qué veranito... River, pobre, pichulea; Boca apuesta todo al enganche melancólico; Independiente sobrevive; San Lorenzo pasa de Hollywood a La Salada y Racing rompe el chanchito para no repetir de grado. Un panorama gris que contrasta con la realidad de los ex clubes chicos. Estudiantes, que hasta se da el lujo de vender lo que le sobra; Vélez, que humilla sumando a Santiago Silva, el último goleador, y Lanús, más rico todavía gracias a los millones de Salvio.

¿Qué hacer, oh, grandes de la patria? Resignarse. Y buscar en el banco. Es la onda del verano: a jugar con la reserva. ¿O son los titulares? Una buena: así las cosas, el juez Griesa seguro que no te embarga nada.

Con todo respeto, sugeriré algunos nombres en danza para fichar como refuerzos. Un asesoramiento de onda, colegas. Por mí, no se molesten.

Hernán Pérez (más conocido por su nombre artístico, Martín Redrado): Polifuncional nato. Ultimamente jugó por izquierda, aprovechando la diagonal para su pierna más hábil, como Messi. Todavía en el banco, se entrena para volver a la banda derecha, su preferida, mientras sus representantes negocian una salida digna. Ofertas siempre tuvo.

Mario Blejer: Jugador de técnica impecable. Un verdadero crack del fondo, con salida elegante y limpia, a lo Beckenbauer. Desarrolló una gran carrera en el exterior. Como Pichuco, siempre está volviendo.

Aníbal Fernández: Clásico stopper, una fiera en la defensa. No escatima codos ni pierna fuerte si la jugada lo requiere. Virtuoso de “boquilla”, a lo Barros Schelotto. Sabe cómo manejar a jueces y rivales.

María José Sarmiento: Rápida en primera instancia, sabe poner el freno cuando es necesario, como Riquelme. Mucha experiencia. Sus detractores la acusan de juego ordinario, pero, con el reglamento en la mano, hace justo lo que pide el librito del técnico.

Lilita Carrió: Experta carrilera, va tanto por izquierda como por derecha. Siempre capitana de sus equipos, son memorable sus peleas con árbitros y ex compañeros. Una pena: los patitos Rodríguez y Galmarini ya no pertenecen a sus filas. Se tiene fe.

J. Cleto Cobos: Como Ruggeri, pasó de un clásico rival a otro (varias veces) y por eso algunos puristas lo resisten. Jugador no demasiado expresivo, a lo Riquelme o Bochini. Oportunista nato, resuelve aunque le pegue con los tobillos. Quiere aprovechar su gran momento y firmar un contrato por cuatro años.

Néstor Kirchner: Como a Bianchi y Bilardo, le cuesta acomodarse a su papel de mánager. Necesita que la tesorería le libere algunos millones para comprar jugadores y hacer una buena campaña. Debe sumar para alejarse del descenso. Si eso le sirve para pelear el campeonato, mejor.

Eduardo Duhalde: Los ejemplos de Almeyda y Calderón lo llenaron de esperanzas y por eso abandonó su retiro dorado. Clásico caudillo con mucho manejo de vestuario, cree que si logra disciplinar a un plantel díscolo y complicado, dará pelea. Traba hasta con la cabeza, a lo Zuculini.

Miguel Angel Pesce: Arquero disciplinado, muy profesional, ofrece lo suyo cada vez que el titular, por expulsión o lesión, debe salir. De la estirpe de los Leyenda y Landaburu, hoy busca su gran oportunidad.

Cristina Fernández: Jugadora vistosa pero muy lagunera. Le pasó de todo en la primera rueda y hoy se siente en deuda. Busca revertir su imagen fría con un juego agresivo: tres puntas, enganche y laterales que lleguen hasta el fondo. Lo suyo es a ganar o morir, como Néstor, el que la trajo al club.

Federico Pinedo: Aristócrata del balón. El abuelito ya la rompía como Central en Infamous, club dominante en la década del 30. Volante de toda la cancha, va, viene, recusa, las hace todas. Look bigotito onda el Zorro.

Francisco de Narváez: Volante colombiano de exóticos tatuajes, su pase pertenece a un grupo inversor. Firmó para el Pejota B y jugó seis meses para PRO, de la B Metropolitana. Como pasa con Maxi López, sus representantes le manejan la carrera con notable efectividad. Gastan mucho en videos y lo colocan siempre en clubes importantes. ¡Maestros!

Mauricio Macri: Su carrera tuvo un antes y un después de su paso por Boca. Atormentado por las expulsiones y el desgaste, busca recuperar su nivel. Sus espías lo mantienen informado sobre la situación de cada club. Quiere volver, aunque para eso deba olvidar a Queen y aprenderse alguna estrofa de la marchita aquella... ¿Cómo era que se llamaba, che?

Basta, ya es suficiente. Mucho ruido y pocas nueces en este inicio de año. Demasiado bla bla, préstamos sin cargo, contratos privados y empresarios ansiosos por hacer su negocio. ¿Podremos pelear el campeonato con estos jugadores? ¿Y salvarnos del descenso? Mmm... ¿Alguno explotará por fin, dicho esto con todo respeto? ¿Los querrá comprar alguien? Duda cruel.

Veremos qué pasa en 2011. ¿Qué haría yo? Buscar abajo. Chicos de inferiores, con músculos frescos, más ideas que marketing y un amor verdadero por los colores. Justo lo que nos falta, compatriotas.

Los grandes dan lástima; por el contrario, los ex chicos... cada día están mejor ¿Podremos pelear el campeonato con estos jugadores?

¿Y salvarnos del descenso? Mmm...